Principal necesidad del recién nacido: el contacto físico con su madre
Al tener un bebé buscamos satisfacer al máximo todas sus necesidades. Embarazadas nos imaginamos acunándolo y viéndolo dormir, pero cuando nace nos damos cuenta de que al principio resulta difícil percibir qué desea, y esto nos genera ansiedad.
Karla Chavarria
Buscar el bienestar del niño a toda costa es parte de nuestro instinto materno. Le cambiamos el pañal, revisamos que no tenga frío, ni calor, hambre ni sueño, pero a veces no le damos la suficiente importancia a su principal necesidad: el contacto físico con su madre.
¿Te ha pasado que el niño duerme plácidamente encima de ti, y que llora apenas lo acuestas en su cuna? Quizás saliste a hacer una compra y dejas al bebé al cuidado de su abuela o con un familiar cercano, pero a la media hora de haber salido te llaman para decirte que el bebé está desconsolado, y que ya revisaron todas las causas posibles por las que podría llorar, pero aun así no se calma. ¿Por qué será?
Al nacer el bebé deja tras sí nueve meses gestándose en el vientre materno, donde tiene contacto continuo; no pasa hambre, ni frío, escucha el latido de tu corazón, conoce tu voz, lo cual le hace sentir seguro y protegido; en fin, tiene todas sus necesidades cubiertas al instante. ¿Y qué hace pensar que apenas nace no va querer lo mismo? Como dice la psicóloga Rosa Jové, en su libro La crianza feliz, el recién nacido requiere un entorno que intente parecerse en lo posible a la vida intrauterina; a esto se le conoce como exterogestación. Hay que darle tiempo para que se adapte a la nueva vida afuera, ya que no está preparado para afrontar este gran cambio de manera tan abrupta. Este período puede tardar alrededor de nueve meses, más o menos.
Algunos beneficios que conlleva el contacto físico con la madre para un bebé, son los siguientes:
Se regula la temperatura corporal del recién nacido
Al inicio el bebé no regula bien su temperatura corporal, por lo que al estar encima de tu cuerpo le transfieres calor y es menos propenso a presentar hipotermia.
Llora menos
Se ha comprobado que los bebés que son llevados por su madre más tiempo, lloran menos que los que sus madres no cargan tanto, al ser la única manera que tienen de reclamar el volver a su regazo, debido a que esto los tranquiliza y disminuye el estrés que pueda tener.
Tiene menos cólicos y ayuda al reflujo
El estar en brazos, en posición erguida, ayuda al alivio de los cólicos e impide el reflujo.
Favorece al correcto establecimiento de la lactancia materna
Al estar más cerca de su madre propicia el amamantamiento más seguido, lo cual es vital para que la madre tenga suficiente leche y se establezca la lactancia de manera apropiada.
Duerme mejor
Por todas las razones anteriores el bebé dormirá mejor al tener a su madre cerca brindándole amor, calor, alimento y seguridad, se duerme más rápido y por períodos de tiempos más largos.
Ayuda a su desarrollo cerebral
Cuando se toca al bebé le damos el mensaje de que es amado, por lo que ese estímulo contribuye a que se den conexiones cerebrales que estimulan el buen desarrollo de su cerebro.
Como puede verse es de vital importancia para el bebé el estar en contacto físico con su madre. Sin embargo, cuando a ésta, por algún motivo, no le es posible llevar a cabo esta tarea de tiempo completo, es igual de importante que quien esté a cargo del niño pueda entender y tratar de satisfacer esta necesidad lo mejor posible. Algo que a mí me ha ayudado mucho con mi hija, a fin de poder llevarla en brazos y hacer otras labores, es el uso de cargadores ergonómicos o portabebés. Lee sobre ellos en el siguiente artículo, Ocho beneficios de llevar a nuestro bebé en un portabebés. Cuida que sean cargadores ergonómicos, para que no afecten las caderas y columna del niño.
No tengas miedo de malacostumbrar a tu bebé a estar en tus brazos –como dicen algunas personas–, ya que él ya viene acostumbrado desde tu vientre, lo necesita. No menospreciemos esta necesidad básica del contacto físico del ser humano. Recuerda que esto trae muchos beneficios para tu hijo: un óptimo desarrollo físico, cerebral y emocional, y mucha felicidad.