Grupos de Juego: No sólo son para niños, son necesarios para los adultos

Ser parte de un grupo de juego no sólo es ideal para que los niños puedan correr, jugar, gritar, y salir un momento de la monotonía. Es por el bien de nuestros niños y por nuestra salud mental.

Janint Young

Cuando llegué a los Estados Unidos en el año 2002, mi hija mayor tenía casi dos años de edad y la menor tenía apenas dos meses. Todos los días era la misma rutina: Cambiar pañales, darle de comer a mi bebé, y empezar a preparar el desayuno para el resto de la familia. Después era sentarme a leer cuentos, limpiar la cocina, meter la ropa a la lavadora y para entonces ya había que cambiar otro pañal, sentarme a amamantar de nuevo a mi bebé y volver a limpiar. Y así se iba todo el día. Apenas me daba tiempo de ir a darme un buen baño.

No conocía a nadie y no tenía familiares cercanos viviendo en la misma ciudad. Ninguno de mis vecinos tenía hijos pequeños. Para colmo solo teníamos un auto, que mi esposo usaba para ir a la escuela muy temprano todos los días.

Aún así, sentaba a mis hijas en la carriola y me salía a caminar. Me gustaba ver las casas, las flores, los árboles, ver a las ardillas correr por los cables de luz, escuchar los pájaros y sentir que podía salir un rato de la misma actividad. También las llevaba al parque de la colonia. A ellas les gustaba que las empujara en los columpios y sentir cómo les volaba el cabello. A mí me gustaba verlas reír y que respiraran el aire fresco. Sin embargo no había otras personas adultas con quien platicar. En pocas palabras, mis días eran largos y solitarios. Así viví por 10 meses, con una rutina que me hacía sentir bastante cansada y aislada. No sabía acerca de lo que aquí en Estados Unidos se conoce como Playgroup,_ o grupo de juego. Fue hasta que nos cambiamos a otro Estado de la Unión Americana que conocí a otra madre joven y me introdujo al mundo de los grupos de juego. Esto fue lo que aprendí de ella cuando me invitó a formar parte en esto:

Tenga iniciativa

Mi amiga Jenny me preguntó si había un grupo de juegos cerca. Le dije que no conocía ninguno. Fue cuando me invitó a organizar y formar parte de esto. Teníamos que tomar turnos, una vez por semana sería en el parque que estaba en mi unidad de departamentos. Otra semana sería en su casa. También nos turnaríamos para compartir algún aperitivo o jugo con los niños. Preparó anuncios con un diseño muy bonito que incluía nuestros nombres y números telefónico, y los distribuyó a otras madres en nuestra iglesia. También invitó a sus vecinas y conocidas. No es complicado. Incluso hay páginas donde te sugieren actividades para realizar en el playgroup.

Organice su semana

Marque en su calendario el día para el grupo de juego. Revise que no haya citas con el pediatra o el dentista. Confirme que se van a reunir esa semana. Si le toca llevar algún aperitivo, asegúrese de tener lo suficiente para todos los niños. Prepare con anticipación a sus hijos, y ellos también pueden motivarse a terminar con sus quehaceres en casa antes de ir a jugar.

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Incluya a otras personas

A pesar de que nuestro grupo estaba formado en gran parte con madres jóvenes, también llegó a tener abuelas que se quedaban a cargo de los nietos. Era un momento de hablar con otros adultos y ese sentido de pertenencia me hizo ver que mi labor como madre no era una labor solitaria. A veces no sabemos por lo que está pasando otra persona. Hay madres que pueden sentirse aisladas y sin amistades. Esté alerta a las necesidades de otras personas e invítelas.

Disfrute el momento

Ir al parque con otros niños era un premio para mis hijas, pero sobre todo para mí. Era el momento ideal para platicar con otras madres de familia y compartir experiencias en la crianza de nuestros hijos. También era un momento en que podíamos expresar nuestras frustraciones personales. Ese es el momento de dejar a los niños correr, jugar, gritar, y salir un momento de la monotonía pero, tan importante como ello, es el momento de recargar baterías como madres para poder continuar con nuestras labores diarias.

Busque organizaciones

Hay iglesias o grupos en algunas ciudades donde se organizan reuniones para apoyar a madres, padres, abuelos y abuelas que están a cargo de cuidar a los nietos que todavía no van a la escuela. Si no hay un grupo de juego en su comunidad, la invito a que sea usted ese agente de cambio, haga usted la diferencia en la vida de otras madres, sobre todo cuando tienen hijos pequeños. Usted puede organizar esto con un par de amistades. No es tan difícil hacerlo.

Lo que empezó con un grupo de dos madres y cuatro niños, se llegó a convertir en un grupo de seis adultos y más de doce niños. Mi amiga Jenny se fue a vivir a otra ciudad y, a pesar de que la extrañé, me dejó ese legado. Gracias a su ejemplo e iniciativa, continué organizando grupos de juego e invitando a cada familia nueva que llegaba a la iglesia o a mi vecindario. Luego de vivir en otras dos ciudades, y conocer a más personas, puedo decir que eso es algo que me ayudó a sobrellevar momentos difíciles. Es por el bien de nuestros niños y por salud mental de los que están al cuidado de niños en edad preescolar.

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Janint Young

Janint es Licenciada en Administración de Empresas graduada del Tec de Monterrey (ITESM) Campus Guadalajara, México. Es esposa y madre de tres hijos.