¿Por qué tu primer hijo te hará cuestionarte todo?

Cuando pasamos de vivir en pareja a ser padres pareciera que nuestro mundo queda "patas para arriba". Los hijos nos hacen cuestionarnos todo y replantearnos nuestra manera de pensar y de actuar.

Maia Fernandez

Cuando pasamos de vivir en pareja a ser padres pareciera que nuestro mundo queda “patas para arriba”. Con mi esposo conversé mucho acerca de cómo queríamos criar a nuestro futuro hijo, y tuvimos siempre confianza en que íbamos a hacer las cosas con amor y esfuerzo. Pero, aunque nos sentíamos preparados, sucedieron algunas cosas que no teníamos previstas. Nos dimos cuenta que una cosa era saber teóricamente cómo queríamos actuar y otra bastante diferente era enfrentar todo cada día con el bebé en brazos. El primer hijo te hace cuestionarte sobre muchas cosas. Aquí van algunos ejemplos que ilustran algunas de nuestras vivencias:

1. La televisión

. Puede que seas de las personas que opinaban que a los niños no hay que darles jamás el control remoto del televisor, y que no es bueno que miren televisión. Cuando te enfrentas con la realidad, sin embargo, te das cuenta de que ese día que estabas tan apurada en la preparación de la comida, darle un rato el control, o dejarlo mirar el televisor, no resultó tan terrible.

2. Lactancia materna

Llevas bien en alto la bandera de la lactancia materna y así debe ser, no hay duda de que el mejor alimento que un bebé puede recibir es la leche de su mamá. Pero, quizás tu bebé tenga que complementar con algo de biberón. Esto no en todos los casos es real, y muchas veces el problema de la poca leche se soluciona con un aprendizaje profundo sobre nuevas posturas para amamantar mediante el asesoramiento de una puericultora. Pero hay ocasiones en que el pequeño en realidad necesita una ayudita, entonces debemos ser analíticos y no dejarnos llevar por emociones que afectarán la salud de nuestro bebé. Se trata de un tema delicado. Lo mejor es conseguir un pediatra de confianza que nos oriente ante cualquier duda.

3. La casa

¿Eres de esas personas que mantienen el orden en su casa y que tienen una presentación personal impecable? Bueno, prepárate porque quizás la maternidad te haga desestructurarte en ese aspecto. Habrá días, sobre todo los primeros, en los cuales no podrás ni bañarte y tu casa será un caos. Ahí te cuestionarás sobre qué importancia le dabas antes a la limpieza y cuáles deben ser tus prioridades ahora. La limpieza de nuestro hogar es necesaria, pero es mejor contar con la ayuda de tu mamá, hermana o incluso marido para que te ayude con eso, y tú poder dedicarte de lleno al bebé.

4. El perfeccionismo

Si te gusta tener todo perfecto y bajo control verás cómo habrá momentos en los cuales te será muy difícil mantener ese equilibrio. Entonces, respira profundo, date un momento para relajarte y piensa que es bueno desestructurarse un poco, y que los hijos son nuestros maestros. Ellos, día tras día, nos están enseñando algo. Si queremos controlar demasiado todo perderemos la espontaneidad de vivir el momento y quizás de captar la enseñanza del día.

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5. La persona desestructurada

A la inversa del anterior, si eras una persona desestructurada, que siempre ha vivido según cómo se van presentando las cosas, sin muchos planes a largo plazo, no te gusta cumplir horarios o eres desorganizada; tu hijo te pondrá en la necesidad de comenzar a cambiar algunos hábitos, a tener en cuenta que el hogar necesita estar organizado y más con un bebé.

6. Dejar a tu bebé con otros

Si decías que jamás dejarías a tu bebé con otra persona, habrá días, aunque estando embarazada creas que no, en que necesitarás un poco de soledad. Es muy saludable, de vez en cuando, dejar a tu bebé con tu mamá o con tu marido por un rato y salir a dar una caminata. No vas a ser una mala madre por eso. Si lo necesitas, hazlo, verás que te despejarás y te ayudará a tener más equilibrio emocional para cuidar al bebé.

Si aprendemos a vivir con equilibrio y amor, sinceridad y confianza en nuestra labor como padres, iremos superando cada instancia de la crianza de nuestros hijos con buenos resultados. Si sabemos aprovechar esas oportunidades creceremos como personas, y seremos capaces de no juzgar superficialmente a la gente; capaces de escuchar, de aprender de los errores y de maravillarnos a la par de los niños. Algo muy hermoso en este sentido es que estaremos en posibilidades de comprender y valorar mucho más la educación y el sacrificio que nuestros padres han hecho por nosotros. Un hijo nos hace dar cuenta de que quizás hay mil cosas por cambiar en nuestra manera de ser, que debes adaptarte a ese ser, que por su pequeñez demanda tanta energía nuestra. Y, sobre todo, a que cada día es una aventura maravillosa. Déjate llevar por esa magia y que sea el amor el que siempre te guíe para actuar o tomar decisiones.

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Maia Fernandez

Maia Fernández vive en Argentina.Considera fundamental la educación de los niños y al arte en sus diferentes manifestaciones como un componente irremplazable de la misma. Blog www.educacionmusicalencasa.blogspot.com.ar