A ella le gustaba la gasolina… y echó a perder su futuro y el de sus hijos
Tus gustos musicales son una parte esencial de lo que tus hijos serán mañana. Si amas a tus hijos, tú tienes que leer esto.
Oscar Pech
En una muy divertida película antigua, un niño le dice a otro: “Las malas mujeres son como las malas canciones: una vez que se meten en tu cabeza, es imposible sacarlas de allí”.
¿Te has preguntado por qué pasa eso con tu mente? (Me refiero a la música, no a las personas del sexo opuesto). Porque la música, buena o mala, nunca es inocente o inocua; siempre tendrá gran influencia en las cosas que pasan en tu cerebro.
La música y el cerebro
Hoy no voy a hablar de gustos musicales. Vamos a dejar eso de lado y te voy a presentar solo hechos irrefutables, comprobados con estudios científicos. Diferentes estudios demuestran que si tú necesitas incrementar tu memoria y potenciar tu capacidad de concentración, es muy simple: escucha el primer movimiento de la “Primavera”, de Las cuatro estaciones, de Vivaldi.
Un segundo estudio (¡y hay decenas de ellos!) indica que si tú quieres desarrollar la inteligencia espacial de tu hijo, nada como ponerlo a escuchar a Mozart. “El efecto Mozart”, le llaman, y puedes encontrar decenas de artículos en la red. Pero en este artículo que cito arriba, se no da un dato curioso: al dueño de una quesería de gran calidad, le preguntan que cómo le hace para que sus vacas den tan buena leche. La respuesta es simple: los dueños de la quesería hacen que las vacas escuchen a Mozart tres veces al día, y con eso su leche es MUCHO mejor (yo ignoro si eso aplicará a mujeres que lactan: sería bueno, creo, hacer el experimento).
Otros estudios indican que los niños que no solo escuchan música clásica, sino que quienes aprenden a tocar un instrumento, incrementan su coeficiente intelectual en siete puntos. ¡Eso es muchísimo! Y sí, incluso la música tiene un efecto en las personas depresivas porque, como dijimos arriba, la música nunca es inofensiva: la música interviene en la química del cerebro. Hay quien dice que el efecto de la música es equivalente al de las drogas, salvo que la buena música es como una droga que hace bien y la mala música definitivamente daña al cerebro.
Por ejemplo, está comprobado que el rock pesado, la música de sintetizador (electrónica, techno, etc.) y el reggaetón, hacen cambios en la manera en que el cerebro genera ondas mentales: son ritmos que, per se, dañan tu capacidad de pensamiento, sin importar el contenido de sus letras. Por su ritmo repetitivo, embota tu capacidad de pensamiento creativo, de encontrar solución a problemas difíciles y de pensar con claridad. Ahora, no faltará quien aquí levante la mano y diga: ¡Hey! ¿No ibas a hablar de que a ella le gusta la gasolina? Bueno, hablemos de ello, pues:
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La letra del Reggaetón
La música no solo afecta el aspecto biológico del cerebro. Afecta, a través de la letra, en lo que pensamos y en cómo vemos al mundo. Alguna vez me pregunté: ¿Por qué es tan dañino que un adolescente vea pornografía? Y llegué a la conclusión de que es porque el muchacho que ve pornografía difícilmente volverá a ver a una chica con candor; verá de otra manera las relaciones entre hombre y mujer; su concepto de las relaciones maritales se distorsiona por completo.
Y algo así pasa con las letras del reggaetón: es agresivo y denigrante para las mujeres, las dibuja como objetos sexuales, plantea que la relación entre los sexos se da siempre con violencia y abuso y que a ellas les gusta ser maltratadas y sometidas sexualmente. Se ha hablado incluso de que el reggaetón tiene influencia en el incremento de embarazos entre adolescentes.
En la versión original de este artículo ponía algunos ejemplos de cómo la letra del reggaetón habla extrema violencia sexual, sometimiento y humillación hacia la mujer, perversiones sexuales, siempre dando por sentado que a la mujer le gusta ser maltratada. Al final quité los ejemplos, porque eran demasiado ofensivos. En todo caso, el problema es que esa letra, aunada a un ritmo como el de esa música, genera el efecto que decía ese niño citado al principio: el contenido “se clava” en nuestra mente, y uno no fácil lo puede sacar de allí. Entonces uno queda por horas con un sonsonete (y lo peor: como parte del sonsonete hay una idea) que repetimos como un mantra:
“A ella le gusta la gasolina ¡Dame más gasolina! Como le encanta la gasolina ¡Dame más gasolina!”
A veces buscamos cómo distraernos y sacar esa letra de la mente, pero con frecuencia esa música llega a ser un extraño ejercicio de autoadoctrinamiento, donde quien la escucha se convence a sí mismo de los conceptos que canta por mera repetición, un poco como funciona el lavado de cerebro. Para ayudarte a sacar ese ritmo de tu mente (porque estoy seguro que leíste cantando lo de la gasolina), te invito a que veas este vídeo, donde se muestra que las letras de reggaetón no solo son sexistas, sino ridículas.
Los gustos musicales
Insisto: la música no es un mero pasatiempo inocente. Si quieres mejorar el futuro de tus hijos y hacerlos más inteligentes (porque hasta eso: está demostrado que la música clásica modifica tus genes y te hace engendrar hijos más inteligentes), ponles el ejemplo desde que son pequeñitos y juntos disfruten de la buena música. Sé consciente de que al darles a tus hijos el gusto por la buena música, les estás dando una mayor capacidad de memoria, incrementas su atención y potencias su concentración. Junto con la buena música, les das mejores habilidades matemáticas, de lenguaje y una buena capacidad para la resolución de problemas. ¿Qué dices? ¿Estás dispuesto a mejorar tus gustos musicales?