Tácticas efectivas para controlar los berrinches de tu hijo
Los niños utilizan diversas tácticas para manipular a los adultos y el berrinche es uno de los más efectivos, pues los padres, para evitarse problemas ante semejante conducta, acceden a los caprichos del infante. Descubre cómo controlarlos.
Juliana Echeverry
Los niños suelen utilizar diversas tácticas para manipular a los adultos y el berrinche es uno de los más efectivos, pues muchas veces los padres, para evitarse problemas ante esa conducta, acceden con facilidad a los caprichos del infante. Muchos adultos piensan que los niños no entienden, pero ellos saben, conocen y comprenden más de lo que te puedas imaginar, porque los niños son muy perceptivos y nos estudian todo el tiempo.
Este tipo de conductas generan dos respuestas por parte de los padres. La primera consiste en conceder rápidamente las demandas del niño y la segunda, por el contrario, consiste en responder de forma agresiva y con hostilidad. Sin embargo, ambas son equivocadas, dado que lo único que consiguen es reforzar el problema.
Si accedemos, el niño sabrá que en toda ocasión en la que él quiera algo, bastará con que él haga un berrinche y lo conseguirá. Pero si actuamos con hostilidad, se generará una poderosa lucha de fuerzas que solo traerá desgaste de energía, malestar, y heridas que puedan dañar al niño. ¿Qué hacer entonces para superar con éxito el problema? Existen cuatro pasos como parte de una táctica o procedimiento, que son bastante efectivos, ya que te permitirán controlar y con el tiempo incluso evitar los berrinches en el niño:
Jamás pierdas el control
Por difícil que parezca, es muy importante que no pierdas el control. Como padres jamás debemos igualarnos con los hijos, porque ellos deben saber quién es la autoridad y al ponernos al nivel del comportamiento del niño, se perderá el respeto y la situación se nos saldrá de las manos. Recuerda que a un comportamiento hostil no se debe responder con lo mismo, pues generará un caos total.
Llévalo a un cuarto vacío
en lo posible, o al menos donde no hayan objetos con los que pueda hacerse daño, pues en los casos más graves, los niños suelen tirar cosas, golpearse o aun tirarse al suelo.
Dile de manera pausada y tranquila lo siguiente
“Mira, si quieres algo deberás calmarte, pues de esa manera no estoy dispuesta a hablar contigo. Así que cuando te calmes discutiremos el asunto. Por lo pronto te dejaré solo, y yo estaré afuera (en la sala, en el cuarto, en la cocina, aclara específicamente el sitio donde vas a estar, esto con el fin de que el niño comprenda que su comportamiento no te afecta ni afectará lo que estás haciendo), y cuando estés dispuesto a hablar con calma allá te espero”.
Entonces, retírate y déjalo solo
De esta manera él comprenderá que no estás dispuesta a ceder a sus caprichos, que eres tú la que pone las reglas y —sobre todo— que no te vas a “someter” a su conducta o estrategia.
Esto en caso de que el problema se presente en casa, pero si el berrinche se presenta en la calle, en alguna tienda o lugar público, de manera muy calmada le dirás que hablarán en casa y te lo llevas del lugar. Ya en casa, aunque el niño ya se haya calmado y tú también, deberás retomar el tema diciéndole que estás muy insatisfecha con su comportamiento y que por lo tanto deberá ser castigado.
Debes aclararle además que no estás dispuesta a permitir que ese comportamiento se repita y lo castigas quitándole alguna actividad que le guste o no dejándolo salir a jugar por un día, o como sea que tú lo castigues cuando se comporte mal, eso ya depende de ti y de lo que más funcione con tu hijo.
Estas tácticas no solo ayudan a controlar los berrinches del niño en el proceso del mismo, sino que servirán para que se reduzcan tanto en frecuencia como en intensidad de manera considerable hasta desaparecer con el tiempo, pues el niño comprende que esa conducta no funcionará contigo.
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