Los sentidos y el aprendizaje en los niños
Todos los seres humanos aprendemos por medio de nuestros sentidos; cuando uno falla, los otros se complementan. Pero, ¿qué sucede cuando los sentidos están afectados de manera generalizada?
Emma E. Sánchez
Voy a tratar de explicar de manera sencilla y sin muchos detalles este proceso tan complejo, ¿de acuerdo? Desde el punto de vista neurológico, podríamos decir que a través de nuestros sentidos se generan impulsos nerviosos que, al llegar al cerebro, producen la percepción de los objetos y el mundo que nos rodea. Por lo tanto, se podría decir que la sensación nos lleva a la percepción, ésta al desarrollo de la inteligencia y, por lo tanto, al aprendizaje.
Cabe mencionar que durante este proceso, la parte emocional o psicológica también se forma y se desarrolla. De ahí que se trata de un proceso muy valioso en el ser humano. Cuando un niño aprende a escribir o leer, es porque ha logrado una infinidad de conquistas personales internas y secretas: pequeños grandes milagros imperceptibles que, finalmente, se ven concretados en el gran paso de leer y escribir.
Tu bebé y el mundo de lo sensorial
Sabiendo todo esto, te aseguro que comenzarás a ver con nuevos ojos las alertas que se encienden cuando tu pequeño, desde bebé se irrita fácilmente, no quiere cambiarse la ropa, no tolera bañarse, que le tapen los ojos o los oídos, no permite alimentos nuevos y bajo ningún motivo busca experimentar nuevas texturas o sensaciones. Algunos problemas son más claros de detectar entre los 2 y 4 años, porque los niños comienzan a tener problemas para conducir un carrito, manejar un pequeño triciclo, sostener un lápiz, trepar o manipular objetos.
La problemática avanza y se transforma en problemas para leer y escribir, el proceso de lecto escritura se convierte en un suplicio y las matemáticas básicas parecen ser operaciones elevadas de cálculo diferencial.
El movimiento desarrolla el lenguaje, y el lenguaje la inteligencia
Una vez que tu bebé ha nacido es importantísimo, la alimentación, el descanso, el aseo y la estimulación sensorial adecuados. Expón a tu hijo a la luz, al sonido, toca su piel con diversas texturas y formas, canta para él e introduce alimentos según el pediatra te recomiende. No hay carreras, ni prisa: solo hay que ir presentándole el mundo a tu bebé, ¿cuál crees que se la mejor manera de hacerlo? La hora del baño es un gran momento para experimentar y desarrollar sensaciones que hagan que el cerebro trabaje y se desarrolle.
Recuerda esto: el movimiento desarrolla el lenguaje y el lenguaje la inteligencia. Esto significa que tu pequeño debe moverse, alcanzar objetos, probarlos y conocerlos. Conforme desarrolla su movimiento, se realizan conexiones que darán la pauta a la aparición del lenguaje. El bebé escucha y reproduce sonidos hasta que los convierte en palabras, comprende, responde y se comunica; con la comunicación hay intercambio de ideas y el cerebro crece y madura.
Otras sugerencias para el desarrollo sensorial
1. ¡Dile adiós a los zapatos!
Un niño no necesita usar zapatos hasta después del año de vida y debe quitárselos para andar en casa y percibir con los pies las sensaciones de caminar en distintas texturas.
Relee: El final de un día feliz, inicia con el cuidado de los pies.
2. Déjalo agarrar la comida y disfrutarla con todo el cuerpo
Prepárate para que la tire y la ponga en su cabeza, la talle contra su piel y la estruje. Esa libertad para manipular la comida desarrolla la percepción y las sensaciones de manera maravillosa.
3. No limites la mano
Déjalo agarrar lo que este a su alcance, y si hay algo peligroso, retíralo antes de que el bebé lo vea y lo quiera. Deja cosas interesantes a su alcance para que las disfrute.
4. Canta y baila
Experimenta diferentes ritmos, sonidos, música de todo el mundo. No límites al niño a infantilismos y cosas cursis; habla con un vocabulario amplio y esmérate en tu pronunciación.
Relee: Ponte a bailar. Es una terapia extraordinaria.
Si observas alguna problemática de percepción sensorial, no dudes en acudir a tu médico, él te sabrá orientar y nunca, nunca dejes de observar el desarrollo del niño.