Incluso una supermamá necesita pedir ayuda

El pedir ayuda cuesta trabajo, de alguna forma nos hace sentir débiles. Sin embargo, esto no es cierto, el pedir ayuda nos fortalece para cumplir nuestra labor como madres.

Denhi Chaney

El rol de madre es un trabajo de todo el día, los 365 días del año. Casi todas las madres coinciden en que es un trabajo hermoso, aunque también llega a ser extraordinariamente cansado y difícil en algunos momentos. A veces pensamos que tenemos que lidiar con el estrés y la pesada tarea a solas (y aparte de todo, hacerlo de manera perfecta). Pero cuando pensamos así, esta idea nos aísla de los demás y nos hace más vulnerables a pensar que todas las demás madres lo hacen todo a la perfección y solamente nosotras cometemos tantos errores. Sin embargo, si revisamos la historia, vemos que en realidad la tarea de madre nunca cayó bajo los hombros de una sola mujer: en toda época siempre hubo varias manos apoyando a ésta a lidiar con los quehaceres y el cuidado de los niños. La noción de hacerlo todo sola es una idea nueva, y cuando este concepto se internaliza, puede dañar nuestra autoestima y la forma en que nos relacionamos con nuestros hijos.

Existen varias razones personales de por qué se nos dificulta a veces pedir ayuda, pero entre las nociones más comunes se encuentran las siguientes:

  • Pensamos que nadie quiere que las molestemos para cuidar de lo que es nuestra responsabilidad.

  • Sentimos que somos las únicas que necesitan pedir ayuda.

  • No nos queremos hacer ilusiones de tener un tiempo para nosotras, ya que si nadie nos puede ayudar, terminaremos no haciendo lo que teníamos planeado.

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  • Pensamos que el pedir ayuda de alguna u otra forma nos hace débiles e incapaces de cumplir con nuestra responsabilidad.

Ninguna de estas ideas es válida, pues ¿no es precisamente el pedir ayuda lo que es difícil? Por lo tanto, ¿no es la que pide ayuda aquella que enfrenta sus temores con coraje y por ende no es débil? El derrotar nuestros miedos interiores y cambiar nuestra idea de lo que es realmente débil requiere persistencia y una enorme cantidad de valor. El ser madre requiere de mucho valor: es cuestión de tomar la decisión de hacerlo.

Ahora, ¿a qué me refiero con pedir ayuda? El pedir ayuda puede ser tan grande como conseguir a alguien que cuide a tus niños por un día mientras te vas a pasear hasta llamar a una amiga por el teléfono y tener una conversación. El conseguir ayuda no quiere decir que alguien cumple con tus responsabilidades, sino que ofrecen apoyo y comprensión. Una de las formas en que puedes conseguir “ayuda” es simplemente verte con tus amigas y reír, hacer un presupuesto y comprar el libro que tanto has querido leer; en otras palabras, darte un tiempo para regresar a tu labor de mejor humor y con más energía. Las siguientes personas te pueden ayudar cuando más lo necesites:

  • Familiares

  • Amigas (planea esto con anticipación nunca les caigas de sorpresa al menos que sea una emergencia)

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  • Líderes espirituales o eclesiásticos

  • Adolescentes (Muchas jóvenes están dispuestas a trabajar, planea una tarde en donde las puedas entrenar y así te sientas segura de lo que saben y que están capacitadas para cuidar de tus chiquitos).

Cuando por fin hayas pedido ayuda resiste la tentación de pensar que muchas madres lo hacen sin ayuda alguna y no lo necesitan. Puede ser que muchas madres lo hacen sin ninguna ayuda, pero no quiere decir que no lo necesitan pues el rol de madre se disfruta más cuando nos tomamos el tiempo de reconectar con personas que son de confianza y que nos ayudan a sentir que nuestra vida no es tan monótona —que es fácil de sentir con la rutina diaria que requieren nuestros pequeños—. Poco a poco convéncete que el pedir ayuda no te hace débil, sino al contrario, te ofrece más fuerza y oportunidades de mejorarte como madre.

Decide el día de hoy que no te vas a aislar más o sufrir en secreto; esto no es necesario. El tener asistencia te ayudará a darte cuenta de que no eres la única madre que a veces se siente sola, inadecuada y frustrada; y el darse cuenta de ello es tan importante en tu crecimiento como madre, que ningún temor debe de ser mayor que tu resolución de aprender esto por ti misma.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .