Protege a tus hijos: háblales de sexo
Asumir la responsabilidad de la educación sexual de tus hijos es indispensable para evitar que vivan una vida promiscua, contraigan enfermedades de trasmisión sexual, o que enfrenten un embarazo no deseado.
Andrea Echeverri Gutierrez
Hace aproximadamente 60 años el noviazgo no existía en las relaciones de pareja. Si a un hombre le gustaba cierta mujer, debía citarse con los padres de ella y pedir su mano. Y si éstos aceptaban la propuesta, se casaban e iniciaban una vida conjunta, sin conocerse. Pero todo esto cambió y se estableció el noviazgo como una etapa previa al matrimonio; en la cual los dos tienen la oportunidad de conocerse, de divertirse y aceptarse mutuamente, hasta llegar a la unión matrimonial.
Aunque con algunos cambios a lo largo del tiempo, el noviazgo continuó siendo una etapa importante que se vivía antes de comprometerse en matrimonio. Ahora todo parece volver al principio, a cuando no existía el noviazgo, pero de una forma diferente y alocada: los jóvenes salen de la primera cita directo a tener relaciones íntimas.
¿Cómo debes aconsejar a tus hijos respecto a sus relaciones de pareja?
Al ser padre o madre tienes una responsabilidad ineludible respecto al manejo que darán tus hijos a su propia sexualidad. Por esto, desde temprana edad es aconsejable hablarles con naturalidad respecto a cada parte de su cuerpo. Además, a medida que crecen, también crecen sus dudas, y hay que estar siempre dispuesto a explicarles cada aspecto relacionado con la vida sexual y con las relaciones de pareja. Aquí tienes algunos consejos para abordar estos temas:
Ten presente que la manera en cómo abordas el tema de la sexualidad influye directamente en la forma cómo tus hijos asumirán su propia vida sexual
Lo recomendable es que les expliques que las relaciones sexuales son naturales en el ser humano, pero que se deben asumir en forma responsable y ya dentro del matrimonio.
Cuando hayas dado todas las explicaciones, enseña a tus hijos que las relaciones sexuales deben surgir del amor y no de un simple deseo o impulso
Dale a tus hijos herramientas que los mantengan protegidos de los peligros a los que se exponen cuando se lleva una vida sexual activa. Lo primero es suministrarles una información clara y completa respecto a su cuerpo. Cuando hayas dado todas las explicaciones, enseña a tus hijos que las relaciones sexuales deben surgir del amor y no de un simple deseo o impulso.
Si tienes hijos varones es indispensable que les enseñes a ver a las mujeres como iguales en esencia y en derechos
Los hombres deben aprender desde temprana edad que ellas no son objetos para satisfacerlos, o para cumplir sus deseos, ni mucho menos para servirlos y atenderlos.
A tus hijas mujeres enséñales a valorarse y a que asuman su rol dentro de la pareja en igualdad de condiciones
Ellas se deben respetar a sí mismas y deben tener claro que los hombres están obligados a respetarlas en todo momento.
Lo mejor es vivir esa experiencia íntima y sagrada con alguien a quien de verdad se ama
Siempre que tengas oportunidad recuerda a tus hijos que la vida sexual activa tiene riesgos en varios aspectos, y que lo mejor es vivir esa experiencia íntima y sagrada con alguien a quien de verdad se ama.
Promueve ante tus hijos el noviazgo como una etapa importante para conocer al otro
y como una oportunidad de evaluar si éste merece nuestro compromiso matrimonial. Hazles ver que el sexo antes del matrimonio no es sano, ni indicado para el desarrollo personal.
Y procura decir todo lo que consideras que debes decir en los momentos indicados
Mantén una comunicación permanente con tus hijos, para que ellos puedan recurrir a ti en caso de dudas. Y procura decir todo lo que consideras que debes decir en los momentos indicados. No esperes a que tus hijos te pierdan la confianza o a que afecten su vida por decidir de forma errónea.
Tus hijos adquieren conocimientos en las aulas de clase, pero la educación es responsabilidad tuya. Eres tú quien debe inculcar en ellos los valores necesarios para que vivan en forma adecuada, a pesar del entorno en el que vivimos.