Cómo puedes regresar a la escuela en tu vida adulta

¿Se quedó pendiente tu educación? o tal vez te gustaría mejorar tu situación laboral o cambiar de profesión, si es el caso, la educación es la clave para ti. Cómo puedes regresar a la escuela en tu situación?

Regresé a la universidad pasados mis cuarenta años. Volví porque pensé que sería divertido y fructífero aprovechar el tiempo libre que comenzaba a disfrutar porque mis hijas ya estaban crecidas y no me necesitaban tanto como cuando eran pequeñas; mi carrera y trabajo ya eran dos ámbitos consolidados y bueno, simplemente pensé que sería genial estudiar algo por el simple placer de hacerlo, un disfrute total.

Visité algunas escuelas, revisé los planes y programas de estudio de algunas carreras que me llamaron la atención y, finalmente, un día me inscribí en una licenciatura sabatina. Me sentí un poco nerviosa el primer día de clases y recuerdo que, camino a la universidad, me prometí a mí misma esforzarme por “encajar entre el grupo de jóvenes” que con seguridad tendría como nuevos compañeros. Cuál sería mi sorpresa al darme cuenta de que la mitad de mi grupo efectivamente eran muy jóvenes, pero la otra mitad la constituían adultos de igual edad a la mía o mayores que yo. Al término de mi primera clase ya me sentía entre amigos.

Puede ser intimidante regresar de adulto a la escuela

Pero son mucho mayores los beneficios que se pueden encontrar. Ya sea que quieras mejorar tu empleo, cambiar de carrera o simplemente comenzar un nuevo proyecto de vida, estudiar vale la pena. No permitas que la idea de “ser el más viejo de la clase” te intimide, ya verás que los más jóvenes te aceptarán con facilidad si te muestras verdaderamente dispuesto a formar un grupo y a ser un compañero más para ellos. No caigas en la trampa de convertirte en su mamá o en su solapador (alcahuete); con sencillez, sé un compañero más, disfruta su juventud y energía y comparte, si ellos lo piden, tu experiencia.

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Confía en tus habilidades y capacidades

Muchos adultos, teniendo la necesidad de capacitarse no lo hacen por temor a “no poder” o a “haber perdido la capacidad de aprender o comprender las cosas”. Si crees que tu mente y tu cuerpo ya estén cansados, mejor piensa que “están fuera de forma”, sobre todo si ya son muchos años en los que no los has “ejercitado”, y verás que conforme inicies tus estudios de nuevo, cada vez te será más fácil entender las clases, hacer las tareas y trabajar con la tecnología, y cuando menos lo adviertas estarás a la altura de cualquiera de tus compañeros.

Reorganiza tus horarios y habla con tu familia de tus metas y desafíos

Actualmente, muchas escuelas ofrecen “educación en línea”, horarios flexibles y programas especiales para los adultos mayores. Puedes encontrar desde educación básica hasta licenciaturas y posgrados universitarios; también hay una gran variedad de cursos, diplomados, clases de idiomas y mucho más; hay cursos gratuitos y privados, lo único que debes hacer es decidirte y una vez que lo hagas habla con tu familia, haz los arreglos pertinentes y solicita el apoyo de tu esposo e hijos, pues ellos llegarán a ser no solo tu razón y motivo sino también tus grandes aliados en esta empresa.

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Hace muchos años, cuando estudiaba la preparatoria, tuve como compañero a un hombre ya mayor; fue una sensación nueva para mí, pues se me hacía muy gracioso, muy curioso verlo entre nosotros, tan jóvenes y él, ya viejo. No fue una sino varias veces las que lo descubrí en la biblioteca estudiar junto a su hijo mayor, él era quien le ayudaba con las asignaciones (tareas, deberes), pues iba en un grado superior. Era una imagen hermosa: el hijo ayudando al padre con toda ternura y alegría. Lo mejor, como siempre, fue la graduación, ahí estuvo nuestro viejo compañero junto a su esposa e hijos. Todavía ahora su recuerdo me continúa inspirando. Solo recuerda que “hasta el árbol talado, retoña”.

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