Principios para fortalecer tu matrimonio: cómo reedificarlo con principios correctos (Parte 2)
Después de haber realizado los primeros auxilios, tu siguiente paso es reconstruir tu matrimonio y volverlo fuerte.
Paola López Martínez
Vivimos en un mundo cada vez más rápido, donde muchas cosas urgentes reclaman nuestro tiempo. Hoy en día el trabajo, las preocupaciones económicas, la búsqueda de descanso y entretenimiento, los amigos, e incluso la responsabilidad de educar a los hijos, ocupan nuestra mente. En ocasiones nos dejamos distraer por ellos de tal manera, que al final terminamos olvidándonos de lo más importante: nuestra pareja.
Sin duda el amor y el respeto en el matrimonio deben ser nuestra prioridad. Sin embargo, muchas veces nos dejamos guiar por distorsiones cognitivas (que fueron explicadas mejor en la parte 1 de este artículo), las cuales debilitan nuestro matrimonio. Hoy mi propuesta es motivarte a que construyas un matrimonio fuerte, bien establecido, seguro y armonioso, en donde tu prioridad sea tu pareja, antes que cualquier otra cosa. ¿Te atreves?
Si respondiste que sí, te felicito. Has decidido dar pasos hacia la voluntad de amar a tu pareja por sobre todas las cosas y volver a cimentar tu matrimonio. Para lograrlo, comparto contigo seis pasos que te servirán para armar una base sólida y formar pilares resistentes a fin de lograr un matrimonio fuerte y bien establecido.
Comparemos tu matrimonio y el mío con una construcción. Un edificio que debe resistir todo tipo de inclemencias y adversidad, pero que a la vez debe ser un templo de amor, calidez y armonía. ¿Has notado que una casa nunca se termina de construir y siempre requiere mantenimiento? Por lo mismo los constructores, yo y mi esposo, tú y tu cónyuge, debemos trabajar con empeño, con los mínimos descansos, siendo dedicados y creativos, ingeniosos y habilidosos.
Hoy quiero compartir contigo los elementos que me han servido de cimientos, paredes y techo fortaleciendo mi matrimonio y que te animo a que lleves a cabo junto con tu esposo para iniciar la realización de la obra maestra de sus vidas: Un matrimonio fuerte.
Los cimientos: Tener un proyecto de vida
Reorganizaro planear su proyecto de vida si es que, cuando se casaron, no lo hicieron. Cada uno debe tener en mente, y después plasmar en un papel su “Plan de vida individual”. Esto, con la intención de comunicárselo a tu cónyuge. En este plan de vida debes considerar todo lo que quieres y esperas de tu matrimonio para llevarlo a cabo durante toda tu vida, incluye tópicos como trabajo y profesión, educación de los hijos, roles de cada cónyuge, labores domésticas, viajes, etc., todo lo que para ti sea importante. Cuando los hayas hecho es tiempo se sentarte junto a tu pareja y compartir cada uno su plan de vida individual y encontrar puntos de encuentro y así formar un “Plan único matrimonial” con las ideas de los dos. Es importante que sepas que alguno de los dos terminará cediendo en ciertos aspectos, pero te aseguro que si buscan el bien mutuo, les será sencillo. No se trata de una lucha de poder ni de imponer, si no, de compartir y unificar visiones para llevarlas a cabo.
Los pilares: Compromiso
Tomas tu responsabilidad ante tu matrimonio, ante tu pareja, ante tus hijos. Compromiso en todo lo que emprendas, contigo mismo. Consumar tu promesa de amor te dará una nueva imagen ante tu cónyuge, ante tus hijos y demás personas. Un matrimonio es un pacto de amor, un convenio legal y moral. Si prometiste ser fiel, cúmplelo; si prometiste amar por siempre, hazlo; has pactado dar todo siempre, dalo por completo, comprométete.
Los muros: Pasión
Un matrimonio necesita dos personas apasionadas en todos los sentidos, entregadas por completo el uno al otro, buscando siempre el bienestar del ser amado, como también necesita de la intimidad apasionada, que no se apaga ni se extingue con nada sino que, al contrario, busca siempre avivar el fuego. Reanimar la relación. Si abres tu mente te darás cuenta que no solo hablo de las relaciones íntimas; hablo en todos los sentidos, un matrimonio necesita fortalecerse diariamente, avivarse, motivarse a diario.
El techo: Sacrificio
La vida, el amor y el matrimonio siempre nos ponen en situaciones en donde hay que entregarse por completo aun negando, en ocasiones, parte de nuestras necesidades para satisfacer las de los demás. El matrimonio es el lugar perfecto para darse sin reservas, buscando siempre el bien del otro. Sacrifica tu tiempo y entrégalo a tu cónyuge; consagra tu trabajo, el tiempo de los estudios y la profesionalización, sacrifica lo que quieres y dáselo a tu pareja. Cuando tu cónyuge note todo esto, también buscará hacer lo mismo. Es una actitud contagiosa: no siempre serás tú quien entregue todo, en su momento también recibirás tu recompensa.
La punta del techo: Lucha
Vayan de la mano, al mismo nivel, luchando contra todo y todos por lograr mantener su matrimonio fuerte y feliz, aun a pesar de las adversidades, en los buenos y malos momentos sigan manteniéndose juntos, inamovibles, ámense, haláguense, mímense, luchen a diario por preservar su amor.
Estoy segura que si te decides a dar estos pasos de voluntad lograrás fortalecer tu matrimonio y construirás un hogar sólido y feliz. El amor y las relaciones de pareja maduran y, si les damos mantenimiento, nunca envejecerán: un matrimonio siempre se puede mantener joven y fértil, dispuesto a progresar. ¡Así que anímate y avanza, por que aún tienes mucho camino por recorrer junto a tu amado!