Cosas de zurdos que debes saber
Vivir en un mundo totalmente adaptado para personas diestras no es tarea fácil si eres zurdo. Si alguno de los miembros de la familia lo es, te invito a leer un poco para lograr que se sientan totalmente integrados a la familia.
Camila Ignacia Gómez González
Entre los cinco y los seis años de edad, los niños comienzan a manifestar si serán zurdos o diestros, esto debido a que comienzan a asistir a la escuela y con ello deben comenzar a usar frecuentemente el lápiz. Pero ¿qué hacer si nuestro hijo es zurdo?, ¿cómo podemos ayudarlo?, ¿existen productos que le faciliten el proceso de aprendizaje? A continuación te comento mi experiencia como zurda en un mundo hecho para diestros.
- Ten presente que entre el 5% y el 10% de las personas son zurdas. Se nace siendo zurdo, no es una habilidad que pueda irse desarrollando con el tiempo, es por esto que debes tener claro que si uno de los padres es zurdo, tu hijo o hija tiene más probabilidades de serlo también.
- No intentes nunca cambiar la lateralidad del pequeño. Antiguamente pensaban que ser zurdo era malo; a los que lo eran, les amarraban la mano o les golpeaban cada vez que trataban de tomar algo con ella. Hoy se sabe que no es nada del otro mundo ser zurdo y que es una condición totalmente normal, si tienes duda de cómo enfrentarlo acude a alguna página web especializada en el tema para sacar orientación de ella.
- Considera que es normal que tengan problemas en los primeros aprendizajes escolares. Por ello es importante avisar en el colegio al que asiste que predomina el uso de la mano izquierda en el niño, para que los profesores tengan en cuenta algunas técnicas para el apoyo pedagógico.
- En la mesa, siempre siéntalo dejando libre su brazo izquierdo. De esta manera no se topará con el brazo de la persona que está a su lado comiendo o escribiendo. Esto evitará distraerlo y al compañero de asiento lo molestará menos.
- Compra lápices de forma triangular o de 6 lados. Los manejan mejor que los redondos y resultan más cómodos para adaptarse a su mano.
- Busca lapiceras (bolígrafos, plumas), de secado rápido. Esto es debido a que al escribir tapan las letras y van pasando la mano por encima de ellas, manchando las hojas y a sí mismos.
- Pregunta por artículos y tiendas especializadas. Recortar puede resultar una odisea en los primeros intentos, es por esto que el mercado ha lanzado diferentes productos para hacer el aprendizaje más fácil, entre ellos podrás encontrar: tijeras, lápices, cuadernos, relojes, cuchillos, tazas, etc.
- No lo hagas sentir diferente al resto. Ser zurdo no es una enfermedad, por tanto no necesita cura, ni hace a las personas diferentes. Ofrécele los implementos adecuados para su desarrollo, pero NUNCA lo trates diferente que al resto de tus hijos.
- Corrige con amor los problemas de caligrafía. Escribir se vuelve un reto cuando eres pequeño y no entiendes muy bien cómo tomar un lápiz que de ninguna forma se acomoda a ti. Es por esto que si tu hijo ya logró escribir las primeras palabras es tiempo de corregir su caligrafía con amor y no con críticas, puesto que solamente lograrás que se frustre y que no tenga ánimo de continuar aprendiendo.
Vivir en un mundo en que nada está hecho para alguien que es zurdo es complicado: yo lo vivo a diario. Durante mis clases generalmente no hay pupitres para mí y debo sentarme en mala posición. Aprender a cocinar fue todo un reto y lo sigue siendo, ¡usar el cuchillo “al revés” es toda una odisea! Y a pesar que debí por fuerza mayor aprender a cortar con la mano derecha, porque en mis tiempos no existían tijeras para zurdos, aún hay muchas cosas que soy totalmente incapaz de hacer con mi mano derecha. Y comprender que mi mundo sería “al revés” cuando tenía seis años no fue tarea fácil ni para mí, ni para mi familia. Pero debo reconocer que la paciencia infinita de mi madre logró que yo pudiera aprender rápidamente cosas que para los demás era un desafío. Cada vez que las cosas se “complicaban”, ella hacía de espejo: se sentaba frente a mí y yo, mirándola, podía comprender mejor lo que quería darme a conocer.
No dudes nunca de las capacidades de tu hijo, es un ser maravilloso que vino a conquistarte con el otro lado del cerebro, pero del lado del corazón.