15 hábitos que hacen a las madres infelices y frustradas como madres y cómo cambiarlos
¿Eres feliz como mamá? Aquí te contamos sobre algunos hábitos que podrían hacerte daño a ti y a tus hijos.
Maia Fernandez
Hace un tiempo salió un video que se hizo muy popular y que se suele compartir el día de las madres. Se trata de una falsa entrevista de trabajo en la cual los postulantes se sorprenden de las terribles e “inhumanas” exigencias que el entrevistador propone. Todo para demostrar que ser mamá es un trabajo que requiere de esfuerzo continuo las 24 hs del día, los siete días de la semana. Si no lo has visto, te invito a hacerlo, es muy interesante.
Puede ser que estés iniciando el camino de ser mamá o que tus hijos ya estén crecidos. De todas formas, seguro has vivenciado momentos en los cuales te has sentido triste o frustrada. En esos días en que tocas fondo es importante investigar si estás fallando en algo. Date el beneficio de la duda y lee estos 15 hábitos que hacen a las madres infelices y frustradas.
Puede ser que tengas una o varias de estas actitudes. A lo largo de mi vida como madre siento que he pasado por todas. Lo bueno, siempre estamos a tiempo de aprender y mejorar:
Impaciencia
: No respetar los tiempos de tus hijos. Por ejemplo, la hora de cambiarse. Ellos tienen su propio ritmo. Si bien es cierto que a veces el reloj corre, recuerda que no serán niños siempre y mantén la calma con ellos.
Compararse con otras madres
: La mujer que se la pasa mirando lo que hacen otras madres vive en una completa insatisfacción. No sirve de nada compararse. Cada madre tiene sus defectos y virtudes.
Hacer varias cosas a la vez
. Si bien a veces no nos queda otra, siempre es mejor tratar de hacer una cosa a la vez. Sino es muy probable que algo nos salga mal y nos frustremos.
Querer tener la casa siempre ordenada
: Sabemos que es importante el orden para una vida mejor. Pero con niños, si queremos tener siempre todo diez puntos, viviremos estresadas.
Querer que los hijos estén siempre limpios
: Es importante la higiene pero los niños tienen derecho a ensuciarse, a jugar libres. Querer que nuestros hijos estén siempre de punta en blanco resulta ilógico. Viviremos nerviosas sin dejarlos divertirse sanamente.
Querer que los hijos estén quietos y callados
Los niños son inquietos por naturaleza. Una madre que dice: “mi hija siempre está tranquila, que buenita que es”, está realizando un análisis erróneo. No es correcto medir la bondad de los niños por la quietud.
Que tu único interés sea la crianza de tus hijos
Los hijos son muy importantes en la vida de toda madre. Pero para vivir felices debemos tener en cuenta que la pareja es también importante. También es necesario nutrir nuestra vida con intereses personales, ya sea estudios, hobbies o inquietudes que nos enriquezcan el alma.
Creer que sólo nosotras lo hacemos bien
Somos únicas para nuestros hijos, indispensables, de eso no hay duda. Pero en algunas ocasiones es saludable pedir ayuda a los demás aunque sintamos que no hacen las cosas tan bien como nosotras. No pedir ayuda cuando la necesitamos es otro factor que nos hace sentir infelices y frustradas.
Comparar a nuestros hijos con otros niños
Las personas en general suelen comparar el desarrollo de un niño con otro, como así también la forma de comportarse. Eso puede estresarnos mucho. Debemos comprender que cada niño es único y tiene sus tiempos. Si dejamos de fijarnos en los hijos de otras, seremos más felices y nuestros hijos también lo serán.
Descuidar el matrimonio
: En ocasiones estamos tan concentradas en nuestra labor de madre que olvidamos cuidar la pareja. Ésta relación es fundamental y es el pilar de una familia feliz. Si la relación se fortalece tendrás más energía para criar a tus hijos de manera exitosa.
No valorar nuestro esfuerzo
Esta actitud nos lleva a menospreciarnos, a sentir que lo que hacemos nunca alcanza. Dejemos de mirarnos como un juez impiadoso y empecemos a vernos con ojos compasivos. Estamos haciendo las cosas lo mejor que podemos. Si vemos que hay algo que podemos aprender o cambiar, hacerlo y seguir adelante sin juzgarnos. Las mujeres muchas veces somos nuestro peor enemigo.
Querer estar siempre sonrientes para los demás
Es cierto que una actitud positiva es algo esencial para una vida feliz. Además les damos el ejemplo a nuestros hijos. Pero existen ocasiones en las que no va a estar todo bien. No está mal demostrar emociones negativas, de esa manera nuestros hijos aprenden que somos seres humanos, que comentemos errores.
No confiar en nosotras mismas
: Si vivimos dudando y no confiamos en nuestra capacidad como mamá, será más probable que vivamos infelices. Por eso, una dosis de autoconfianza y determinación hará que nos sintamos seguras a la hora de tomar decisiones. De lo contrario, el laberinto de la incertidumbre nos entorpecerá el camino para la crianza de nuestros hijos
No compartir con personas afines
: Cuando una madre comparte con amigas o con grupos de madres sus inquietudes, sus vivencias sus logros y dificultades, el camino se hace más fácil, ya que nos da fortaleza el sentirnos acompañadas. Si creemos que lo que nos sucede nos pasa solo a nosotras, nunca nos acercamos a preguntar o compartir, nos sentiremos más infelices cada día.
Competir con otras madres
, Si te la pasas mirando el facebook de la vecina, o crees que a las demás les va mejor que a ti. Si quieres demostrar todo lo que tienes, de seguro tarde o temprano serás infeliz. A veces competimos sin darnos cuenta cuando empezamos a hacer cosas por el qué dirán. Dejar de lado esta actitud nos ayudará a transitar una maternidad más consciente y armoniosa.
Quizás creas que es imposible, pero te aseguro que con un poco de paciencia, esfuerzo y mirada amorosa hacia nosotras mismas podremos cambiar lo que nos hace infelices como mamá y disfrutar de manera plena esta noble tarea.