Educa con la certeza de formar hombres hechos y derechos
No todos los niños llegan a ser hombres. Y en un mundo en el que esta condición se alaba, sus esfuerzos como padres tienen que ser intencionales y con el propósito que sus hijos no lleguen a ser de ellos.
Denhi Chaney
Los adolescentes crecen, mas no todos se convierten en hombres. Esta observación vino a mi mente al revisar las estadísticas de adultos que viven con sus padres en vísperas de cumplir los treinta años de edad. De la misma forma, he conocido a muchos que se divierten sin responsabilidades, como una forma de vida que se anhela y que se procura mantener. Otros tantos se casan y tienen hijos, pero no por eso se vuelven hombres, sino que arrastran sus actitudes infantiles perjudicando a la familia y contribuyendo a que otra generación repita su historia.
Es responsabilidad de los padres que los hijos crezcan y se conviertan en hombres, y que no sean adultos estancados en la temprana edad de los catorce o los quince años. Esta labor tiene que ser intencional, no se puede dejar al azar, pues existen demasiados factores en contra, tales como la cultura y las distracciones que prometen una vida fácil y divertida sin levantar un solo dedo. Existen, sin embargo, numerosas cosas que ayudarían en esta causa; las siguientes pautas te darán una mano para que, poco a poco, tu pequeño se vaya haciendo hombre.
1. Siempre enseña consecuencias
A veces, como padres, nos cuesta trabajo aplicar las consecuencias que estipulamos en caso de un mal comportamiento o de que se infringió una norma familiar, pues acarrean lágrimas, caras tristes o berrinches; aun así, es ESENCIAL que siempre cumplas con su aplicación, puesto que instruyen a tu hijo acerca de la responsabilidad por sus acciones; hay demasiados adultos que siempre culpan a todo y a todos menos a ellos mismos, procura que tu hijo no sea uno de ellos.
2. Invítalos a que hagan cosas difíciles
El hacer tareas difíciles incentiva el crecimiento, y mientras esto ayuda tanto a niñas como a niños, algunos estudios han corroborado que en ellos el impacto es mucho mayor, pues su cerebro aprende cuando “vive” por sí mismo una experiencia; es decir, no es suficiente el decirle que es fuerte y capaz, tiene que experimentarlo. No olvides que las experiencias difíciles ayudan a que tu hijo crezca y sea un hombre.
3. Enséñales acerca de las tareas del hogar
Los mejores hombres que he conocido son aquellos que no le tienen miedo al delantal ni a los pañales. No hagas diferencia entre la instrucción de los quehaceres del hogar entre niñas y niños, ambos deben de saber las cosas por igual. Que tu hijo sepa de todas estas tareas forja el carácter y la disciplina que pocas cosas en la vida se los van a proporcionar.
4. Sé un buen ejemplo para ellos
Padre: es momento de creer que tu influencia no tiene precio. No puedo enfatizar a cabalidad la importancia que tiene el padre en la formación de niño a hombre. Como padre tienes la responsabilidad y el honor de enseñarle, por ejemplo, lo que un hombre de verdad hace; de la misma forma que los niños aprenden haciendo algo, su cerebro está hecho para aprender de forma visual: tu ejemplo es la mejor herramienta.
Madre: si no cuentas con una figura paterna que pueda proporcionar este rol no te desanimes, busca otras formas en que tu hijo siga ejemplos de buenos hombres en su vida, como líderes religiosos, maestros, amigos o familiares, que puedan ayudarte en esta labor; aunque tu tarea como madre es elemental, todo niño PRECISA de un ejemplo a seguir.
5. Aléjalos de cualquier adicción
Una forma segura de procurar que tu hijo se desarrolle de niño a hombre es prevenir que adquiera una adicción cuando es apenas un niño o adolescente, pues esta no le va a permitir un desarrollo emocional sano, sino que lo dejará atorado en la madurez emocional del tiempo en el que la desarrolló (que puede empezar desde la temprana edad de ocho años, cuando hablamos de pornografía). Aunque no podemos forzar el que nuestros hijos tomen la decisión que nosotros queremos, sí podemos utilizar toda nuestra influencia y apoyo para prevenir tales adicciones.
En un mundo en el que existen demasiados adultos con la madurez emocional de un niño, es importante que nuestra meta sea la de criar varones que se conviertan en hombres. Un hombre de verdad rara vez es producto de un juego de azar, sino la consecuencia de esfuerzos intencionales en su enseñanza y en la forma en que moldeamos su carácter. La próxima vez que veas a tu hijo a los ojos que no sea solo con la visión de verlo crecer, sino con la certeza de que un día verás en él a un hombre hecho y derecho.