Por qué no debes preocuparte si tu hijo es el último de la clase

Cada ser humano tiene capacidades diferentes, a muchos nos gusta leer y analizar, otros son capaces de crear obras de arte, incluso hay quienes son geniales en el baile. No debo preocuparme si mi hijo es el último de la clase.

Sandra Díaz

Muchos hemos escuchado, visto o vivido una situación como esta, ya sea con un hijo, sobrino, primo, hermano, e incluso nosotros mismos: no ser el primero de la clase.

Aún recuerdo con nitidez que mi profesor de cuarto grado de primaria era muy estricto, a quien siempre le gustaba que se hiciera todo bien y en orden. Mis compañeros y yo pensábamos que ese profesor era un poco “amargado”, sobre todo con una compañera, de nombre Carolina, quien se demoraba mucho en copiar lo que estaba escrito en el pizarrón, en realizar los ejercicios en la clase de matemáticas, en fin, sufría mucho porque no podía llevar el ritmo de la clase.

Carolina siempre estaba callada, como si estuviera en espera de que el maestro le llamara la atención por quedar de “última” en hacer las cosas. Recuerdo que las tareas las llevaba sin terminar, y era la “última de la clase” según el profesor. Por esa razón citaron a su mamá en varias ocasiones, y tomaron la decisión de que se sentara en el primer puesto de la fila. La llevaron también al optómetra (oculista) para ver si tenía problemas de visión y, bueno, resultó que sí necesitaba anteojos, pero su situación no mejoró.

Había una cosa en la que Carolina era la mejor: en la clase de danza y deportes, donde se desenvolvía como pez en el agua, pero yo, ¡yo era un total fracaso! en esa área, no podía llevar el ritmo. El tiempo pasó y nos graduamos, y cada quien siguió por su lado. A Carolina muy poco la vi después.

Cuando entré a la universidad decidí estudiar educación, y fue hasta entonces que me di cuenta de muchas cosas: entendí a mi amiga, porque resulta que hay una teoría llamada Inteligencias múltiples ,__ que abarca ocho áreas y son las siguientes:

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1. Lingüístico-verbal.

2. Lógica-matemática.

3. Espacial.

4. Musical.

5. Corporal-kinestésica.

6. Intrapersonal.

7. Interpersonal.

8. Naturalista.

Esto fue descubierto recientemente, en 1983, por Howard Gardner. Cada ser humano tiene una inteligencia diferente, esto quiere decir que cada uno es experto en algo y no en todo, como usualmente nos hacen creer muchos maestros.

En mi experiencia como maestra me percaté de que es totalmente cierto, porque hay niños con capacidad lectora increíble, mientras que otros son espectaculares dibujando, y hay muy buenos también en matemáticas.

Por lo tanto, ¡no te preocupes si tu hijo no es el primero de la clase! Muchos maestros no saben o no aplican esta teoría, y nada más se limitan a medir la inteligencia por medio de un examen, pero no se detienen a ver las posibilidades que cada niño tiene; por eso, como padres es necesario aprender a conocer a nuestros hijos y ayudarlos para que vayan desarrollando sus capacidades al máximo. Te comparto estos consejos que seguro te serán de ayuda:

  1. Es recomendable pasar tiempo de calidad con los niños, con intención de poder conocer sus necesidades e intereses.

  2. Deja que experimenten en lo que les llame la atención, pero eso sí, nunca dejes de observarlos.

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  3. Dialoga con su maestro o maestra sobre su comportamiento, es responsabilidad como padres o encargados estar al pendiente de su educación.

  4. Apóyalos, y sobre todo aprende a dirigirlos para que se desarrollen a plenitud.

En este enlace hay algunos consejos para que un docente pueda estimular el desarrollo de las inteligencias múltiples. Por supuesto, puedes leerlo y aplicarlo a tu labor como madre. ¡Te deseo mucho éxito!

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Sandra Díaz

Sandra es de Colombia, le gusta escribir, reír y disfrutar de la vida junto a su amado esposo y su perro Chester.