12 maneras en que evitas que tu esposo sea un buen padre
¿Tu esposo es un mal padre, o tú lo has convertido en un mal padre? Entérate de qué tanta responsabilidad tienes en la irresponsabilidad de tu pareja.
Yordy Giraldo
Ser mal padre no es sólo cuestión de acciones, sino de percepciones. Y en ese sentido, las mujeres caemos en conductas que refuerzan esa impresión de que ellos son tan malos como la vox populi jura y perjura. Es cierto que hay muchos ejemplos de que su mala fama es bien ganada, pero no todo lo que se dice es sólo culpa suya, nosotras también hemos hecho nuestra parte, y en este artículo te lo cuento todo.
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Revisa estas 12 maneras en que evitas que tu esposo sea un buen padre y de identificarte con alguna o algunas, pon el remedio necesario:
1. No tomar en cuenta a los hombres para decidir embarazarse
Al tener hijos debemos hacernos responsables, eso no se discute; pero tomar unilateralmente la decisión del embarazo y forzar la paternidad no es buena idea. Paternidad responsable hace buenos padres.
2. No dejarle tiempo a solas con los niños
Así como tú, ellos necesitan ese tiempo a solas para crear un vínculo y aprender a ser padres. Dales la oportunidad, porque es su obligación y su derecho.
3. Denigrando la imagen del padre a los ojos de los hijos
Casadas o separadas, las mujeres somos buenas para criticar las capacidades de un hombre como padre, pareja y hasta ser humano, sin reparar en que los niños oyen, y lo que oigan contribuirá a formar la percepción que tengan de sus padres.
4. Permitiendo que la crianza sea cosa sólo de mujeres
Es tan típico decir y repetir que la crianza es cosa de la mamá que no nos damos cuenta que, sin querer y desde pequeños, sembramos en nuestros hijos la semilla de los futuros malos padres.
5. No respetar las opiniones de los padres
Papá dice algo y el niño va corriendo con mami, quien lo consuela y le dice que no se preocupe, que cuando papá no esté hacen aquello que él prohibió por algún motivo, provocando que los hijos caigan en el juego malsano de no respetar a papá y su imagen.
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6. Guardando secretos a ellos
Este es una extensión del punto anterior: madres que llevan una vida paralela con sus hijos de las que los hombres no tienen ni la menor idea, y así los hijos ven a sus padres como la figura a la que hay que mentirle porque “no entendería”.
7. Hacer ver a los hombres sólo como proveedores
No es correcto que nos manejemos como si los hombres fueran máquinas expendedoras de billetes. Y si tú los tratas así o haces que tus hijos lo hagan, no estás dándoles la oportunidad de ser mejores padres.
8. Acaparar a los hijos para ti sola
Las mujeres cargamos a los hijos desde el momento mismo de la concepción, pero esto es biología, nada más; sin embargo, usamos esto para argüir que tenemos más derechos y tratamos a los hijos como propiedad, y contra eso los hombres tienen pocas oportunidades.
9. Haciendo creer que el amor de mamá es mayor que el de papá
Decirles a tus hijos que eres quienes más los amas, y que el amor de madre es único en el mundo, no es desdeñable; pero si no dices lo mismo del amor de papá entonces sí hay que reprocharlo. Esto les resta relevancia a los hombres y difícilmente podrán ser vistos como buenos padres.
10. No reconocer la labor de los padres
Hablar de tus estrías, de las incomodidades del embarazo, de las noches de insomnio y de los sacrificios y no dar igual importancia a los papás, es una manera de convertirlos en malos padres, porque aun cuando no lo sean les quitas su merecido protagonismo.
11. Usarlos para asustar a los niños
Ya antes he hablado de esto y lo repito: dejar que los hombres hagan el trabajo sucio los pone como los malos, y aunque lo hacen con la intención de educar y con el respaldo de las madres, cargarán siempre con ese estigma.
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12. Mezclar los problemas de pareja con los de los hijos
Juzgar a los padres por el tipo de esposos que son, seguramente es una batalla perdida para ellos. Difícilmente podrán salir bien librados de un enfrentamiento de ese tipo. No lo hagas, porque aunque no tenga nada que ver, los estás haciendo quedar como malos padres.
