Yo pensaba que mi abuelita era demasiado anciana para ser de utilidad, hasta que vi este vídeo

Esta anciana nos da una gran lección no solo por lo que hace, sino por sus motivaciones y, al actuar, ¡nos da una gran lección a todos!

Oscar Pech

Este vídeo es una gran lección para todos: A una anciana le quitan su licencia porque el burócrata que le atiende dice, dentro de su lógica institucionalizada: “Una anciana de 97 años no puede conducir un automóvil”. Lo que esta persona no sabía es que esta venerable anciana había conducido toda su vida, nunca había tenido una infracción y, lo más importante, no sabía para qué quería la licencia, y allí es donde los ojos se rasan de lágrimas.
La anciana no quería la licencia para ella, sino para su vecina dentro del asilo, que no tenía manera de desplazarse. La protagonista de este vídeo no quería la licencia para satisfacer sus necesidades, o para pasearse, sino para poder dar servicio y suplir las necesidades de otra persona, de manera desinteresada.
¿Heroísmo? ¿Generosidad? ¿Bondad? ¿Altruismo? Tal vez sí, pero creo que es algo más, algo que nosotros, los que nacimos en otra generación hemos perdido: se llama civilidad, que significa “el que sabe convivir como un ciudadano”. Se llama decencia, cuya etimología quiere decir: “saber guardar la conducta apropiada”.
Para mí esta anciana es una heroína, porque sus simples hechos nos recuerdan a los más jóvenes eso: lo que es la decencia, la civilidad. No sé tú: yo quiero ser más como ella.

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Oscar Pech

Oscar Pech ha dedicado su vida a la enseñanza, la lectura, la escritura y la capacitación en diferentes partes de la República mexicana. Es una persona profundamente comprometida con la familia y los valores morales.