Tu buena acción de cada día
¿Cuándo fue la última vez que alguien te sorprendió con un favor o una buena acción? O mejor aún, ¿cuándo fue la última vez que tú hiciste algo bueno por alguien, sin esperar nada a ca
Emma E. Sánchez
La muy conocida promesa scout dice: “Yo (y se dice el nombre del muchacho) prometo hacer siempre lo mejor, para ser fiel a Dios, a mi patria y a mis padres, obedecer la Ley de la Manada y hacer cada día una buena acción”. Una vez hecho este compromiso, los niños y jóvenes scouts se esfuerzan por vivir los buenos principios que les han sido enseñados, buscando cada día a quién ayudar y así, cumplir con su promesa. ¿Te imaginas lo maravillosa que sería nuestra vida diaria, si cada uno de nosotros aplicara esta promesa?
Cada vez que nosotros hacemos algo por ayudar a los demás, una serie de cosas buenas comienzan a suceder a nuestro alrededor y particularmente en beneficio nuestro. Esto lo sabemos de sobra, el problema es que, aparentemente, la vida se ha vuelto muy compleja, requiere más de nosotros y pasamos por alto todas las oportunidades que tenemos para servir y ayudar a los demás. Muchas veces, esto ocurre simplemente porque estamos muy ocupados y tal vez calmamos nuestra conciencia donando de manera regular a alguna institución de caridad, perdiendo de vista el aspecto más importante del servicio: el contacto humano.
Es por esta razón que te propongo que los próximos cinco días, a partir de que leas este artículo, podamos hacer una buena acción cada día; yo desde aquí, donde te escribo, y tú allá, desde donde me lees. ¿Qué te parece?
Día 1: Las buenas acciones comienzan en casa
El hogar es un sitio en el que nunca se terminan las oportunidades para servir, siendo el mejor lugar para desarrollar el buen hábito de estar dispuesto a ayudar a los demás. Elije este día a un miembro de tu familia y piensa en algo que puedas hacer por él, algo que le ayude para que su día sea un poco mejor y más llevadero. Podrías hacer por él alguna tarea que le resulte desagradable o prepararle un almuerzo especial y llevárselo a la escuela o la oficina. Sé creativa.
Día 2: Hacer un pequeño servicio por alguien más
Nuestro círculo de influencia no sólo se limita al hogar, es mucho más grande de lo que puedes imaginar y tus vecinos son una parte muy importante de éste y de tu comunidad. Hace unas semanas, en nuestra colonia tuvimos algunas inundaciones por la salida de cauce de un río cercano, lo que derivó en una situación muy interesante y gratificante. Muchos de los que ahí vivimos, sin conocernos ni habernos dirigido la palabra anteriormente, nos unimos para ayudar a aquellos que estaban más cercanos a los límites del río; la gente se movilizó y todos colaboramos para el bien común. Desde entonces, todos somos más amables unos con otros, nos saludamos con recurrencia y han sido más frecuentes los actos generosos entre vecinos. ¡Es tan agradable vivir en un lugar donde la gente es considerada con los otros, así como amigable! En este día, haz algo bueno por uno de tus vecinos.
Día 3: Un acto de amabilidad o bondad, a tu paso por la calle
Si alguien te dice que no encuentra una persona a quien pueda servir, es porque no está poniendo atención a lo que sucede a su alrededor. Dar la mano a alguien para ayudarle a subir al camión, ceder tu lugar en una larga fila o simplemente estar atento a ayudar en lo que se requiera, son formas de hacer más ligeras las cargas de quienes pasan por nuestro camino.
Estando de visita en una ciudad, algo llamó profundamente mi atención mientras pasaba por una zona en la que han comenzado a transitar muchos migrantes. De pronto, vi detenerse un auto y bajar de él a un hombre vestido de manera formal, como si trabajara en una oficina. Sin esperar, comenzó a repartir a los hombres que por ahí transitaban, botellas de agua con una barrita energética pegada con cinta. El servicio que este hombre prestaba era rápido y si bien, entregaba con gran agilidad las botellitas de agua, se tomaba unos segundos para tocar en el hombro a quien recibía esta dádiva y darle algunas palabras de aliento. Sin duda, a nuestro alrededor hay gran cantidad de personas con necesidades de afecto y compasión.
Saludar salva el día, incluso la vida misma
Día 4: Un acto de bondad para ti misma
La mujer tiene el don divino de la caridad, es la primera en ofrecer servicio de manera abnegada a quien lo necesite pero, con igual frecuencia, es la primera en olvidarse de sí misma, incluso hasta el grado del descuido de su persona o de su salud. Este día, te propongo que hagas algo bueno por ti, ¿has descuidado tu salud?, ¿has estado posponiendo tu visita al médico? Reflexiona sobre tu persona y tus sentimientos, encuentra qué cosa buena puedes hacer por ti misma el día de hoy.
Ve este vídeo: ¿Qué consejo le darías al joven que fuiste?
Día 5: El agradecimiento
Ser agradecido es el mejor regalo que podemos hacerle a quien ha sido amable, generoso y ha buscado aliviar nuestras cargas de alguna manera. ¿Podrías pensar en alguien que ha hecho algo bueno por ti o por tu familia? Este es el día de ser agradecida; escribe una nota, hornea un pastel, haz una llamada o simplemente ve a visitar a esa persona para darle las gracias por lo que ha hecho por ti y los tuyos.
No puedes dejar de ver este otro vídeo: ¿Quieres ser más feliz? Este video te dará una buena pista
Al finalizar, por favor cuéntame qué experiencias tuviste con estas cinco oportunidades de servir y ayudar a otros. Yo, por lo pronto te doy las gracias por leer este artículo y por tu buena influencia al ser generosa con los que te rodean.