Cómo ser un buen amigo y no traicionar en el intento

Si quieres ganar amigos, tienes que ser uno. La amistad no es algo que pides, sino algo que das, que entregas con lealtad y sinceridad. Mira cómo ser un buen amigo y no traicionar en el intento.

Diana Cantor Martinez

La amistad es uno de los regalos más valiosos que la vida nos da. En una compañía en la que trabajé solía escuchar a una chica decir, “Yo no vine a hacer amigos aquí, vine a trabajar”, mientras que yo pensaba, “Pero, ¡qué fácil sería el trabajo entre amigos!”. La amistad no es algo que pides a otros, es algo que das, que entregas con sinceridad y con el corazón, y de regreso puede que encuentres muchos o pocos amigos, pero los que vengan a ti serán realmente valiosos, tendrán el derecho y la fortuna de llamarse amigos.

¿Cómo ser un buen amigo y no traicionar en el intento? Te lo cuento a través de la historia de dos personas que conozco de cerca y que hoy, después de 20 años, conservan intacta su amistad y su cariño la una por la otra:

El verdadero amigo se conoce en la contienda

Cuando la amistad marcha sobre ruedas, cuando todo es alegría y se trata de compartir experiencias gratas es fácil llamar a alguien amigo; mas la verdadera prueba de una amistad sobreviene en las dificultades, e incluso cuando surgen diferencias y desavenencias.

La historia que te voy a contar tiene como protagonistas a una de mis mejores amigas, y a mí. Nos conocimos cuando trabajábamos para una compañía, donde de inmediato hicimos una gran amistad: almorzábamos juntas, salíamos de compras, nos habíamos convertido en verdaderas confidentes; en fin, todo lo que se puede compartir con alguien afí. Pasados los años tuvimos una seria diferencia relacionada con el trabajo, y aunque nunca discutimos inevitablemente nos alejamos, seguimos rumbos distintos pese a laborar en la misma compañía. Después de compartir tanto resultaba difícil para mí encontrármela en los pasillos y ni siquiera cruzar un saludo, todo lo que habíamos construido se había venido abajo. Una de las situaciones más dolorosas sucedió al enterarme de su boda. En las largas conversaciones que sostuvimos al respecto yo sería su madrina, pero ahora ella se casaría y yo ni siquiera podría asistir.

Durante un año tanto ella como yo pasamos momentos difíciles sin el apoyo de la otra. Todo lo que puedo rescatar de esta separación fue la forma cómo el afecto de la una por la otra aún nos mantenía unidas. Nunca revelamos nuestros secretos, jamás hablamos mal de la otra. En mi cumpleaños, a pesar de nuestra separación, encontré sobre mi escritorio una nota de felicitación y, aunque no estaba firmada, sabía que era de ella. Lo mismo ocurrió cuando ella atravesaba por una situación muy difícil, que yo entonces desconocía: dejé una nota sobre su escritorio, fue a mi oficina y me preguntó, “¿Tú dejaste esto sobre mi escritorio?”. No le contesté, solo hice un gesto que indicaba que sí; con los ojos llenos de lágrimas salió de allí sin decir palabra.

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Un día el orgullo fue vencido por las dos y empezamos a hablar poco a poco, y en escasos días nuevamente nuestra amistad floreció. Aún seguimos siendo amigas; ella, más que a una amiga, la considero mi hermana.

¿Cómo ser un buen amigo?

  • La lealtad. Sin ella no hay amistad. Muchas personas aprovechan la ausencia de sus seres queridos, y aún a pesar del amor que sienten por ellos, no pueden evitar hablar mal o permitir que otros lo hagan. No es necesario hacer una escena o armar una gran discusión, sutilmente puedes retirarte y en caso de que se vuelva necesario quedarte, puedes aclarar que no deseas hablar sobre ese tema en ausencia de tu amigo, eso bastará para que el otro entienda. Aun cuando las cosas no vayan muy bien entre tu amigo y tú es necesario que respetes este principio.

  • La confianza. Es un verdadero tesoro encontrar a alguien en quien puedas confiar. Jamás, por molesto que estés, reveles un secreto o hables acerca de cosas que te han sido cuidadosamente confiadas.

  • La solidaridad y el agradecimiento. Apoyar de verdad y de corazón a las personas en los momentos de dificultades; sé agradecido siempre.

  • La prudencia. Por más años de amistad que tengas con alguien sé prudente, cuida seguir respetando a esta persona en toda su dimensión.

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  • No existen amigos perfectos. Todos los seres humanos somos imperfectos, por ello aprende a tolerar las diferencias y valora las cosas buenas que los demás hacen por ti.

  • Aprende a perdonar y reconoce tus errores. En una amistad verdadera no hay lugar para el orgullo, a menos de que se trate de situaciones realmente graves. Es importante también mirar hacia nosotros mismos y reconocer que nos hemos equivocado.

En este otro artículo hallarás otros principios básicos de la amistad.

Dios habla de la amistad

“Los justos dan buenos consejos a sus amigos, los perversos los llevan por el camino del mal” (Proverbios 12: 26).

“Cuando se perdona una falta el amor florece, pero mantenerla presente separa a los amigos íntimos” (Proverbios 17: 9).

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“El amigo ama en todo momento, en tiempos de angustia es como un hermano” (Proverbios 17: 17).

“Hay amigos que no son amigos, y hay amigos que son más que hermanos” (Proverbios 18: 24).

“Dos son mejor que uno porque sacan más provecho de sus afanes. Si uno de ellos se tropieza el otro lo levanta” (Eclesiastés 4: 9-10).

“Traten a los demás como ustedes quieren ser tratados” (Lucas 6: 31).

“Sobrelleven los unos las cargas de los otros, y cumplan así la ley de Cristo” (Gálatas 6: 2).

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Si quieres tener en tu vida buenos amigos es necesario, primero, que tú seas uno. La soledad, la enfermedad, el dolor, las situaciones más extremas que puedas imaginar pueden sobrellevarse gracias al amor y la compañía de un buen amigo.

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Diana Cantor Martinez

Hay un momento de la vida en que descubrimos que necesitamos un cambio para poder avanzar y crecer reconoce el momento y no pierdas la oportunidad.