Si tu pareja es tu mejor amigo están en camino de la felicidad
Solemos poner más esfuerzo en nuestras amistades que en nuestro matrimonio. Usa estos consejos para ayudar a tu pareja a convertirse en tu mejor amigo.
Robyn Carr
“La felicidad en el matrimonio es enteramente una cuestión de azar”. Así dice Charlotte Lucas en la obra maestra de Jane Austen, Orgullo y prejuicio. Si dejas el desarrollo de tu matrimonio a la casualidad, la felicidad podría convertirse en algo difícil de alcanzar. Una relación de pareja verdaderamente feliz tiene que ser alimentada y cuidada; tiene que ser construida sobre la base de la amistad y el afecto. Para lograr que tu cónyuge sea tu mejor amigo debes tener en cuenta el tiempo que pasen juntos, la comunicación y el apoyo que se den. Si pones en práctica estos consejos tu pareja con seguridad se convertirá en el mejor amigo que hayas tenido:
Pasar tiempo juntos
Cuando una pareja comienza a salir, es porque ambos miembros quieren pasar tiempo juntos. Disfrutan estando cerca el uno del otro. Esto tiene que ser alimentado a lo largo del matrimonio. La manera más efectiva es disponer de una noche fija cada semana. Eso es lo que hacemos mi marido y yo. De recién casados teníamos poco dinero, y nuestra cita consistía en alquilar una película y comer una pizza. O nos reuníamos con amigos y nos entreteníamos con juegos de mesa. A medida que fue pasando el tiempo conseguimos tener estabilidad económica y pudimos contratar a una niñera o turnarnos con otra pareja para cuidar a los niños.
Trata de recordar qué fue lo que al comienzo los unió. ¿Disfrutaban caminar juntos?, o ¿salir a bailar? Vuelve a esos primeros días de tu noviazgo y recuerda por qué disfrutaban tanto estar juntos. Otra opción es desarrollar un pasatiempo en conjunto. Mi esposo quiso retomar sus prácticas de golf desde que se enteró de que gran cantidad de sus compañeros de negocios también jugaban. Y yo decidí hacer un intento y aprender. Descubrimos que nos da la oportunidad de conversar sin interrupciones y estar juntos.
Comunicación
Muchas parejas se quejan de que nunca conversan. A menudo estamos tan inmersos en las rutinas diarias que de lo único que hablamos es sobre quién preparará la cena, o si los niños hicieron o no la tarea. Una salida nocturna puede ayudar con esto, pero es necesario encontrar cada día el tiempo para conversar. Pueden aprovechar en el momento en que se están preparando para ir a dormir o quizás si cocinan la cena juntos.
Tómate el tiempo de escuchar a tu cónyuge sobre su día, sus triunfos y fracasos, o simplemente respecto a algo divertido que le haya sucedido. Escucha sus ideas y opiniones, incluso si no estás de acuerdo.
La tecnología puede ser una bendición y una maldición a la vez cuando se trata de la comunicación dentro del matrimonio. Utilízala para enviarle mensajes de texto o correos electrónicos para que sepa que estás pensando en él. A mi marido y a mí nos encanta mandarnos noticias o videos que encontramos interesantes o divertidos. Al mismo tiempo, no permitas que esa misma tecnología se interponga entre ustedes. Mi esposo no tiene una cuenta de Facebook, pero yo sí. Por eso me aseguro de que él se entere con quienes me estoy comunicando. También es bueno dejar a veces la tecnología a un lado para que tu cónyuge reciba toda tu atención.
Muéstrate siempre dispuesto a decir “lo siento”. Todos cometemos errores y cuando los reconocemos avanzamos mucho más que si nos quedamos con que tenemos razón. Nos dieron un gran consejo cuando nos casamos, a veces es mejor decir, “Probablemente tienes razón, amor mío”.
Apoyo
Un mejor amigo es alguien que te brinda su apoyo en las buenas y en las malas. ¿Cuánto más debe un cónyuge hacer lo mismo? Apoyarse mutuamente en sus sueños, aspiraciones, carreras, opciones y decisiones. Saber que te puedes apoyar en alguien proporciona una gran sensación de tranquilidad. Nuestra familia se ha mudado mucho, seis veces en 25 años de matrimonio. Eso sucedió a causa del trabajo de mi marido. A él le da mucho alivio saber que yo estoy dispuesta a estar a su lado dondequiera que vayamos.
Por mi parte aprecio el apoyo que él me ha dado cuando decidí servir a la comunidad, en nuestra iglesia y en la escuela. A veces él se ha involucrado en esas actividades también. Cuando vivíamos en Florida me animé a formar parte de un equipo femenino de flag football. Jugábamos los viernes por la noche y hubo momentos en los que prefería estar en casa viendo la televisión o haciendo algo más que quedarme tiritando en el banco de suplentes. Me encantó saber que mi esposo estaba ahí animándome.
La felicidad en el matrimonio no es una cuestión de azar. Es una cuestión de hacer el esfuerzo para fortalecer la amistad sobre la cual fue construido originalmente. Esfuérzate en convertirte en el mejor amigo de tu cónyuge. Si lo haces, te traerá una vida de felicidad.
Artículo traducido y adaptado al español por Maia Fernandez del original en inglés“Make your spouse your BFF” de Robyn Carr.