Si quieres una familia más feliz, sigue estas técnicas para solucionar problemas

¿Cansado de los diarios problemas familiares? Este artículo te ayudará a darle una nueva perspectiva a las dificultades y solución de problemas. Técnicas para solucionar problemas familiares y no quedarse a medias.

Erika Otero Romero

Mi familia es como la de cualquier persona: a veces discutimos y otras veces nos disgustamos por pequeñeces; también ocurre que de vez en cuando duramos algún día sin cruzar palabra por alguna ofensa a la que se le da más importancia de la que realmente tiene. Al final, sin embargo, siempre encontramos la forma de solucionar nuestros problemas y llevarnos bien. ¿Por qué? ¿Quién podría pasarse toda la vida disgustado con un ser amado? Yo no puedo soportar ni medio día.

En una ocasión alguien nos preguntó con qué frecuencia discutíamos. La pregunta nos hizo reír, no sabíamos de qué iba y nuestras expresiones se lo hicieron saber a quien preguntaba. Le dijimos que, no obstante la imagen que la gente pudiera tener de nosotras, nos llevábamos bastante bien, que no discutíamos o por lo menos no “a grito herido”, y que si nos enojábamos, prácticamente ya nos estábamos hablando antes de acabar el día. La respuesta le sorprendió. El anterior es solo un ejemplo, pero enseguida anoto algunas herramientas que puedes llegar a usar si tu intención es tener mejores relaciones familiares en adelante.

“Técnicas” para solucionar conflictos familiares

Si algo nos molesta lo hablamos, no lo gritamos

Es simple, hay situaciones que por minúsculas que sean, a veces no se está de buen genio para tolerarlas. Lo que sugiero es esperar a que pase el mal humor (siempre pasa) y hablarlo al momento de la comida o antes de ella, por aquello de que comer es malo si se está de mal genio –incluso puede provocar una úlcera–; además, ¿quién puede estar de malas y comer?

Asambleas familiares

No es tan “estilizado” como su nombre lo indica, sino simples reuniones informales que surgen espontáneamente y que se pueden aprovechar para hablar seriamente sobre algún problema pendiente o para llamar la atención sobre algún error que se está cometiendo y dar opciones, guía o consejos para corregir el camino.

Caminar, respirar profundo y luego, hablar

Después de una discusión o simplemente para no generar una, lo mejor que se puede hacer es salir y dar un paseo, eso te dará tiempo para liberarte de las emociones negativas, oxigenarás tu cerebro y así podrás pensar mejor. Al regreso, seguro la tensión en el ambiente habrá disminuido y será entonces conveniente tratar de arreglar las diferencias sin lastimar a nadie.

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Pedir disculpas nunca está de más

Todos cometemos errores, nos equivocamos y hablamos sin pensar, y a causa de esto alguien de la familia sale lastimado. Lo justo es reconocer el equívoco y pedir perdón o excusas por lo que se ha hecho.

Problema solucionado

Sé de familias que tienen conflictos con más frecuencia de lo que desearían. Y no es que uno quiera vivir con problemas; es solo que hay quien no sabe cómo solucionarlos. Mi invitación es que inicies el día a día con energías renovadas, con buen ánimo y con una buena actitud para con la familia, porque recuerda que no tienes la certeza de cuándo vas a partir de este mundo. Lo mejor es que tengas relaciones afectivas más sólidas y duraderas, colmadas de amor y comprensión.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.