10 verdades fascinantes acerca de ser mamá de un varón
Un gran compromiso y un enorme desafío. Ser madre de un varón conlleva verdades insoslayables.
Fernanda Gonzalez Casafús
Mis dos hijos son mi mayor tesoro. De cada uno de ellos aprendí mucho, y aprendo constantemente. Ellos me alientan a superarme a mí misma y me dan ánimos de seguir.
Hoy te hablaré de las verdades acerca de ser madre de un varón. Si tienes la dicha de tener un pequeño guerrero en casa, estoy segura que coincidirás conmigo en muchos puntos. Y si estás esperando uno, prepárate, pues el mundo de los varones es sencillamente fascinante.
1 Jugar rudo está bien
Es algo a lo que debes adaptarte. Las mujeres solemos impacientarnos con esos juegos bruscos o aquellas travesuras que nos quitan la respiración. Pero así son ellos; arriesgados, osados y avasallantes. Ponen todo su cuerpo en la acción. Y aunque estemos a cada rato diciendo “cuidado”, ellos aman jugar rudo.
Mientras se trate de un juego y sepan que no se debe lastimar a nadie, está bien. Está en su naturaleza. Pero es tu deber enseñarle que ser rudo no es sinónimo de ser fuerte o mejor.
2 Amas más que nunca la esencia masculina
Ahora que ves a tu niño, experimentas un sentimiento aún más profundo hacia el sexo opuesto. Adoras sus gestos, su forma de ser tan distinta a la tuya, y descubres día a día qué tan distinta es la vida ahora que tienes un hijo varón.
3 Ir al baño es cosa fácil
No vamos a negarlo. Ellos “hacen” en cualquier lado sin problemas, y para nosotras eso es un alivio. Si estás en un parque y no hay baño cerca, todo se resuelve más fácilmente. Y en los baños públicos casi nunca deben esperar demasiado. Sí, en este sentido, los chicos la tienen más fácil.
4 Su mamá, su modelo
Siéntete orgullosa; para tu hijo tú eres la primer mujer de su vida. Serás su modelo a seguir cuando se enamore. Tus virtudes quedarán impregnadas en su inconsciente y será el peso que incline la balanza hacia una mujer con tus mismas cualidades. Esmérate por ser la mejor madre, y brindarle buenos ejemplos, y así tendrá altas aspiraciones.
5 Simples y directos
Ellos no andan con vueltas. No le buscan el doble sentido a las cosas, y lo que tienen que decir, lo dicen. Cuando tienes un varón aprendes que ellos son más directos en su actuar y que si algo les molesta, vendrán y lo dirán.
Esto es un arma de doble filo, pues cuando estén enojados no siempre tendrán la sutileza de decir las cosas de forma calmada, y muchas veces no tendrán ningún tipo de filtro.
6 Sus dramas se resuelven de manera sencilla
Descubres que no le importa tanto si esa camisa está sucia. Se pone otra y ya. O no le molesta si se rompió el ala de su avión; pues intentará repararla, o buscará ayuda. También sucede con las amistades; los varones resuelven los pleitos de manera más franca y simple. Eso sí, pueden a llegar a ser muy tajantes y no tener contemplaciones.
7 Es un gran desafío
Ser madre de un varón es un desafío enorme. Ellos vienen a tambalear nuestra estructura. Ahora tenemos la oportunidad de moldear un hombrecito a nuestro gusto. Puedes enseñarle acerca de la igualdad para que sea un hombre respetuoso. Lavar los platos, barrer, tender las camas, y hacer las mismas tareas que hace su hermana, son labores que debe aprender desde pequeño si quieres criar un hombre que cambie el mundo.
8 Siempre serás su reina
Admítelo. ¡Te encanta serlo! Para tu hijo nunca habrá una mujer como tú. Serás el blanco de todos sus mimos y condescendencias. Si lo crías con autonomía e independencia, en el futuro valorará el gran trabajo que hiciste y lo replicará en sus hijos. Y así, te ganarás el trono infinitamente.
9 Aprendes que no todos son iguales
Hasta que te convertiste en madre de ese pequeño terremoto pensabas que todos los hombres eran iguales. Ahora sabes que no es así. Que ellos son sensibles, cariñosos, empáticos y listos. Claro que no son todos iguales, y tu misión es hacer que tu hijo sea un hombre único y especial.
10 Te enamoras aún más de tu esposo
Lo ves junto al hombre que elegiste. El pequeñito imita su andar, lo acompaña a prender el fuego para asar la carne, busca la caja de herramientas y juntos arreglan un desperfecto imaginario de la bicicleta. Amas ver tanta masculinidad junta, la incipiente y la madura, conjugada en la más dulce danza. ¡Son los hombres de tu vida!
Estoy segura que puedes añadir muchos puntos más a esta lista. Ser madre siempre es maravilloso. Los hijos nos enseñan día a día y nos alientan a seguir aprendiendo de esta experiencia.
Tener hijos varones es un compromiso con la sociedad, pues estás criando ese hombre que vendrá a romper con los preceptos vetustos y luchará por la igualdad del hombre y la mujer. Ese debe ser tu legado, y tu mayor orgullo.