Miedos en nuestros hijos. ¿Qué hacer para que los superen?
A diario nuestros hijos se enfrentan a situaciones que pueden hacerlos sentir en peligro; el miedo los paraliza. Te comparto algunos consejos para que los ayudes a que pierdan sus temores.
Paola López Martínez
El miedo nos invade al sabernos vulnerables ante una situación desconocida. ¿Recuerdas la última vez que estuviste a punto de chocar mientras manejabas tu automóvil? Hundiste el freno hasta el fondo, insultaste al conductor que se pasó el semáforo en rojo, alargaste tu brazo para evitar que tu pequeño chocara contra el parabrisas, tu corazón latía a mil por hora, experimentaste un calor intenso en las mejillas, comenzó a dolerte la cabeza, se te revolvió el estómago; tuviste, en suma, un ataque de pánico en un lapso no mayor a cinco segundos. ¿Verdad que sentir miedo no es nada agradable?
Desde que nacemos nuestro cuerpo está preparado para reaccionar ante una situación inusual, y las primeras manifestaciones ante el peligro son los reflejos. “El reflejo de moro”, por ejemplo, puede apreciarse a edades muy tempranas; sucede cuando los bebés escuchan un sonido fuerte o se les mueve de forma brusca, y reaccionan abriendo los brazos y agitándolos. Esta es una de las principales manifestaciones de miedo en nuestros pequeños.
¿Alguna vez has visto a un niño entrar y salir de su cuarto a oscuras, y permanecer ahí sin ningún problema? No hay indicador que le haga sentir que puede estar en peligro. Sin embargo, alguien podría contarle una historia de terror y desarrollar una sensación de temor.
El miedo en nuestros pequeños se desencadena por sucesos externos, que interrumpen su tranquilidad. Y sea a la oscuridad, a la presencia de un perro, al sonido de una ambulancia, todos los temores surgieron con probabilidad porque alguna vez vieron o escucharon algo o a alguien que les advirtió que algo raro pasaba.
Pero, te preguntarás, ¿qué puedo hacer para que mi hijo deje de tener miedo? Aquí van algunos consejos tendientes a que ayudes a tus hijos a que, poco a poco, acaben con sus temores:
No lo ridiculices, ni lo minimices
Todos los miedos son importantes en la vida de nuestros pequeños. Burlarse o hacerlo sentir mal por sus temores son formas de multiplicar el problema, y no de solucionarlo.
Ayúdalo a entender de dónde viene su miedo
Si lo que lo asusta es un payaso, por ejemplo, ayúdalo a recordar aquella vez en que vio al payaso; explícale que entonces él aún era muy pequeño y tal vez pensó que aquel, por tener la cara maquillada, pudo ser imponente y desconocido. Hazle saber que los payasos son personas como tú y como él que se disfrazan con ropas y cabellos coloridos, y que se pintan la cara para hacer reír a los niños. Cuando le das una razón verdadera tu hijo podrá ver las cosas desde otra perspectiva.
Acompáñalo a enfrentarlo
Propicia un momento para que enfrente su miedo; tómalo de la mano mientras se acerca, y trata de tranquilizarlo con un tono de voz suave. Dile que en todo tiempo, y pase lo que pase, vas a estar ahí, a su lado, con él. Recuérdale la razón que le diste en el paso número 2, y repítelo las veces que sean necesarias.
Inventa una historia o un cuento
en la que expongas la misma situación a la que él le teme; cambia el nombre del personaje principal, pero asegúrate de que tenga las mismas características físicas y emocionales que tu hijo. Motívalo para que dibuje y coloree la historia que le contaste. Cuéntasela todas las noches o durante la situación a la que teme.
Cuando sientas que él se siente cada vez más seguro
propicia situaciones en las que pueda enfrentar su miedo en solitario.
No utilices los miedos en su contra
Es muy común que cuando las madres perdemos los estribos amenazamos de manera errónea con, por ejemplo, “si no te apuras va a venir el policía y te va llevar”. Como le teme al policía obedecerá, pero estás reforzando su miedo y después resultará más difícil erradicarlo.
No lo sobreprotejas
Como madres intentamos evitarles todo sufrimiento a nuestros hijos, pero al protegerlos de más estamos reforzando sus miedos, ya que quedará grabado en su mente que si su mamá lo cuida del perro, significa entonces que en verdad el perro es peligroso.
Si llevas a cabo estos sencillos pasos, con mucha dedicación y paciencia, ayudarás a tu hijo a desvanecer sus miedos. Acompáñalo y hazle sentir seguro, porque esto lo ayudará a desarrollar confianza en sí mismo y a sentirse valiente. Recuerda que estos pasos no son milagrosos, dan resultados con mucho amor y paciencia y no garantizan que nunca más aparezcan otros tipos de miedos. Lo importante es fortalecer la autoestima de tu hijo a base de amor y razonamiento, y así desaparecerán falsas ideas de su cabeza.