El final de un día feliz, inicia con el cuidado de los pies

Podemos trabajar y seguir la mayor parte de nuestras actividades con un dolor de cabeza o de estómago, pero con dolor en los pies ¡es imposible!

Emma E. Sánchez

Voy a confesarte algo: no me gustan los pies descuidados. Nunca he entendido por qué muchas mujeres usan zapatillas descubiertas o zapatos que muestran el poco cuidado que le dan a sus pies. Yo entiendo perfecto que, a veces, nos toca simplemente tener pies no muy agraciados o con algunos problemas de formación, pero otra cosa muy diferente es que nuestros pies se tornen feos, se deformen o lleguen a padecer y dañar el resto del cuerpo y la vida por descuido nuestro.

En las culturas orientales, los pies y la columna vertebral son fundamentales. Se dice que tu verdadera edad está determinada por la flexibilidad y salud de tu columna vertebral y tus pies. Se puede vivir con muchos malestares, pero una buena parte de nuestra calidad de vida tiene que ver con la salud de nuestros pies. A continuación te comparto algunos cuidados básicos y sencillos que muchos podólogos y abuelitas comparten como joyas de conocimiento.

1. El calzado

Somos mujeres, amamos los tacones y, a pesar de lo que muchos ortopedistas y quiroprácticos nos digan, seguiremos usándolos; sin embargo, por más que los amemos, no debemos abusar de ellos. Prefiere los zapatos anchos del frente, que no te opriman demasiado los dedos al grado de deformarlos o formar callos. Si acostumbras este tipo de calzado para trabajar, busca zapatos acojinados que den confort a todo el pie. Cuida talones pues hay quien tiene tendencia a desarrollar “talón calcáneo” y es, créeme, muy doloroso. Busca comodidad, principalmente en la parte posterior, a la altura del hueso astrágalo; en esa parte algunos zapatos lastiman y forman ampollas. Recuerda esta regla del calzado: el zapato se debe adaptar a tu pie, no tu pie al zapato. Si para usar un par de zapatos debes de usar colchoncitos, protectores o padecer algún dolor, esos zapatos deben de irse. Usa zapatos que te queden un centímetro más grandes en la punta, que no lastimen tu empeine y que “contengan” tu pie de los lados, evitando que éste se “desborde” y que tus dedos se salgan de la plantilla.

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2. El descanso

Los pies y piernas son tu vehículo, te llevan y te traen, son las bases y columnas que soportan todo tu ser y te hacen lucir bella y segura; por esto y muchas razones más, debes cuidarlos. El descanso es fundamental. Cada que tengas oportunidad, camina descalza, disfruta las texturas del piso; si está muy frío, usa calcetas amplias que te permitan el movimiento. En la noche, antes de dormir, da un masaje ligero, las plantas de los pies y dedos necesitan sentir el fluir la sangre. Si tienes tendencia a retener líquidos, el masaje y poner los pies en alto serán un verdadero placer; usa una crema fresca o con mentol, ya verás lo bien que te sentirás.

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3. Los huesos y músculos

Usa dos o hasta tres pares de zapatos durante el día para descansar y, sobre todo, para que tus huesos y músculos cambien de posición y se relajen. Evita los tacones mayores a 12 cm. Y repito, cambia de zapatos y relaja los pies, pues someterlos al tacón tan alto trae consecuencias en tu espalda. Si percibes que la base o la articulación del dedo gordo comienza a agrandarse o a desalinearse, te recomiendo ir al médico ortopedista, tal vez estás a tiempo de evitar la aparición de los temidos “juanetes” que, aunque hoy en día se operan, son muy desagradables a la vista y, sobre todo, dolorosos.

4. La piel y los hongos

Ventila los zapatos, ponlos al sol, lávalos y déjalos secar perfectamente antes de volver a usarlos. No uses tampoco calcetas húmedas y ventila tus pies. Usa sandalias para ir a la alberca, baños públicos y gimnasios, pues ahí fácilmente puedes contraer algún hongo. El mal olor es una señal inequívoca de hongos.

5. Las uñas

Corta tus uñas y mantenlas limpias y bien arregladas. Sé muy cuidadosa al cortarlas pues de no hacerlo alguna puede enterrarse en la piel produciendo dolores terribles. Si tu vista no es muy buena y tu pulso malo, mejor visita un podólogo o un pedicurista; ellos recortarán tus uñas correctamente, limarán los talones, te darán un masajito y estarán al tanto de la salud de tus pies. Vale la pena la inversión.

Unos pies bonitos, bien cuidados, suaves y, sobre todo, sanos, no solo son agradables a la vista, también dan seguridad, confianza, y te llevarán a conquistar el mundo; no los descuides, consiéntelos y ¡a caminar con orgullo!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.