Promesas del cielo para ti

Dios tiene bellas promesas para ti, guárdalas en tu corazón y vívelas.

Marta Martínez Aguirre

Todo lo puedo en Cristo que me fortalece

(Filipenses 4:13)

¿Qué es lo que te angustia y paraliza? Pablo nos enseña en estas palabras a vivir por encima de las circunstancias. El secreto de la felicidad comienza cuando te arrodillas cada mañana y le pides a Cristo fuerzas para vencer.

Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio,

al Altísimo, como tu morada,

no te sobrevendrá mal,

ni plaga tocará tu morada

Pues mandará a sus ángeles por ti,

para que te guarden en todos tus caminos

(Salmos 91:9-11)

El salmista es un hombre de fe, quien ha tenido un encuentro con Dios al habitar a Su abrigo y bajo Su sombra omnipotente. Sigue su ejemplo, ponte bajo Su cuidado y amparo, pero también dispón tu corazón para creerle. Tu fe no será ciega si la basas en la experiencia personal, será sostenida y galardonada por el Dios que te ama, dondequiera que vayas.

Porque si el árbol es cortado, aún queda para él esperanza; retoñará aún,

y sus renuevos no faltarán

(Job 14:7)

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Tal vez estés pasando por momentos de tristeza y dolor, sientes que te han dañado las ramas del alma. El dolor a veces es un cruel visitante que se acomoda en la cocina y vacía tu alacena, dejándote con las manos vacías. Sientes que la desesperanza crece dentro de ti, la primavera parece lejana. En esos momentos siempre queda la fe en el Cristo viviente, que hará que tu esperanza retoñe. Siempre será primavera para quien confía en Dios.

Alzaré mis ojos los montes

¿De dónde vendrá mi socorro?

Mi socorro viene de Jehová,

que hizo los cielos y la tierra

No dejará que resbale tu pie

no se adormecerá el que te guarda

He aquí, no se adormecerá ni dormirá

el que guarda a Israel

(Salmos 121:1-4)

Los problemas pueden ser tan grandes como una montaña, sin embargo, debes poner tu vista un poco más alto: en el Creador de los cielos. Es probable que te desveles pensando cómo vas a pagar las cuentas o cómo vas a ayudar a tu hija que sufre. Sientes que no tienes tiempo de tomar un respiro y la preocupación invade tu dormitorio. Pero en tu desvelo no estás sola: tu Padre Eterno no duerme, Él vela por ti, sabe de tus necesidades y te protegerá en todo lo que emprendas. Duerme, trata de descansar en Él. Déjate acariciar por Diosy permite que con ese amor paternal, cuide de ti.

Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor grato, sacrificio acepto, agradable a Dios. Mi Dios, pues, os proveerá de todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.

(Filipenses 4:18-19)

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No sé cuál es tu necesidad: verduras, alquiler, ropa, remedios. Sin embargo, puedes confiar en lo que dijo el apóstol Pablo: nada va a faltarte. Dios le proveyó todo lo que necesitaba a través de los filipenses. No tengo duda que cuando vio llegar a Epafrodito cargado con todo lo que le enviaban los hermanos de Filipos, su corazón rebosó de gozo. Lo que Dios le dio a través de estos hermanos alcanzó para él y para dar a otros. Es por eso que Pablo dice con autoridad “mi Dios”, porque supo en quién confiaba. Aférrate a esta promesa también y deja que Dios provea. Y cuando recibas, comparte. Dios es sensible a tus necesidades, pero espera que tú también lo seas para con otros. El Dios de las riquezas es generoso y desea perfumar tu vida.

Por la misericordia de Jehová

no hemos sido consumidos, porque nunca terminan sus misericordias

Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad

(Lamentaciones 3:22-23)

¿Puedes reconocer las bondades y las misericordias de Dios en tu vida? Cada mañana El Señor te entrega Su misericordia pues Él te ama de un modo tan especial que es difícil de comprender. Cada día Su bondad se hace presente en ese trozo de torta de cumpleaños, en esa camisa nueva, en ese libro de estudios, en esa mirada dulce de tu hija pequeña. Dios te muestra que es fiel. Te es fiel a ti y te regala la sangre preciosa de Su Hijo, es el regalo, es un don que comparte contigo, para darte vida en abundancia.

¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecusión, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá apartar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.

(Romanos 8:35, 38-39)

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Muchas veces te equivocas, tropiezas, te levantas, sigues y vuelves a caer. Estás estudiando para tus exámenes y te das cuenta que no has orado en estos días. Te enamoraste y sólo tienes ojos para esa persona especial, y ya no lees las Escrituras. Nada de esto va a hacer que Dios deje de amarte. Con amor eterno te ha amado y seguirá haciéndolo, porque eres parte de Sus sueños. El amor de Cristo es eterno y no cambia con tus circunstancias. Dios te ama con un amor profundo, inseparable.

Que puedas aferrarte a estas promesas y sientas que Dios deja de ser algo impreso en un libro, para hacerse realidad en tu vida.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: