Bullying parental
No expresarnos correctamente puede provocar dolor en nuestros seres queridos, hacerlo de manera recurrente es también bullying, uno más peligroso que el de escuelas o trabajos, porque proviene de esas personas que nos importan más.
Yordy Giraldo
Comúnmente cuando hablamos de bullying, pensamos en las escuelas o centros de trabajo. Sin embargo, dentro de casa también ocurre, y no solo ocurre, sino que a veces proviene de quien menos imaginamos: ¡Nuestros propios padres!
No hablo de padres que odien a sus hijos, ni nada por el estilo: hablo de padres que no saben expresarse en positivo, que no edifican la autoestima de sus hijos, que en su perfeccionismo sólo encuentran errores, o expresan mayormente críticas y, por consiguiente, la relación que establecen con las personas a su alrededor, específicamente su círculo cercano o sea su familia, es también en negativo. ¿Cómo identificar una relación en negativo entre padres e hijos?
Fácil, en una relación de este tipo cuando nuestra hija se viste para pasear, el comentario es: “Te ves horrible: mira esas lonjas”, o a nuestros hijos: “¿Por qué no te buscas un trabajo de verdad?” por poner pequeños ejemplos de escenarios reales.
El centro de estas relaciones es denigrar lo que los hijos hacen, piensan o usan, no como un punto de vista particular, lo cual no sería bueno, pero por lo menos hablaría de la opinión de una persona, pero no, los padres con este tipo de actitud hablan como si su opinión fuera la del mundo en general.
El problema con este tipo de relaciones es lo que provocan en el presente inmediato y el futuro a largo plazo de sus hijos: una baja autoestima que deriva en personas que no se sienten a gusto con lo que son y que creen que no merecen ser tomadas en serio, ni tener éxito en sus vidas, por lo que desarrollan dependencia a la aceptación de otros, pues desconfían de sí mismos.
Dicen que el primer paso para resolver un problema es identificar y aceptar que tenemos un problema, por ello los invito papá, mamá que estás leyendo esto, que te autoanalices, veas si algo en tu comportamiento es bullying para tus pequeños, y entonces sigas estos pasos:
Analízate y planea
Si te identificas como un padre o madre que practica bullying, es importante que hagas una lista de las cosas que haces que sabotean la autoestima de tus pequeños, y que junto a esta hagas otra más sobre qué medidas tomar para cambiar esta actitud.
Habla con tus hijos
Es necesario tener una plática con ellos, donde les ofrezcas una disculpa por tu comportamiento, y le hagas saber que no has sabido expresarte de la manera correcta.
Evita generalizar
Cuida que a partir de ese momento, cuando compartas una opinión, lo hagas empezando por: “Yo creo que…”, de esa manera dejarás en claro que es tu opinión, y que puedes o no estar en lo correcto.
No seas tajante
Otra cosa que debes hacer al dar opinión a tus hijos, es dar una alternativa, de esa manera serás propositivo y le permitirás comparar y quizá replantear su postura. Por ejemplo, si no te parece cómo luce un vestido en su figura, qué tal si le dices que se pruebe un pantalón, con el argumento de que viste en un programa de moda que ayuda a que la figura se vea más larga; o que según tu opinión podría ver otras posibilidades de empleo, porque confías en él o ella y sabes que tiene potencial para más.
Por otro lado, si tú que estás leyendo este artículo, eres una persona que sufre de bullying por parte de uno de tus progenitores, también a ti quisiera darte algunos consejos:
Reconoce tu valor
Debes saber que tú vales mucho, que cada ser humano es único, maravilloso y lleno de posibilidades infinitas, que tú eres tu propio límite y el timonel de tu vida.
Dialoga con quien te subestima
También te recomiendo que te acerques a esa persona, en un lugar lejos de estrés, con una actitud relajada y le hagas saber que le amas, y que sabes que te ama también, pero que la forma en que te dice las cosas te lastima y te afecta muchísimo, especialmente porque su opinión es muy importante para ti.
Dimensiona las críticas
Debes ser consciente además de que todos podemos tener o no razón a veces, que debemos estar abiertos a las críticas y usarlas para mejorar, pero no permitir que se conviertan en un obstáculo, sino en una oportunidad.
Busca ayuda profesional
Si el asunto ya se tornó serio y llegó al punto de afectarte, busca ayuda especializada, a veces necesitamos de alguien que vea las cosas desde fuera y nos muestre una perspectiva diferente y nos enseñe a sanar.
Aprende a comunicarte
La comunicación también es importante. Comunicarnos y expresar nuestras emociones y pensamientos de manera respetuosa conlleva a que no haya malos entendidos y a liberarnos, a fin de no dar espacio al resentimiento.
Permíteme compartir algo en lo que creo profundamente: Somos como espejos, lo que reflejamos se nos regresa, si damos amor, ese amor se reflejará en los demás y vendrá a nosotros de regreso.
Y algo más a tomar en cuenta, si tú, que eres padre o madre, insistes en tu postura de decir las cosas sin considerar consecuencias, no solo dañarás a tus hijos, los alejarás de ti: el precio que pagamos por el maltrato siempre es la soledad. El precio que le hacemos pagar a los que sometemos al maltrato, es el aislamiento.
Por el contrario si tú, que lees esto, eres quien sufre de este abuso y no dices nada, te estás convirtiendo en cómplice, le estarás quitando la oportunidad a tu ser querido de que rectifique y se convierta en una mejor persona, en un mejor padre.
El cambio está en nosotros y siempre comienza de dentro hacia afuera, y por lo general al principio una mejor situación luce como un sueño imposible, hasta que nos decidimos a dar el primer paso. Les dejo entonces la tarea de concientizarse y concientizar para alcanzar la meta de una familia respetuosa, responsable y amorosa a la vez.
