Niños solidarios, adultos más humanos
La solidaridad no es un sentimiento superficial, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común; es decir, el bien de todos y cada uno para que todos seamos realmente responsables de todos.
Yordy Giraldo
La solidaridad es la capacidad de los seres humanos de comprender las necesidades y situaciones de los otros; de dar sin esperar nada a cambio, de unirnos en favor de quien o quienes nos necesitan. Es uno de los rasgos más hermosos de la personalidad y, por increíble que parezca, no es una actitud exclusiva de los seres humanos; sin embargo, en las personas es una de las cualidades más admirables y extraordinarias.
Aprender y enseñar a encontrar placer, entusiasmo y alegría en dar nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y nuestros recursos para ayudar a otros debería ser una de las experiencias que tendríamos que cultivar con mayor frecuencia, pues si yo, tú, él, ella, ustedes y nosotros nos preocupamos por quien está a nuestro lado, por ayudarlos en sus necesidades y apoyarlos en las dificultades, no estaremos solos, ni perdidos, ni olvidados. Mejor aún, estaremos, en cualquier sitio, en vías de construir una mejor sociedad.
El lugar primero donde podemos comenzar a descubrir la maravilla de la solidaridad es en nuestra propia casa, en familia y hacerlo, de preferencia, desde pequeños, cuando aún somos como lienzos en blanco en los que podemos bordar con palabras de cariño el amor al prójimo. Como padres, es nuestra obligación dar a la sociedad seres de bien, productivos, útiles, compasivos, amorosos, responsables; es importante no olvidar que criamos a nuestros pequeños para el mundo, no para nosotros mismos.
¿Cómo hacerlo entonces?
- Lo primero es enseñar con el ejemplo, no importa de qué estemos hablando; si queremos condicionar a nuestros pequeños a un comportamiento, predicar con el ejemplo es siempre la mejor manera.
Involucrarlo en situaciones altruistas
y recompensar su esfuerzo con palabras de aliento y muestras de agradecimiento.
su ayuda es de gran importancia
Dejarle saber que su ayuda es de gran importancia, que gracias a su apoyo se logró el objetivo; hacerlo sentir importante lo animará a que desee repetir la experiencia.
la vida es un camino de ida y vuelta
Enseñarle que la vida es un camino de ida y vuelta y, por consiguiente, que es justo y necesario que hagamos algo por quien hizo algo por nosotros.
Enseñarles a compartir
mostrarles lo genial que es disfrutar en compañía las cosas de la vida, y que lo importante son los momentos y las personas, no las cosas.
Formarle el hábito de donar
a quienes tienen necesidad, ya se trate de alimentos, de juguetes, de ropa, de medicinas o de tiempo. Puede ser ante una catástrofe natural o en fechas especiales, como colectas de Navidad o Día del Niño.
Los seres humanos podemos ser todo, ser buenos o ser malos, y aunque la vida no es de blancos o negros absolutos, es mejor, por el bien de todos, promover los valores positivos que como personas tenemos. En la actualidad el mundo enfrenta múltiples y complicados retos que van desde la desigualdad, la injusticia, hasta desastres naturales provocados por el cambio climático y otros problemas. No hablar de ellos no hará que dejen de existir, pero lo que sí podemos y debemos hacer es comenzar a sanar desde dentro: la esperanza de un mundo mejor está en nosotros y en nuestros pequeños de hoy, que serán adultos más humanos mañana si tan solo nos damos el espacio, el tiempo y las ganas de sacar lo mejor de nosotros mismos y enseñárselos a ellos.