4 consejos para ayudar a tu hija a prevenir la bulimia y la anorexia
La anorexia y la bulimia son trastornos que afectan a miles de jóvenes. Usando una influencia positiva, la madres podemos prevenir y disminuir la incidencia en nuestros hogares.
Denhi Chaney
Los medios de comunicación viven del mercado y, por lo mismo, continuamente están mandando mensajes a nuestras hijas en donde dictan las normas de lo que ellos dictan que es la belleza, el peso correcto, el físico correcto, y todo con la promesa de ser feliz y conseguir todo lo que siempre hemos soñado, o cuando menos de ser aceptadas en la sociedad. Con todos estos mensajes impositivos no es ninguna sorpresa que haya tantos casos de anorexia y bulimia en nuestra sociedad. Es importante saber que la anorexia y la bulimia no son simplemente hábitos, sino verdaderas adicciones que tienen efectos mentales y físicos, y desafortunadamente en muchos casos pueden llevar hasta la muerte. Hay quienes las consideran enfermedades mortales. En pocas palabras, no es algo que se pueda ignorar.
En el lado positivo las mamás tenemos mucha influencia en cómo nuestras hijas se perciben y cómo perciben su cuerpo y belleza. Dando mensajes sanos y positivos como madres podemos ayudar a prevenir esta enfermedad. Esta preparación empieza desde las niñas más pequeñas, es decir, la influencia empieza aun con niñas de apenas dos años de edad. Nunca es demasiado temprano para empezar, y aunque no garantiza que nunca caigan en estos hábitos (que eventualmente llevan a la enfermedad), es definitivamente llegar a la batalla con el pie derecho.
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Ama tu propio cuerpo. Este es el primer consejo y probablemente el más difícil, pero no podemos enseñar lo que nosotras mismas no entendemos. Tenemos que aceptar y amar nuestro cuerpo antes de demostrarles a nuestras hijas cómo hacer lo mismo con el suyo. Podemos hacer ejercicios frente al espejo y superar nuestras propias inseguridades al hablarnos a nosotras mismas, y aprender a apreciar no solamente como nuestro cuerpo se ve sino también todo lo que nuestro cuerpo puede hacer.
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Habla sobre los mensajes que ella recibe de belleza. Es importante tener una conversación de cómo ella percibe los mensajes de belleza que la rodean. Esta conversación tiene que ser sincera y tomarse su tiempo para realmente entender cómo ella se siente en comparación con otras niñas, con modelos, actrices etc.
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Mantén una actitud sana de alimentación y ejercicio. Aunque la mayoría de nosotras intenta mandar un mensaje sano de alimentación y ejercicio a veces podemos mandar exactamente el mensaje contrario. La actitud de vivir sanamente debe de ser algo relajado y natural y no algo forzado. Es decir, no hagamos gran cosa si un día tu hija decide comerse una dona, o tomarse un descanso del ejercicio. Manda un mensaje de balance en lugar de obsesión con la nutrición y el ejercicio.
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No critiques. A veces un comentario puede ser tomado como una crítica y nuestras niñas son extremadamente sensibles a los comentarios que vienen de sus madres. Se positiva con los atributos de tu hija, y si hay algo que puede mejorar, motívala sin criticar, especialmente con comentarios como: estás subiendo de peso, tienes un poco de grasita, no comas postre, entre muchos otros comentarios.
La relación entre madre e hija es una relación definitivamente poderosa. Y aunque hay demasiadas influencias que afectan a nuestras hijas negativamente, nuestra influencia puede hacer la diferencia. Cuando tomamos una actitud diferente tal vez no podamos prevenirlo totalmente, pero creará una relación en donde la adolescente buscará ayuda antes de que sea muy tarde. Definitivamente, como madres podemos hacer un mundo de diferencia.