Un niño con síndrome de Down es como cualquier otro niño

Los niños con síndrome de Down quieren y pueden tener una vida "normal", como la tuya. Si tu hijo tiene esta "capacidad especial", ámalo, apóyalo, anímalo.

Erika Otero Romero

En muchos países del mundo nacen niños con síndrome de Down. Se trata de un padecimiento físico y mental, generado por un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte del mismo), en vez de los dos habituales, por ello recibe el nombre de trisomía del par 21.

Aún se desconocen con exactitud las causas que provocan el exceso cromosómico del síndrome de Down, aunque está relacionado (estadísticamente) con una edad materna superior a los 35 años. Los niños que nacen con esta patología tienen un grado variable de discapacidad cognitiva y rasgos físicos distintivos , que dan un aspecto reconocible al niño que lo padece. A las anteriores características debe sumársele que quien nace con este síndrome, tiene predisposición a padecer algunas patologías de corazón, sistema digestivo y endocrino; debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más. A ello se le debe agregar asimismo falta de tono muscular generalizado, y retraso en el crecimiento.

Pese a todas las anteriores derivaciones físicas y psicológicas que pueda padecer un niño con síndrome de Down, no se puede negar que en la medida en que crecen y sus familiares se preocupen por estimularlos de manera adecuada desde el mismo vientre, ofreciéndoles todas las oportunidades posibles, como un niño sin esta afección, estos pequeños crecerán tan sanos, fuertes e inteligentes como les sea posible.

Como padres siempre tememos que uno de nuestros hijos nazca con esta patología; sin embargo, es necesario ir modificando una serie de mitos acerca del mal. Un niño con síndrome de Down es como cualquier otro niño. Por esto, deseo esclarecer algunas falsas creencias acerca de esta enfermedad, que al tiempo que es un reto constituye un hermoso milagro de vida. Les pediré que hagan clic en el siguiente enlace y dejemos que 15 niños con síndrome de Down (SD) sean quienes nos lo digan:

  • Tu hijo puede llegar a tener una vida saludable y feliz, pues la expectativa de vida de cada niño difiere del grado de compromiso que exista en la enfermedad cardiaca y sus otros padecimientos. De esta manera, algunos niños podrían llegar a ser adultos sanos y tener una vida con una rutina diaria como cualquier otra persona.

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  • Si tu niño con síndrome de Down es estimulado de manera adecuada, incluso desde el vientre materno, podrá, como otro niño, desarrollar facultades especiales que lo ayudarán a ser independiente y productivo para su propio beneficio; disfruta de cada pequeño y gran momento con él.

  • Su personalidad y carácter se definirán a la edad de 12 años, y se desarrollará como la de cualquier niño, dependiendo del ambiente en el que crezca; apóyalo en sus pequeñas y grandes decisiones.

  • La capacidad cognitiva o de aprendizajeen cada niño es diferente, debido al nivel de retraso mental que le sea diagnosticado. Esto no quiere decir que tu niño no pueda aprender tareas que le incentivará la independencia y a “arreglárselas” por sí mismo; aunque no todos lo consiguen, el tuyo puede ser la excepción.

  • Ama la música y tiene capacidad para ella; disfruta esto con él.

  • Su capacidad de empatía o de ponerse en el lugar de otra persona es normal, así que no temas que no se sienta en tu lugar, siempre estará ahí para amarte.
  • Tiene un temperamento fácil, sobre todo a partir de los 3 años.

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  • Puede ingresar a una escuela y aprender a leer, escribir y otras habilidades especiales, que le harán más fácil la vida diaria.

Aunque por razones obvias tiene dificultades y retos en lo que se refiere a la atención o percepción, entre algunas otras, esto no les impedirá –incluso si quiere– ama y ser amado por alguien que comprenda su “capacidad especial”, es cosa de que le enseñes desde el principio (como a un niño “normal”) qué es bueno y qué malo; pero, sobre todo, lo mejor que puedes hacer por tu niño con este síndrome es amarlo y educarlo como si no padeciera ninguna limitación mental, dándole todas las posibilidades para que sea pleno y feliz.

Recuerda que nada es imposible hasta que alguien nos dice que lo es.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.