Una verdadera cita de amor… con tus hijos

¿Cuándo fue la última vez que tuviste una cita? Una cita con alguien agradable, con quien te gusta pasar el tiempo y que amas fervorosamente... ¡Sí, exactamente!: una verdadera cita de amor... con tus hijos.

Emma E. Sánchez

Dada mi profesión, es frecuente que los padres de familia se acerquen y me pregunten qué pueden hacer con la conducta de sus hijos, que no mejora o se muestran antipáticos, desinteresados y poco atentos a lo que sucede en la escuela y en casa, o que pelean demasiado con sus hermanos. Una recomendación que con frecuencia doy, porque en casa nos ha funcionado desde que las niñas eran pequeñas, es tener citas o entrevistas personales, como muchos le conocemos a esta actividad. ¿De qué se trata? Una verdadera cita de amor con tus hijos.

Permíteme explicarte algo antes: debemos reconocer que cuando nuestro hijo presenta un problema de conducta se debe a que tiene necesidades personales que no han sido satisfechas, muchas de las cuales tienen que ver con la relación que tenemos con ellos. Por lo regular solo nos dirigimos a ellos para regañarlos, increparlos o cuestionarlos sobre la escuela, pero muy poco para tratarlos y conocer qué sienten o piensan. Tener entrevistas personales o citas con tus hijos te dará la oportunidad de conocer a cada uno de ellos pero en otro plano, mejorarán sus relaciones y la conducta en casa y, por consiguiente, en la escuela de manera notable. NO puedes corregir a nadie con quien primeramente no tienes una relación afectiva sana.

Pero, entonces, ¿cuáles y cómo son esas famosas citas? Tanto las citas como las entrevistas deben ser personales y programadas.Esta costumbre familiar puedes iniciarla tan pronto tus niños vayan a iniciar la educación preescolar. Cuando nuestras hijas eran pequeñas, una vez al mes se programaban las entrevistas personales con papá, y todos sabíamos que era una tarde especial: papá platicaba en privado con cada una de ellas y tenía la posibilidad de hablar “seriamente” con respecto a los asuntos de cada niña.Por lo menos una vez al mes cada hija podía tener un tiempo solo para ellas, a veces la cita podía ser de papá, mamá y una hija; esto nos ayudó a hacerle saber y sentir a cada hija que era especial, y que no había preferidas.

¿Qué se hace en una cita?

Debe quedar claro que no es un tiempo para “ir de compras” o “aprovechar el tiempo” en pendientes; es un tiempo para tu hijo y para crear y fortalecer lazos personales; por lo tanto, es salir a caminar o tomar algo juntos con el único fin de platicar, de establecer un canal de comunicación. No olvides la clave de un buen conversador: escucha más de lo que hablas, ¿entendido?

¿Qué no debo hacer ?

Ni por error puedes regañar.

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No hay gritos.

No hay recriminaciones.

No puedes obligar a tu hijo a platicar si no quiere, tampoco te pongas a hablar y hablar hasta que acapares el tiempo. El silencio, de cierta manera, también puede llegar a ser una conversación. Aquí lo importante es que no dejes de hacerlo, de intentarlo. Recuerda aquello de que “los hijos crecen cuando no los vemos”, de modo que tómate tiempo para cada hijo y verlo crecer.

Las citas con nuestros hijos pueden ser pláticas personales y privadas en casa, en algún lugar donde nadie los moleste o interrumpa y hablar sobre sus metas y planes; si le das seguimiento a estas actividades, conforme pasen los años y los hijos crezcan, de ellos nacerá el gusto por platicar contigo y contarte sus desafíos y logros. Conozco a una familia en la que los hijos, siendo ya padres, continuaron con este hábito con sus hijos y aún ellos buscan a sus padres ya ancianos mes con mes, para tener un tiempo en el cual fortalecerse, pedir consejo o simplemente disfrutar a sus viejos.

Te animo y te invito a que puedas probar esta recomendación y te garantizo que de hacerlo, la conducta de tus hijos mejorará, la armonía familiar mejorará y, sobre todo, cada hijo sabrá que es valorado, querido e importante para la familia. Sabrás lo que es una verdadera cita llena de amor.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.