Súper mamá también necesita su Fortaleza de la Soledad
En el día a día descubri que es muy fácil ser feliz y disfrutar de la maternidad. Aquí te cuento cómo conseguirlo.
Maia Fernandez
Eres mamá. Súper mamá. Te pasas el día corriendo, preparando alimentos, cambiando pañales, atendiendo las necesidades de tus niños. Además, en los momentos libres intentas no descuidar tu matrimonio y piensas en todos los detalles para que cada día sea mejor.
¿Y cuándo piensas en ti? Dirás que no hay tiempo, que es ser egoísta, que tienes mucho de que ocuparte. Sin embargo, a lo largo del día escuchas una voz interna que te pide otra cosa: descanso. Tu cuerpo comienza a entumecerse por falta de ejercicio y la energía no circula, trayendo como consecuencia el cansancio y el estrés.
La naturaleza es sabia y es indispensable escuchar sus pedidos. No solo por tu propio bienestar, sino por el de toda tu familia. Por otra parte, algún día tus hijos crecerán y, si no cultivas una vida interior, tarde o temprano sentirás un vacío por su ausencia.
En cambio, es muy útil ocupar al menos diez minutos al día para hacer algo que te haga sentir bien, alguna actividad productiva, pasatiempo o microemprendimientos para ganar algo de dinero extra si es que no trabajas fuera de casa. Asi verás que tu energía cambia y comenzarán a aflorar los sentimientos y pensamientos positivos.
Si nuestro cuerpo no está en condiciones óptimas, no podemos enfrentar los retos de la vida, crecer espiritualmente y educar a nuestros hijos.
Al adoptar una mentalidad más alerta y atender tus necesidades individuales e internas verás como el entorno cambia. Puedes comenzar poniendo en marcha estos tres consejos:
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Toma en cuenta las señales que envía tu organismo. No llegues al punto en que las enfermedades se manifiesten. Escucha tus dolencias leves, tus incomodidades y malestares. Algo te están diciendo: algo debe cambiar.
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Cuídate a ti misma tal como cuidas a tu familia. Mímate. Trata de estar siempre arreglada, ya que eso levanta también el estado de ánimo. Relájate por unos minutos (si es necesario, ve al baño y cierra los ojos tomando conciencia de tu respiración. Notarás cómo cambia tu estado de ánimo).
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Aléjate de los pensamientos negativos: Cuando un pensamiento negativo aparezca, no lo reprimas ni te identifiques con él. Analízalo. Piensa que no es real, que no es la verdad, recuerda que la vida es maravillosa y déjalo pasar de largo.
Haz la prueba y verás cómo en un abrir y cerrar de ojos:
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Verás los problemas desde una perspectiva más amplia y podrás hallar soluciones más fácilmente.
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Comenzarás a sentirte mejor y aumentará tu autoestima.
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Disfrutarás mejor de la compañía de tus seres queridos porque habrás saboreado la magia del silencio y la soledad.
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Vivirás cada instante con más alegría, apreciarás la vida en todo su esplendor y te conectarás con los milagros que suceden a diario.
La maternidad es un reto diario, y es necesario estar en armonía para enfrentarlo. Si dedicas 10 minutos diarios a ti misma, será una inversión de la cual toda tu familia se beneficiará.