¿Un futbolista es más influyente que un escritor?

¿Qué características debemos reconocer en las personas a quienes consideramos líderes o modelos a seguir?

Arturo Leonardo

¿Alguna vez te has preguntado si tu jefe merece realmente ser jefe? ¿O quizá si el líder laboral, personal, familiar o de cierto proyecto es el indicado para hacerlo? Y entonces surge una tercera pregunta: ¿Qué características debe tener una persona para ser influyente?

En los últimos años han proliferado libros, motivadores, sistemas, manuales y estrategias que afirman que las personas influyentes o líderes deben ser audaces, hablar fuerte y claro, bañarse a tal o cual hora, comer determinada cantidad de calorías, peinarse de cierta forma y un sinfín de ideas superficiales que, si uno se convence de ellas, corre el riesgo de caer en rutinas que no conducen a ningún lugar. Incluso, pueden hacernos perder la personalidad propia.

Los más influyentes en Colombia

Según una noticia reciente, el futbolista Radamel Falcao, es la persona más influyente e inspiradora para los colombianos, incluso más que su compatriota Gabriel García Márquez, ganador del premio Nobel de Literatura. A ambos los siguen el expresidente Álvaro Uribe, el cantante Juanes, el papa Francisco (a pesar de ser argentino), el científico Manuel Elin Patarroyo, el presidente actual Juan Manuel Santos, la cantante Shakira, Gustavo Petro (ex alcalde de Bogotá que fue destituido) y el ex futbolista Carlos Valderrama. Estas opciones no se les ofrecieron a los encuestados, sino que ellos votaron por respondieron de manera estontánea, con el nombre que ellos quisieron dar.

¿En verdad un futbolista merece ser más influyente que un premio Nobel de Literatura? Al comentarlo con gente del periódico en el que trabajo, muchos refunfuñaron, gritaron algunas malas palabras; otros, movieron la cabeza en forma negativa y opinaron que este mundo está cada vez peor.

¿Qué hace de una persona, un modelo a seguir o un líder?

Yo pienso que un futbolista como Falcao, sí merece ser considerado un modelo a seguir. Esto por el simple hecho de haber llegado hasta donde ha llegado, sin protocolos ni guías para ser un buen líder. Dudo que él haya seguido esa profesión con la única intención de ser un líder o persona influyente. Pero sí representa un ejemplo de superación, por ejemplo, para que un niño se aleje de las drogas o decida ser tenaz y disciplinado al perseguir sus sueños.

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Por eso no creo que sea indispensable ganar el Nobel de Literatura para ser influyente. No me malinterpretes: me gusta leer, me gustan algunos escritos de Gabriel García Márquez, como . Recuerdo que una de mis lecciones de periodismo más interesantes fue cuando me dejaron leer . No quiero decir que no merezca ser objeto de múltiples reconocimientos, como los que se le han rendido ahora que ha dejado este mundo, pero defintivamente hay líderes para todos los gustos.

¿Qué modelos quieres para tus hijos?

Es probable que tus hijos en cuentren más atractivo “seguir” como modelo a un depostista como Radamel Falcao, que a un famoso premio Nobel que nació ochenta años antes que ellos. Sin menospreciar la importancia de la lectura y su valor en la educación de tus hijos, quizá lo mas importante a considerar sea que, aquellos a quienes tus hijos consideren un modelo a seguir representen los valores que te interese que ellos desarrollen. Por ejemplo, los escritores suelen ser influyentes por las cosas que escriben, por su pensamiento y su legado intelectual, mientras que los atletas tienen la oportunidad de ser modelos por el ejemplo que dan sobre todo respecto a la disciplina y tenacidad que se requiere para ser un atleta de alto rendimiento.

Tampoco es estrictamente necesaria la fama para que alguien se convierta en un líder para otros. Quizá la única regla que debe cumplir cualquier persona digna de merecer ese lugar, es la honestidad. Quien sea honesto consigo mismo, con los demás y sienta pasión por lo que hace, tiene un lugar asegurado en la élite del liderazgo y en el museo de los héroes verdaderos, aunque su nombre no sea reconocido por todos, en el mundo entero.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.