Neofobia alimentaria, la pesadilla de todos los padres

¿La hora de comer se ha vuelto una lucha entre tú y tu hijo? Entonces este artículo es para ti.

Camila Ignacia Gómez González

Son las 13.00 horas en la casa de la familia García, todo marcha como es habitual durante el fin de semana. La hora del almuerzo se acerca y la tensión comienza a apoderarse del ambiente. Ignacia, la madre de Emiliano, un pequeño de 4 años, sabe que a esta hora comienza la batalla con su hijo ¿El motivo? La comida.

Emiliano se lava las manos y corre a la mesa. Observa detenidamente su plato y exclama: “¡Mamá! ¿Qué es eso que está en mi plato?” Su madre cariñosamente le responde: “Arvejas, hijo, son muy ricas ¡pruébalas y verás!” Emiliano reacciona con una actitud un poco hostil y decide no volver a tocar el plato mientras esas extrañas bolas verdes estén allí.

¿Te suena familiar esta escena? Es la que viven muchos hogares con niños pequeños. Lo que muchos padres desconocen es que están enfrentando un episodio de neofobia alimentaria, es decir, el miedo irracional de sus hijos a probar alimentos nuevos. Esto es precisamente lo que ha venido ocurriendo con Emiliano desde que cumplió dos años: cada alimento nuevo desata una lucha colosal entre sus padres, que ya no saben qué preparar para que él coma, y él, que se niega rotundamente a llevar a su boca nuevos sabores.

Si bien algunos estudios exponen que esta conducta es en un porcentaje muy alto heredada de los padres y que es un método natural de defensa, antiguamente se reaccionaba así por el miedo a ser envenenado. También señalan que con el paso del tiempo, comienza a desaparecer de manera natural, aunque en algunos casos este miedo persiste hasta edad adulta. Sin embargo, existen algunos consejos que pueden ayudar a incorporar de manera paulatina diferentes alimentos a la dieta de los pequeños:

Armarse de paciencia

Poco y nada se saca con alterarse cada vez que el niño se niegue a comer. Lo mejor es que puedas tomarlo con naturalidad, sin recurrir a gritos o amenazas, porque solo lograrás aumentar la predisposición al caos.

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Ofrecer todo tipo de alimentos

Es normal que luego de varios intentos, nos demos por vencidos y comencemos a optar solo por ofrecer lo que sabemos que el niño aceptará. Sin embargo, esto lo que hace es aumentar la fobia. Algunos expertos señalan que algunos niños necesitan ver el nuevo alimento al menos diez veces antes de aceptarlo por completo.

Dile adiós a la dieta monótona

Caer siempre en el mismo menú es perjudicial para tu hijo no solo por el aspecto nutritivo, sino por su formación social, así que te sugiero comenzar a buscar alternativas para preparar platos entretenidos a la vista. Ahora, si esto no resulta, lo que puedes hacer es ir poco a poco “camuflando” los alimentos a la hora de servirlos. Una técnica que me ha ayudado mucho con mi hijo, es cambiar los nombres de las comidas, así es como las lentejas han comenzado a llamarse “come y calla” o las duraznos en conserva, “duraznos al jugo”.

Lo importante de esta etapa es armarse de paciencia y valor. No es en absoluto fácil, pero es fundamental buscar el ajuste para enfrentar este miedo irracional hacia los nuevos alimentos, pues de esto depende el estado nutricional de nuestros pequeños.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.