¿Quieres divorciarte? Seis maneras para lograrlo

Si eres de esas personas que dentro de una relación es mejor callar que pelear o mentir para no herir, acá te dejó un dato que te ayudará a cambiar de opinión.

Erika Otero Romero

Si eres de las personas que aun piensan que casarse o vivir en pareja no representa más desafíos que los del día a día, y que superando esas situaciones la mayor parte del trabajo ya está hecho, estás equivocada y acá te diré cuál es la razón.

Como personas cada uno de nosotros carga con sus propios “demonios“; experiencias, defectos o vicios que si les cedes el control no perderán el tiempo para tomar las riendas de tu vida y de todo lo que poseas, hasta hacer mucho daño tanto a la persona que los soporta como a su compañero, por eso es imprescindible que los detectemos y así podamos llegar a controlarlos para que no destrocen nuestra relación de pareja.

La película “Durmiendo con el Enemigo” está basada en la novela de Nancy Price que recibe el mismo nombre, la historia describe cómo una esposa sumisa y temerosa es golpeada de manera sistemática por su esposo, un hombre controlador y obsesionado con el orden, que si no encuentra las cosas como le gustan o ella no luce como él desea y complace sus deseos, es sometida a una violencia tanto física como mental que finalmente la hace querer escapar de lo que ella considera “martirio y tortura”.

por supuesto, lo anterior no es sino un ejemplo extremista de ese tipo de situación. Sin embargo, no negamos que muchos matrimonios se vuelven un infierno cotidiano por causa de personas de ambos sexos con dificultades personales de esa índole, llevando a su pareja al hastío y al agotamiento; personas que se cansaron de “nadar contra la corriente” y prefirieron perder su matrimonio para ganar tranquilidad.

Debido a esto, a continuación te expongo algunos de los demonios personales que debes controlar para no hacer que tu pareja quiera salir huyendo de tu lado, compártelo y ayuda a otras personas que sepas están pasando por algo similar.

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Reprimir lo que sientes

Reprimir es contener las emociones negativas sin dejar que salga ni una manifestación de lo que te molesta; esto puede llevar al punto tal que en un momento de tanta presión estallarás y la reacción no será nada buena. ¿Cómo lo evitas? fácil, si algo no te gusta de una situación determinada, háblalo en el mismo momento que se presente, sin alterarte y sin gritar; y en caso que se “avecine una tormenta”, aléjate, respira o sal a caminar y vuelve para hablar del tema cuando ya todo esté calmado; incluso es bueno llorar, a veces es necesario pues es una acción liberadora de cargas antes que una muestra de debilidad.

Esperar que tu pareja cambie

Eso es algo que muy probablemente no ocurra y podrías pasar mucho tiempo esperando que pase; lo mejor que puedes hacer es amar a tu compañero y aceptarlo como es, apoyándolo en sus dificultades y elogiando sus fortalezas, haciéndole ver poco a poco qué es lo mejor para ustedes y te garantizo que la convivencia será más placentera; o en el caso que sean dificultades tan grandes que te lleven a salir lastimado, lo mejor que puedes hacer es alejarte de su compañía y hacerle ver que no es bueno para ninguno de los dos.

No tener metas en pareja bien definidas

Así como individuos nos planteamos objetivos, como pareja también se deben tener metas. Hace un tiempo alguien me hizo un comentario, podría decirse que venenoso, respecto a mi ex y su esposa, me dijo: “Me encontré a X y me contó que ya le tenía a su esposa un lindo juego de cuarto además de un buen juego de sala y comedor”, a lo que respondí con una sonrisa: “es que eso es lo que se supone él debería hacer. Sí yo hubiese sido quien se casará con él, cómo mínimo ya tendría que tenerme una casa”.

Si la persona con la que estás comprometido está contigo hace 3 o 4 años y aún viven en casa de uno de sus padres sin expectativas de cambio, o tienen 3 años de novios y nada que hace la propuesta de matrimonio ¿qué esperas hacer? plantéale una meta y si al cabo de un tiempo estimado, dicha meta no se ha cumplido, entonces es el momento que tú tomes la decisión que más te favorezca.

Celos

Y volvemos con los celos. La inseguridad en sí misma es algo bastante fastidioso de cargar; soltársela al otro en forma de reclamos y atención es agobiante, agotador y deteriora el amor al punto de anularlo; hace llegar al irrespeto e incluso a la violencia física y verbal. Lo que más enamora, es una persona que se muestra cómo es y sobretodo que crea en sí misma.

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La crítica constante

“Esto te quedó mal” o “la comida no es como la que hace mi madre”, tales comentarios agobian; no esperes que tu pareja cumpla tus expectativas, en su lugar procura amar cada detalle para crecer juntos como compañeros de viaje.

La mentira

Un dulce sueño no puede nacer de una mentira y sabes bien, que cuando una mentira es descubierta la confianza se pierde; lo mejor para los dos es siempre hablar francamente de todo, incluso, cuando las cosas no están bien.

Estos no son los únicos errores que una persona puede cometer, sin embargo, son algunas de las cosas que más perjudican una relación de pareja; lo que puedes hacer ahora es estar alerta y evitarlas para así no salir lastimado y terminar solo y destruido.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.