Ser amigos, amantes y esposos: el secreto de la pareja perfecta
Neruda dijo: "Para que nada nos separe, que no nos una nada". Yo digo: "Para que nada nos separe, que todo nos una"
Yordy Giraldo
¡Aún hay esperanzas! Salvar tu matrimonio no es un imposible, renunciar no tiene por qué ser el siguiente paso. Es normal que ante las crisis, el deseo de desistir pase de vez en vez por nuestra cabeza pues, aunque el hubiera no existe, la verdad es que resulta tentador e inevitable pensarlo como una posibilidad real. Pero hay esperanzas, créeme. Sin embargo, debes saber y asumir que no todo es miel sobre hojuelas y que es normal que así sea: habrá peleas y tendrán que lidiar con las familias de cada quien, lo cual puede llegar a ser un verdadero reto. Se enfrentarán a que la pasión no dura para siempre, que hay períodos donde el deseo brilla por su ausencia y puede que este conjunto de cosas haga que en ocasiones sientas que todo fue un error.
¡Elige amarle!
El enamoramiento que surge de la química existente entre dos personas, la compatibilidad y las cosas en común, en realidad poco tiene que ver con el éxito de un matrimonio. No es porque esos aspectos no sean importantes, el problema es que cuando la convivencia y la rutina hacen nido en nuestras relaciones, todas esas cosas que inicialmente nos unieron, se diluyen en la rutina.
Y es allí donde la verdadera clave del éxito en una relación a largo plazo debe hacerse presente: la convicción y el deseo de estar. El amor no es sólo esas mariposas en el estómago que surgen de pronto y que escapan a nuestra voluntad. Amar es también, y sobre todo, una decisión de todos los días. Te ofrezco algunos consejos para hacer que tu amor por él se renueve cada día:
Apuesta al éxito de la relación
Si vas al matrimonio con la mentalidad de que puede ser desechable y que si algo no te gusta te retiras, difícilmente llegarás lejos en esa unión. No se trata de aguantar, sino de apostar por el éxito de la relación.
No te enfoques en lo negativo
de tu pareja, al hacerlo estarás saboteando el vínculo. Lo mejor es darle mayor importancia a lo bueno, a lo que te hace feliz o que te gusta de él.
¡Te amo, te amo, te amo!
Expresa con frecuencia, tanto para ti como para tu pareja, el amor que sientes por ti y por él. Esto servirá como un reforzamiento del vínculo que tienes para contigo y tu pareja.
No des importancia a cosas que no la tienen
Es típico que por el estrés o la frustración ante situaciones a nuestro alrededor, busquemos no a quien nos la hizo, sino a quien nos la pague. Terminamos echando todo nuestro coraje sobre nuestra pareja y así cualquier cosa toma magnitudes apocalípticas.
Sean cómplices
Cuéntale a tu pareja no sólo de tu día, sino de lo que sientes, lo que te preocupa, te acongoja. Pero no lo hagas a gritos, con enojo o resentimiento: hazlo viendo en tu pareja, a tu cómplice.
Crea momentos de intimidad
Si hay algo que separa, es una vida íntima que se enfría. Es curioso que, muchas veces, esto ocurre más por lo que cruza por nuestra cabeza, que por lo que pasa en nuestro cuerpo. A veces vamos a la alcoba como un requisito y no nos preparamos para disfrutar el momento; de esa manera el contacto físico se vuelve impersonal y lejos de acercar, aleja.
Ten una vida propia
Tus propios amigos, tus hobbies, tus cosas para hacer sola. Así no solo evitarás que tu vida se vuelva aburrida, sino que al mismo tiempo mantendrás tu autonomía. Una persona dueña de sí emana un gran atractivo.
Rían y realicen actividades juntos
No solo ir a comer o al cine, sino cosas que impliquen emoción, adrenalina, que sean un reto y que les permitan verse de manera diferente.
Amigos+amantes+esposos es quizá la fórmula ideal para tener en nuestra pareja el complemento perfecto. Sin embargo, ocurre con demasiada frecuencia que en el proceso de pasar de lo primero a lo segundo, todo lo que admirábamos y amábamos en la individualidad, ahora queremos coartarlo, o simplemente lo subestimamos con el paso del tiempo. Pero el secreto para hacer que funcione esta fórmula mágica está en nosotros. Como dijo Jackson Brown Jr, “No es suficiente encontrar a la persona adecuada, nosotros debemos ser la persona adecuada”.
