Una madre buscando equilibrio entre el hogar y el trabajo
Una madre que trabaja suele encontrar agotador, cuando no enloquecedor, el encontrar un equilibrio entre ambas responsabilidades. Tal vez estos consejos no sean la solución perfecta para cada caso, pero seguro te ayudarán.
Isis Lugo
En la actualidad es muy común que las madres de familia cumplan un rol doble: el de trabajadoras y el de amas de casa al mismo tiempo, por lo que el tiempo para realizar las tareas hogareñas y cuidar de los hijos se ve reducido. Esto trae demasiado estrés a la rutina diaria, lo que se traduce en mal humor, poca paciencia y sentirse abrumada por todas las responsabilidades. En mi experiencia como madre trabajadora y ama de casa, puedo darte cinco sugerencias que he ido aprendiendo de otras madres que cumplen las mismas funciones que yo y que a lo largo del tiempo han aprendido a organizarse muy bien.
1
Preparar las cosas un día antes
Tener listos el maletín con las cosas del trabajo, la mochila de los niños con los útiles escolares que necesitarán, la pañalera del bebé, la ropa que nos pondremos al otro día y tener adelantada la comida, nos evitarán las conocidas prisas por la mañana, donde todo puede volverse un caos. Además que nos permite anticipar los posibles olvidos de artículos importantes en el hogar y que pueden retrasar nuestra llegada a tiempo al trabajo o escuela.
2
Tener todo a la mano
Para que la preparación de nuestras cosas o de los alimentos sea más eficaz, es importante tener todo al alcance de la vista, de una manera organizada y que toda la familia tenga presente. Asignar un cajón para la ropa de cada niño, separar los alimentos por categorías en el refrigerador y guardar las cosas siempre en el mismo lugar nos permitirá optimizar el tiempo durante nuestras actividades diarias.
3
Organizar un calendario de limpieza
La limpieza suele ser una de las labores que más tiempo nos toma realizar, por lo que repartir las tareas más extenuantes entre los días de la semana nos ayudará a sentirnos menos abrumadas. Por ejemplo, el lunes tocará barrer el patio, el martes lavar el baño, el miércoles lavar la ropa de los hijos, etc. De esta manera nos enfocaremos en limpiar un área de la casa cada día sin sentir que las tareas nos sobrepasan.
4. Delegar responsabilidades
Cuando era niña, mi madre nos organizó un calendario de responsabilidades diarias a mi hermano y a mí y, conforme íbamos creciendo, ayudábamos en tareas mucho más exigentes. Así, un día lavábamos los platos, otro día doblábamos la ropa, entre otras. El asignar pequeñas tareas a los miembros de la familia los hace sentirse responsables de la limpieza por lo que se preocuparán por mantener limpia la casa y te ayudarán con las labores al mismo tiempo. Además esto los preparará para el momento en que tengan que hacerse cargo de su propio hogar.
5. Dejar espacio para el descanso
Descansar es importante después de un día largo de trabajo. Aunque suena imposible, podemos dedicar un espacio diario para relajarnos de cierta manera. Realizar una actividad deportiva, platicar con una amiga o escuchar música nos permitirá renovar energías para continuar con nuestras labores al día siguiente.
Ser madre trabajadora y encargarse del hogar puede llegar a ser abrumador algunos días, pero estoy segura que con organización aprenderemos a priorizar nuestras actividades y disfrutar del hogar. Recordemos que a veces es más importante mantener la paz en las relaciones familiares que tener la casa reluciente todos los días. En mi experiencia personal, te puedo decir que el equilibrio entre las labores domésticas y el trabajo llega poco a poco, así que sigamos adelante sin perder la paciencia, ni hacer caso a las dificultades. Puede ser duro pero es posible y nuestra familia lo agradecerá.