Cambiaron su mundo con educación y la risaterapia

El éxito de los niños triquis del básquetbol, gracias a la risaterapia,

Arturo Leonardo

Ya son miles de kilómetros recorridos, cuentan con reconocimiento nacional y muchos de ellos han forjado amistades para toda la vida, pero nada de ello puede sustituir los más de seis meses que no ven a mamá. Me refiero al equipo de baloncesto integrado por los niños triquis de Oaxaca, campeones mundiales en el torneo infantil de Argentina de hace unos años e inspiración para un pueblo que necesita de héroes deportivos humildes.

Al respecto, tuve la oportunidad de platicar con Sergio Zúñiga, coach y arquitecto de esta historia, quien me reveló el secreto del éxito de estos pequeños. Me gustaría compartirlo contigo, ya que tal vez te sirva como experiencia de vida y puedas aplicarla en tu día a día.

Reír para superar los obstáculos

Sobre cómo fue gestando esta historia, su entrenador me cuenta: “Ellos hicieron conciencia sobre la situación en la que se encuentran, reconocieron su estado social, económico y educativo, y desean contrarrestarlo. Para ello, les enseñamos tanto a ganar, como a perder; algo muy importante en todo esto son los talleres de risaterapia que les impartimos”. Reír para superar obstáculos es lo que propone este planteamiento como una estrategia que permite desarrollar beneficios emocionales a través de la alegría expresada por medio de la risa. Además de esto, me cuenta que se les dan talleres sobre competitividad y los impulsan para que se sientan seguros de quiénes son, de su color de piel, estatura y forma de comunicarse.

En relación a esto, Sergio me comparte: “No tienen complejos de ningún tipo, se sienten orgullosos de sus raíces, hemos utilizado el deporte como un pretexto idóneo para que ellos estudien y comprendan que la educación es parte de su futuro y por supuesto, de toda la niñez en México”, destaca el entrenador Zúñiga, con la paciencia y sabiduría de un mentor.

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De una pequeña región de Oaxaca, a ser campeones del mundo

Al inicio del proceso de selección, se consideraron a 3 mil niños indígenas para el proyecto, de los cuales únicamente quedaron los 50 que forman parte de todo el representativo dividido en categorías. “Todos somos campeones del mundo, porque entrenamos igual y a todos se les da la misma formación” comenta Alfredo Martínez, otro de los entrenadores de este exitoso grupo.

El pueblo triqui vive al noroeste del Estado de Oaxaca; las niñas tienen que levantarse temprano para ayudar a sus mamás a preparar el desayuno, amasan el nixtamal y limpian sus casas. Los hombres cargan cubetas de agua, acarrean leña y la parten; desayunan, van a la escuela y de regreso entrenan durante dos horas. Después de esto, se dedican a hacer sus tareas escolares, cenan y se van a dormir. La televisión no existe para estos campeones.

Compartir minutos de trayecto y un entrenamiento posterior con la selección triqui, es una gran lección de vida. Son niños que ríen gracias al deporte y para los que cualquier espacio es bueno para botar un balón, así sea el pasillo de un autobús o la duela de un gimnasio. Para ellos, encestar una canasta es sin lugar a dudas un paso muy grande para una nueva vida. Historias como estas, bien pueden convertirse en un ejemplo que inspire nuestras vidas y nos aliente a mejorar nuestras relaciones personales y familiares.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.