Poner el árbol de Navidad en familia hace germinar la magia y el amor

Haz que esta Navidad sea diferente, junto con tu familia dale inicio a esta bella época del año armando el arbolito en casa. Poner el árbol de Navidad en familia hace germinar la magia y el amor.

Erika Otero Romero

Desde siempre la Navidad es la época favorita de mi madre. Debido a ello, pone especial atención en dedicar todo el tiempo posible a que cada año estas fechas estén colmadas de la magia navideña. Y no se trata de los regalos o de la cena de Nochebuena, sino que consiste en cómo estos días te hacen sentir lleno de esperanza y renovadas ganas de salir adelante, sin importar el tipo de retos que la vida ponga en el camino.

Que no te limite el presupuesto

Todo ese encanto podría decirse que tiene inicio en un momento especial para muchas familias en el mundo, y consiste en poner el árbol de Navidad. En algunas culturas las familias acostumbran comprar un pino natural, o en algún bosque lo talan con sus propias manos; en Colombia, por ejemplo, hay quienes hacen su árbol de ramas secas y luego lo pintan de blanco o verde, y después lo adornan con lo que tienen en casa; otros adquieren arboles de plástico, pequeños o grandes; lo importante es que numerosas familias ponen especial atención en reunirse para llevar a cabo este ritual, que para muchos constituye la consolidación definitiva del apoyo imperecedero que debe haber en la familia.

En casa hemos tenido en total tres tipos de árboles navideños, pero recuerdo una época en especial donde nuestra situación económica era difícil y no teníamos dinero para comprarlo. Si para mi madre, como ya lo he dicho, la Navidad es su época favorita, para ella no debe escatimarse nada por más difíciles que sean las condiciones de la familia, así que lo que hizo fue arreglar algunas decoraciones (adornos) que estaban gastadas y llevó a la sala de nuestra casa una matera (maceta), que contenía una palmera entre pequeña y mediana que decoramos con esmero para recibir esa Navidad. Fueron tres o cuatro navidades las que esa palmerita, cada año un poco más grande, nos sirvió de arbolito navideño.

En la actualidad tenemos un árbol artificial desmontable que mide más o menos 1.80 metros de alto, más por darle gusto a mi mamá que ama la Navidad. Más o menos a finales de noviembre mi sobrino empieza a exigir que armemos el árbol y lo decoremos y no debo negarlo, lo complacemos; así como tampoco negaré que a veces poner todas las decoraciones resulta agobiante, pero todos trabajamos unidos para lograr el toque perfecto que hará de la casa familiar un refugio lleno de amor y tranquilidad.

Disfruta cada día del ambiente navideño

Cuando ya todo está en su lugar es precisamente cuando empiezo a disfrutar de todo el ambiente navideño, más que todo porque me transporta a mi niñez, eso hace que mi mente viaje al pasado y ahonde en profundos y gratos momentos de las navidades pasadas. Ahora mismo recuerdo sentarme por horas al lado del árbol luminoso –que no siempre fue un árbol– a buscar mi reflejo en las bolas de cristales coloridos y brillantes que, a juego con los centenares de luces intermitentes, me hacían perder el tiempo ansiando la llegada de las novenas (las Posadas), los dulces al final de cada reunión vecinal (los bolos), los regalos que nos obsequiaban los vecinos al terminar la última noche de novenario, los juegos de aguinaldos y, por último, la Nochebuena y la Navidad con todo lo hermoso que tienen para ofrecernos.

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Ya soy adulta y he encontrado otras formas de disfrutar de esta época maravillosa: mi madre y yo cocinamos las colaciones del 24 de diciembre; y en compañía de mi hermana, mi sobrino y mi madre limpiamos a profundidad la casa y luego la decoramos; mi madre y mi hermana hacen muñecos decorativos y junto a mi sobrino vemos películas típicas de estas fechas. Siempre nos acompañamos y hacemos cosas juntos, y la Navidad llena nuestras vidas de una fuerza que es como recargar la batería para seguir el camino de la existencia con la mayor fortaleza posible.

Te invito para que, así como muchas familias en el mundo lo hacen, cambies el sentido material de la Navidad y goces cada momento que te ofrece para unir y fortalecer a tu familia.

¡Felices fiestas!

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.