10 características sorprendentes de los hijos únicos
Un hijo único es mucho más que un "niño mimado", y no merece ser etiquetado.
Adriana Acosta Bujan
“¡Necesita un hermanito para jugar!, ¡Estará solo todo el tiempo!, ¡Seguro será un niño egoísta e inadaptado por no tener hermanos!”
Seguramente después de haberte convertido en madre por primera vez, habrás escuchado opiniones externas como éstas, sobre que los hijos necesitan un hermano para ser más sociables y felices, puesto que tendrán con quién convivir y estarán menos solos.
Sin embargo, no tiene fundamento científico creer que una persona con hermanos o sin ellos, crezca con una personalidad distinta o que sea más sociales o solidario. Ya que su formación y desarrollo dependerá exclusivamente de la educación que reciba en casa (con la familia).
La crianza de los hijos únicos
Podemos escuchar muchas cosas negativas de los hijos únicos, como que son egoístas, mimados, consentidos, mandones, engreídos, entre otras. Sin embargo, el seno familiar guía al niño a desarrollar su propia personalidad.
Mucho tiene que ver cuando los padres toman actitudes sobreprotectoras, que deriva a un exceso de atención hacia el hijo. Cuando la crianza es de esa manera, es casi probable que el niño desarrolle conductas o actitudes poco favorables en sus relaciones sociales, desencadenando problemas en su vida adulta.
La ciencia dice
En una investigación se dio a conocer que los hijos únicos tienen más altos niveles de autoestima y logros, en comparación con aquellos que tienen hermanos. Debido a que ellos suelen convivir el mayor tiempo con adultos al grado de comportarse de tal forma, enfocándose en ser más autónomos e independientes.
¿Cuáles son las características de los hijos únicos?
1 Son más creativos
Un estudio realizado en China, donde analizaron el desempeño de los hijos únicos contra los que tienen hermanos, afirmó que los hijos únicos son más creativos e inteligentes, debido a que tienen más contacto con los padres y tal vez, con mayores expectativas por parte de éstos. Ya que reciben mayor atención y elogios por parte de sus padres y familiares.
Incluso, podríamos pensar que el niño al no tener una persona de la misma edad para jugar, está obligada a desarrollar su imaginación, inventiva y creatividad, recreando mundos de ficción en los que pueda entretenerse. Los padres influimos mucho en el desarrollo de la inventiva y así solemos guiarlos para que ellos disfruten de los juegos.
2 Más generosos
Los niños únicos tienen a desarrollar el valor de la generosidad más rápido, debido a que no tienen la necesidad de defender sus objetos constantemente de los demás y al momento que preste sus cosas tendrá más seguridad y confianza de que se les devolverán.
Será más compartido, porque siente que tiene suficiente y no necesita rivalizar como sucede entre hermanos. En ocasiones no tienen miedo a perder lo que es suyo, por lo que les resultará más fácil compartir.
3 Disfrutan la soledad
Los hijos únicos aprenden a ser más autónomos e independientes, ya que la mayor parte del tiempo juegan, inventan y crean sus propios desafíos. Por ello se puede explicar que suelen experimentar la soledad al adaptarse a ciertas necesidades, incluso al envejecimiento de los padres.
4 Mejor rendimiento escolar
Los hijos únicos están acostumbrados a realizar sus deberes escolares por sí solos, por lo que aprenderán hábitos de estudio con más facilidad. Incluso los padres suelen dedicar más tiempo para ayudarle a comprender sus tareas escolares. Además, los niños únicos pueden agilizar su desarrollo intelectual lingüístico y emocional porque tienen el modelo de los adultos para imitar.
5 Lazos afectivos más fuertes
El tiempo que los padres dedican a su hijo es de calidad. Suelen jugar más, estar más al pendiente de lo que necesitan, incluso suelen realizar actividades fuera de casa juntos. Se desarrolla más la comunicación entre ellos por lo que se tendrán más demostraciones de amor.
6 Son más autónomos
Cuando los padres no están, es lógico que el hijo tenga la necesidad de desarrollar su aprendizaje de manera más veloz, haciéndose autónomo e independiente. Por lo regular aprenden más rápido las cosas, tomarán decisiones y tendrán la libertad de actuar como mejor les parezca. Sin embargo eso no quiere decir que los padres dejan a los hijos sin una guía y apoyo, al contrario, los dejan aprender de sus aciertos y errores.
7 Tienen una buena autoestima
Es lógico pensar que los padres se dediquen a elogiar los triunfos de su hijo, reconociendo sus logros y brindándole mayor confianza y seguridad en él mismo. Sin embargo, cabe resaltar que la autoestima puede quebrantarse cuando los padres lo crían con una exagerada sobreprotección y cuidados.
8 Amistades más sólidas
Por lo regular, los hijos únicos tienen a tener una menor cantidad de amigos en comparación de quienes han crecido con hermanos. Por ello, suelen desarrollar lazos de amistades más sólidas; son de pocos amigos pero con afectos profundos, la mayoría de las veces establecen un apego similar a la hermandad, demostrando lealtad, confianza y empatía.
9 Más seguros
Ellos son más seguros porque reciben constantemente la reafirmación de sus acciones por parte de los adultos. Lo cual atribuye que sean más arriesgados, aventureros, confiados de sí mismos.
10 Responsables
Los hijos aprenden imitando las actitudes de los padres y como ellos constantemente están en la observando la vida adulta, es lógico pensar que serán más maduros para su edad. Por ello, serán niños más responsables.
La manera en cómo son educados los hijos desde el seno familiar, es de vital importancia para que ellos crezcan felices y desarrollen su propia personalidad. Dejemos de juzgar y expresar que son niños consentidos o sobreprotegidos, recordemos que todos somos distintos y que desarrollamos distintas características.