¿Estás segura que tu hijo no tiene problemas de lenguaje?

¿Sabías que cada día son más los niños que en educación básica tienen problemas de lenguaje y que esto está alterando su desarrollo en muchos aspectos de su vida? Lee y verifica que tu hijo no tenga esta dificultad.

Emma E. Sánchez

A partir de los cinco años de edad, regularmente, un niño sano y que se ha desarrollado en un ambiente “normal” tiene un promedio de dos mil palabras, estructura oraciones de mínimo seis palabras, sabe su dirección y muchos hasta el teléfono de su mamá, hace preguntas y sabe decir para qué sirven los objetos de su entorno y es posible que aún se le dificulte, por mucho, la pronunciación de uno o dos fonemas como máximo. Distingue su mano derecha de la izquierda, entiende los conceptos cerca-lejos, cuenta hasta diez y distingue entre igual y diferente, pero ¿qué pasa cuando no tiene estos avances y por el contario se comunica poco, con dificultad, no canta o tiene “habla de bebé” todavía?

Vamos a revisar algunos antecedentes. El lenguaje en los niños se desarrolla de manera NORMAL cuando estos aspectos están cubiertos:

1. Factores socio-afectivos

Un niño al que los adultos le hablan, no le adivinan lo que quiere, no es ignorado, escucha que le hablan y buscan tener un diálogo con él, escucha pláticas entre adultos y tiene muchas oportunidades de interactuar con niños de su edad y mayores. Es amado, no “apapachado” o “malcriado”.

2. Estimulación

Constantemente tiene estímulos auditivos y se le anima a hablar, no se le critica, burla o imita. Tiene acceso a la música y medios de comunicación de manera dosificada y supervisada.

3. Inteligencia promedio y un adecuado desarrollo del sistema nervioso central

Es decir, cuando el niño es sano, no tiene alguna lesión o problema fisiológico y no tiene déficits sensoriales.

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Si un niño entre 5 y 6 años no habla apropiadamente según su edad, es ERRÓNEO pensar que: “todavía esta chiquito”, “es herencia, su abuelo no habló sino hasta los 7 años”, “es flojito para hablar”, “está mimado”, “le falta convivir con más niños”, “en la guardería van a enseñar”.

Si tu pequeño tiene pobreza de lenguaje, prefiere gestos para comunicarse en vez de palabras, tienen dificultades para imitar sonidos, solo dice palabras y no genera frases, no sigue instrucciones, su tono de voz o pronunciación son extraños o no se le entiende, no puede tener una conversación o confunde tiempos verbales,es prudente que lo lleves a una valoración con algún terapeuta de lenguaje, ya que de tener un problema serio, su tardía detección puede acarrear consecuencias como:

1. Berrinches constantes

Se desespera porque no puede comunicarse y ser entendido.

2. Problemas de comportamiento

Pues no comprende lo que se le dice, no tiene el vocabulario necesario o solo capta parte de las instrucciones que se le dan.

3. Retraimiento social

No va poder hacer amigos, se va a apartar del grupo, se volverá algo tímido.

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4. Desfase en el aprendizaje de la lectoescritura y el cálculo

Ya que no conoce el vocabulario; no querrá ir a la escuela pues solo le frustrará o recibirá demasiada exigencia de los profesores o hasta burlas de los compañeros y puede hasta desarrollar algún trastorno específico del lenguaje.

Revisa a tu pequeño, tu instinto de madre te dirá si algo diferente sucede con él. Es preferible una revisión oportuna y una detección a todas las consecuencias negativas que pueden acarrarse por un descuido en uno de los aspectos más importantes del desarrollo del ser humano: su lenguaje.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.