5 maneras en que puedes estar destruyendo la autoestima de tus hijos

Como padres siempre nos equivocamos pero, si no tenemos cuidado, en ello dañamos la autoestima de nuestros hijos. Aquí 5 maneras de evitarlo

Camila Ignacia Gómez González

“Nadie puede construir su vida con base en lo que no es”. Es una frase que quedó marcada a fuego en mi mente, mientras asistía a un seminario de inclusión social. Con estas palabras la expositora, una sicóloga reconocida en todo mi país, daba comienzo a una charla acerca de los frecuentes errores que cometemos los padres con los hijos a la hora de ayudarles a construir su autoestima. Desde ese día hasta hoy he comprendido que los padres cometemos cinco graves errores con nuestros hijos, te los detallo a continuación, con el propósito de ayudarte a no cometer estos errores:

1. No les sobre exijas

Seguramente has oído alguna vez aquella canción que dice más o menos así: “Será un ingeniero —dice el abuelo— un gran arquitecto sería perfecto, tal vez un artista, qué horror un bohemio”. Pues bien, muchos padres comienzan a reconstruir sueños pendientes a través de los hijos, y desde muy pequeños comienzan a exigir que aprendan más rápido de lo que sus pequeños cerebros pueden procesar. Esto solo genera frustración, un sentimiento que los niños NO saben procesar y que por tanto, como adultos debemos enseñarles a tolerar. Pero si no tiene un modelo a seguir, pues la tarea se vuelve titánica. Respetar los tiempos, gustos y ritmos de aprendizaje resulta fundamental para fomentar el amor propio.

Relee: Yo no le grito a mis hijos, tampoco deberías hacerlo tú.

2. No los compares

Este punto va muy relacionado con el anterior, por algún motivo que desconozco siempre tendemos a comparar con nuestro entorno. Si el hijo de Pedro dice: “Agú” a los cuatro meses, entonces queremos que el nuestro lo haga a los dos. Con esto fomentamos los sentimientos negativos y nublamos la vista de nuestros hijos, dejándoles ver solo sus falencias y no sus habilidades.

3. No olvides alentar

Sencillos actos como: abrochar (atar) los cordones de sus zapatos, aprender a contar, unir letras para comenzar la lectura, interesarse por la actividad física o tener buenas calificaciones, a veces pasan totalmente desapercibidos por los adultos, pues pensamos que es parte normal del desarrollo. Pues bien, debes saber que nuestros hijos necesitan refuerzos positivos, dejarles ver que sus pequeños grandes logros son muy importantes para nosotros, pues poco a poco comienzan a convertirse en seres independientes.

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Relee: Háblale bonito y cambiarás su mundo.

4. No hagas las cosas por ellos

Cada vez que terminamos su tarea, no dejamos que ayude en casa o decidimos hacer las cosas nosotros para que ellos no tarden tanto, estamos diciéndoles implícitamente: “No eres bueno”, o: “No puedes”. Dale el tiempo de aprender a solucionar, probablemente la primera vez que ate sus cordones, él no lo haga con firmeza, pero te aseguro que no siempre será así. Deja que experimente, se asombre y descubra el tremendo potencial que hay en él.

Relee: Señora, por favor, ¡no le haga la tarea a su hijo!

5. No potenciar sus cualidades

¿Te has fijado que muchos padres recurren a profesores particulares para reforzar el área descendida de aprendizaje de sus hijos? Pues bien, no digo que esté mal, pero ¿qué tal si también nos dedicáramos a reforzar las áreas de interés de nuestros pequeños? Si tu hijo es bueno con ciertas áreas, no dudes en buscar actividades que le ayuden a desarrollar aún más las habilidades. Después de todo, nunca sabemos cuándo estamos parados frente a alguien que pueda venir a revolucionar el mundo.

Ayúdale a construir su amor propio con base en lo que sí es, dile cuán amable es con los demás o lo orgulloso que estás como padre de sus aprendizajes. De esta manera verás crecer a alguien que no necesita de los demás para validarse ante el mundo.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.