Una salida con niños a lugares superpoblados, ¿diversión o martirio?
Salir con nuestros pequeños puede ser algo maravilloso y permitirnos volver con una gran sonrisa a casa, o puede resultar una tortura si alguno se extravía. Sigue estos consejos y vuelve a tu hogar con una gran sonrisa.
Rita Ibars
Una salida con niños a lugares muy concurridos puede resultar estresante y peligroso. Los que vivimos en ciudades superpobladas sabemos lo que se sufre cuando vamos de paseo al zoológico, a la playa, a los centros comerciales, etcétera, principalmente en época de vacaciones o en días feriados.
Muchas veces, en un abrir y cerrar de ojos, perdemos de vista a nuestros pequeñitos, y el corazón parece que se nos va a detener. Podemos estar en ambos lados de la situación; es decir, es posible que veamos a un niño solo, llorando, o que mira desesperadamente hacia todos lados buscando a alguien o que grita desesperado llamando a sus papás; o podemos estar del lado contrario: por distraernos unos segundos hemos perdido de vista a nuestro pequeño, eso es, cuando menos, “desesperante”. Me ha tocado estar en ambas situaciones, por lo que les aconsejo seguir algunos pasos que tal vez les resulten obvios, pero muchas veces no los hacemos y después, al estar ya inmersos en la situación, nos arrepentimos de no haber sido “obvios”.
Cuando veo los tristes carteles con las leyendas “si lo viste”, “se busca”, o “desaparecido”, siento que todo lo que hagamos por cuidar a nuestros niños nunca va a ser mucho, obviamente sin llegar a los extremos de traumarlos o de traumarnos con el tema, porque entonces no disfrutaríamos de esa salida y hasta sería mejor no hacerla, pues todos los extremos son malos; recuerda que únicamente son precauciones.
Entonces pongamos en práctica estos consejos y dispongámonos a pasarla bien con nuestros pequeñitos.
Si encuentras un niño solo, llorando, llamando a sus papás o que dice que está perdido
1. No pierdas de vista al niño
mientras buscas a algún policía, guardia o responsable del lugar.
2.
Si tiene la edad suficiente, pídele algunos datos
: cómo se llaman sus papás y si sabe o tiene anotado algún teléfono al que se pueda llamar.
3. Tranquilízalo, cuida que no entre en pánico
, hazle saber que lo vas a ayudar, que es mejor que permanezca contigo y que no intente seguir su búsqueda corriendo o solo; hay que darle confianza.
4. En algunas playas de mi país y de otros países, una solución recurrente que arroja muy buenos resultados es
rodear al niño perdido y dar palmas alrededor suyo
, eso permite que la familia que lo busca, al escuchar las palmas, se acerque para ver si se trata de su niño.
Para no perderlos, o si perdemos de vista a nuestro pequeño
1. Instruye a los niños
Una de las primeras cosas que hay que hacer antes de salir de casa es siempre instruir al niño, explicarle que vamos a un lugar donde habrá mucha gente y, por lo tanto, puede extraviarse con facilidad si se aleja de nosotros; si tiene edad suficiente hacerle repetir su nombre y decirle que lo diga de preferencia a alguna persona uniformada (policía, guardia, representante del lugar, etcétera).
2. Utiliza recursos
Hay unos cintos que, muy a mi pesar, compré para cuidar a mi nieto; y digo muy a mi pesar porque me da la sensación de que salgo a pasear con mi perro: del cinto sale una correa en la cual se puede enganchar al niño; suelen ser muy útiles en lugares como el zoológico o sitios bastante concurridos o superpoblados.
3.
Buscar la ayuda de las autoridades del lugar y hacerlo rápido
, para que, de ser necesario, lo puedan vocear o, en dado caso, cerrar todas las puertas de salida del lugar.
4. Enseñarles a nuestros niños a acercarse a pedir ayuda
, en especial con una persona uniformada, pero de no encontrarla que busquen entonces a una familia o a una mamá acompañada de su hijo, eso es más seguro.
Es muy importante enseñarles a nuestros niños estas cosas con toda la naturalidad posible, a fin de que sepan que todos podemos disfrutar de un paseo en familia y que es sumamente peligroso que se separen de nosotros, porque, como dice el dicho, “más vale prevenir que lamentar”.