Vivimos la generación de los niños violentos. ¿Quieres que los tuyos no lo sean?

Los psicólogos de todo el mundo dicen que vivimos la “generación de niños violentos”. Hay una manera de evitar que tus hijos sean un número en una estadística. Aquí te digo cómo.

Laura Abbott

Si se investiga un poco podrán encontrarse diversos factores que influyen en la formación de niños violentos (con comportamientos como el acoso escolar, por ejemplo): la falta de estructuras familiares sólidas, la ausencia de apoyo y orientación de los adultos, la presencia de factores psico-ambientales nocivos para el desarrollo del niño (maltrato, alcoholismo, abuso, etcétera), el no establecer límites o el exceso de disciplina y, por supuesto el influjo, cada vez más creciente, de los medios de comunicación y los videojuegos.

Los niños, de acuerdo con su edad, comprenden el mundo de diferentes maneras. La exposición a imágenes violentas, sin la debida orientación, provocan un gran impacto, que se traduce en comportamientos inadecuados o en conductas agresivas. Más tarde, en la adolescencia, esos comportamientos se volverán más difíciles de controlar y crecerán en frecuencia e intensidad, o incluso podrían tener consecuencias realmente graves para otras personas, y para ellos mismos.

Cuanto más tiempo pasa un niño frente al televisor, más violento se vuelve. Cualquier persona con sentido común sabe que las imágenes de violencia no pueden ser constructivas para nadie, y mucho menos para tus pequeños. Por ello, puedes preocuparte e investigar sobre ello, u ocuparte y prevenir desde tu hogar. O dicho de otra manera: puedes ser parte del problema o ser parte de la solución.

Reflexiona:

Los padres son los primeros maestros. Esto es real e insustituible. El núcleo básico de la personalidad de tus hijos se constituirá con el amor y los valores que les transmitas. No delegues en nadie esa responsabilidad primaria, y mucho menos en la televisión.

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Tus niños necesitan tu atención continua, y que les enseñes a manejar en forma correcta sus emociones. Esta puede resultar una tarea agotadora en un mundo plagado de prisas, responsabilidades y actividades múltiples. Pero tus hijos no serán pequeños toda la vida, y el esfuerzo que inviertas en esta primera etapa será recompensado en el futuro, cuando veas los adultos sólidos que formaste.

Fomenta valores. Desde pequeños háblales del valor de “no dañar a nadie”, de la importancia de la vida y del amor en sus vidas Presta atención a los mensajes de contravalores, porque la sociedad está plagada de ellos. El tomar un tiempo para explicarles que existen mensajes equivocados te ahorrará futuras confusiones.

La violencia no puede ser un motivo de satisfacción, ponle remedio. Si pasar de nivel o ganar un videojuego, o disfrutar de las andanzas de un superhéroe sangriento, se ha vuelto una satisfacción para tus hijos, es tiempo de que pienses en generarles otro tipo de intereses. Búscales un deporte, alguna actividad solidaria, fomenta en ellos la pasión por los libros, etcétera; existen miles de actividades más constructivas. Encuentra la que más se adecúe a la personalidad de tus pequeños. Para ello deberás sentarte y hablar sobre sus expectativas y deseos; es decir, “comunicarte” de persona a persona. Algo que es muy diferente a estar expuesto a un medio de comunicación en forma pasiva.

Piensa en la libertad que les arrebatas. Piensa en el tiempo que se pierden de correr, saltar, jugar e intercambiar juegos con otros niños. Piensa en que están consumiendo, de manera pasiva, productos tecnológicos pre armados que no dejan ningún lugar para la imaginación y la creatividad. Juegos donde existe solo una única solución al conflicto y que, por lo general, tiene que ver con “acabar” con el otro.

No te des por vencido. Tal vez tengas que ocupar un poco más de tiempo en revisar los contenidos y temáticas de los programas de televisión y de los videojuegos que utilizan. Quizás, con mayor frecuencia, tendrás que ser más firme y decir “no” frente a sus pedidos por ocupar su tiempo en ello.Gota a gota se hace el océano. Paso a paso y con firmeza, se llega lejos. Ten paciencia y esfuérzate por hacer de tus hijos personas felices. La crianza que les des marcará una diferencia en el mundo. No importa si esa diferencia es poca o es mucha, lo que importa es que existe. Recuerda que, “Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad” (Karl Menninger, psiquiatra estadounidense).Con probabilidad, gracias a esa diferencia que puedas lograr, y a otras tantas que se sumen, puedas escuchar en las noticias, en algún futuro cercano, hablar sobre una “nueva generación de niños por la paz”. A este respecto, te invito a visitar este link con el video de John Hunter, un profesor de Virginia (USA) creador de “El juego por la paz mundial”. Que te valga de inspiración y te dé la fuerza que necesitas para mejorar tu mundo y, en consecuencia, el de todos.

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El punto de vista del autor no necesariamente representa la opinión editorial.

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Laura Abbott

Laura Abbott tiene muchas pasiones:sus hijos, su esposo, escribir, la danza y el yoga, el contacto con la naturaleza, compartir con sus amistades, los libros, la música...Para contactar: lauabbott@hotmail.com