Dos estrategias a emplear para proteger a tus hijos de la manipulación
Muchos niños en edad escolar son incitados por sus pares a cometer travesuras o a cumplir con determinados ritos para ser aceptados como parte del grupo.
Marta Martínez Aguirre
Esta sociedad cada día más nos invita a ser camaleones. Todos los seres humanos luchan por ser aceptados, en especial los niños, quienes sufren muchísimo cuando perciben la amenaza de un posible rechazo. Ellos son totalmente vulnerables ante la manipulación de sus pares. La presión psicológica se convierte en una estrategia maquiavélica por parte de los compañeros del entorno, ejerciendo una gran influencia en el modo de ser y actuar del niño que está siendo manipulado.
Los medios de comunicación también intentan de algún modo “formatear” la mente de los niños para que deseen tal juguete, servicio, alimento, vestimenta, sin el cual parece que no pueden ser parte del grupo de los “populares”. La publicidad, con sus propagandas que apelan a las emociones, logra que la manipulación parezca natural y formal. Para tener éxito o ser popular, hay que ser un mentiroso extraordinario. Observa las redes sociales de los niños: todo el mundo esboza una sonrisa, tiene vacaciones paradisíacas y juguetes extraordinarios, su mundo es siempre multicolor. Pero detrás de las cámaras, hay mucho dolor y sufrimiento en blanco y negro. Este tipo de presión tanto de los pares como de los medios de comunicación, es tan negativa que aguijonea en la mente de los niños, mermando sus valores, creencias, metas y convicciones.
El gran problema se encuentra en la incapacidad de los más pequeños para darse cuenta que están siendo víctimas de un manipulador de su misma altura. Sin embargo, los niños en edad escolar que logran darse cuenta que están siendo manipulados, no poseen las herramientas necesarias para rechazar esas influencias o detectar las amenazas a su propia identidad.
Identifica las señales de un niño víctima de manipulación
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Tiene temor a quedarse sin amigos.
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Se siente amenazado y teme estar por fuera del grupo de pares.
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Es burlado y retado a cumplir con los deseos de otros.
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Posee vergüenza de expresar libremente sus creencias, convicciones o necesidades.
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No soporta la idea de ser visto por sus amigos luciendo determinada ropa, juguete, mochila, útil escolar, si no es de cierta marca o tal como sus amigos lo usan.
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Siente que nunca hace lo suficiente para tener el amor, amistad o simpatía de sus pares.
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Se siente inmensamente culpable cuando rechaza hacer algo que el niño manipulador o el grupo le ha pedido.
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Se deshace en cortesías ante su supuesto amigo y se siente humillado si éste no le presta atención.
Muchos escolares son incitados por sus pares a cometer travesuras, o cumplir con determinados ritos para ser aceptados en el grupo de pares. Quisiera compartir un par de técnicas que puedes practicar con tus niños y enseñarles a decir “no” y reflexionar si son objeto de manipulación:
1. Técnica del sándwich
Consiste en reducir la carga negativa del NO, con empatía y un refuerzo positivo. Supongamos que los amigos e tu hijo le proponen tirar a la basura la mochila de un compañero para ser parte del equipo de fútbol, sabiendo que no podrán quitarla del contenedor. Prueba con tu hijo, emplear esta técnica, más o menos de la siguiente manera:
- Primer capa del sándwich: Mensaje positivo
Un mensaje positivo al iniciar abre los canales de comunicación. Prueba algo como: “Me parece genial ser parte del equipo”.
- Segunda capa del sándwich: Negativa o desacuerdo
Se trata de manifestar el NO, expresado en una convicción: “Creo que dañar a un amigo nada tiene que ver con jugar al fútbol”.
- Tercera capa del sándwich: Mensaje positivo
Un mensaje positivo como cierre, mitiga la carga del NO y favorece que nadie se sienta ofendido, por ejemplo: “Mejor les muestro mis habilidades, soy muy bueno como delantero, juntos podremos ser un gran equipo”.
Es importante que este mensaje verbal vaya acompañado de un lenguaje no verbal, que demuestre seguridad, firmeza y que nada ni nadie le hará cambiar de opinión.
2. Técnica del diálogo interno
Se trata de propiciar un diálogo interno en el niño. A través de éste, los niños aprendan a reflexionar antes de actuar. Esta reflexión personal puede detonarse con las siguientes preguntas que todo niño puede formularse a sí mismo:
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¿Podré vivir con esto?
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¿Me ayuda a ser mejor persona?
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¿Me sentiré avergonzado frente a mi familia luego de hacer esto?
Ensénale a tus hijos que para vencer a los manipuladores no hay nada mejor que apelar a la fuerza de las convicciones, para ser valientes y hacerse valer.