Ella sentía que no estaba teniendo éxito como mujer. Entonces leyó estos cuatro principios.
No confundas el éxito con sus máscaras. El éxito tiene rostro de eternidad. Descubre la lógica del éxito-fracaso y el pasaje sin escalas a la infelicidad.
Marta Martínez Aguirre
Querida lectora: tienes mucha razón cuando dices que es importante superarse en la vida. De hecho, no hay persona en el mundo que no lo anhele. Sin embargo, el concepto de éxito hoy en día ha cambiado y muchas veces se evalúa solo con aspectos externos. Tener fama, dinero y miles de objetos no significa que seas exitosa, y si no lo logras tampoco significa que seas una mujer fracasada. El verdadero éxito está en encontrar la plenitud, sentirte bien con lo que haces cada día sin tener que buscar desesperadamente la admiración o el aplauso de otros.
Ser exitosa no es ser voraz
La sociedad actual es cada día más voraz, te lleva a querer tenerlo todo y te vuelve competitiva, mirando el mundo en signos de pesos y buscando sólo relacionarte con personas que tengan poder o hayan alcanzado cierto status social y/o económico. Esta noción de éxito parece ser un incendio que te invita a consumir todo a tu paso, pero en el camino te consumes a ti misma. No hay ni una sombra de fracaso en vivir una vida sencilla, tener vecinos humildes y estar feliz por tener sólo algunos ahorros.
Ser exitosa no es ser una medallista de oro
Tienes que cuidarte de no ver la vida como una olimpiada ni transmitirle a tus hijos que sólo la medalla de oro es la que cuenta. Quizás tus niños no traen en sus calificaciones la nota más alta, pero puedes sentirte feliz de que sus logros escolares reflejan compromiso, esfuerzo y dicha por haberlos conseguido. Por desgracia, ningún sistema educativo premia la solidaridad, el compañerismo y la amistad, que son atributos propios de una vida victoriosa.
El verdadero éxito no es efímero, transitorio o relativo
Los logros que alcanzas bajo la mirada equivocada de igualar el éxito a logros externos tienen la característica de ser tan efímeros como pompas de jabón. No lamentes no haber comprado una súper pantalla para ver el mundial de fútbol: en unos meses dejará de ser la sensación del momento y nuevamente sentirás el vacío dentro de ti. Gritar los goles de tu cuadro favorito en familia, vestidos con los colores de la camiseta, agitando la bandera y haciendo muchísimo alboroto, aun frente al viejo televisor, perdurará en tus recuerdos y en los de ellos, y así escribirás en la historia de tu vida un mensaje de trinfal felicidad.
Las limitaciones no te intimidan
Decía el poeta austríaco Rainer-Maria Rilke: “Convierte tu muro en un peldaño”. Estoy segura que has alcanzado el éxito cuando en vez de abortar, decidiste traer al mundo ese niño con síndrome de Down, y no te das por vencida al ayudarlo a crecer y madurar. Eres una mujer exitosa cuando escoges servir en forma honoraria al servicio de una causa noble y ves los resultados y te sientes satisfecha. También lo eres cuando decides buscar ayuda especializada para ese hijo que se droga, aunque te cueste todos tus ahorros, en vez de “darle una patada”, y descubrir que tu amor en acción sigue siendo el mejor remedio para su enfermedad. Eres exitosa porque en vez de ver los ladrillos del muro, puedes ver el resplandor de la luz que hay del otro lado en el horizonte.
Para el mundo puede ser que no seas una mujer exitosa, pero para los tuyos eres una maravillosa mujer que ha elegido tocar la plenitud con la mano. Escoge lo que tiene valor eterno y siéntete plenamente exitosa.
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