Un superpoder que quizá tú tienes, y aún no has descubierto.

Si a cada momento debes tomar una decisión, entonces este artículo es para ti. La sabiduría es un don que comienza a desarrollarse en el día a día y dentro del hogar.

Marta Martínez Aguirre

Hace más de 3 mil años, el pueblo de Israel tuvo un rey llamado Salomón, que se volvió el modelo de hombre sabio, la representación humana de la sabiduría. Sin embargo, quiero contarte de una mujer que supo atesorar la sabiduría en su vida y llevarla a la práctica.

Abigail vivió unos años antes que Salomón, también en el antiguo Israel. Era una ama de casa como tú y como yo, una mujer sencilla pese a la gran riqueza de su marido. Ella era el tipo de mujer que a cada instante debía tomar decisiones para su hogar. Hablo de decisiones importantes.

También era una mujer que sabía en carne propia lo que era sufrir. Su esposo era un tirano, alcohólico empedernido, maleducado y un necio de primera, de hecho su nombre era Nabal, que significa ‘necio’.

A pesar de llevar una vida muy difícil y llena de sufrimiento, Abigail es recordada por haber llevado a cabo un acto heroico mediante el cual salvó muchas vidas porque evitó un derramamiento de sangre sin sentido:

En la época en que el glorioso rey David y su ejército acampaban por el desierto, junto al monte Carmelo, se le pidió a Nabal abastecer de provisiones y suministros al campamento. Los pastores de Nabal pastaban en los alrededores. Los hombres de David los habían respetado en todo momento y nunca habían tomado del ganado. Pese a ello, Nabal despidió a los siervos de David con las manos vacías, negándole todo tipo de ayuda. David era un rey de pocas pulgas, por lo que, enfurecido, decidió atacar y exterminar a Nabal y a toda su gente.

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En este momento intervino Abigail. Salió al encuentro de David y su tropa con una comitiva cargada de alimentos. Su gesto y sus palabras consiguieron tranquilizar al enfurecido rey, quien quedó deslumbrado ante la actitud resuelta de Abigail. Ella le ruega disculpar a su marido y le suplica que respete sus tierras y sus propiedades. David entonces así lo hace en respuesta a esta valerosa y sabia mujer.

Todas las mujeres nos hallamos tarde o temprano en la posición de tomar decisiones y actuar para proteger los seres y las cosas que amamos. La experiencia de Abigaíl nos puede ayudar a alcanzar una mayor sabiduría y poder, si seguimos su ejemplo:

Comprende la situación

Ante un problema, analiza la situación, mírala desde todos los ángulos, en su completud. ¿Ha venido el recibo de la luz muy alto? No te quedes pensando que es por culpa de los niños que dejan las luces encendidas y se la pasan mirando tele. Mejor observa qué otras cosas en la casa están encendidas sin necesidad; observa el estado del burlete (empaque) del regrigerador. ¿Las ventanas cierran herméticamente? ¿Las lámparas (focos) son de bajo consumo? ¿Tienes el calefactor encendido todo el día: podrías hacer instalar un timer (programador)? ¿Hay fugas de corriente eléctrica?. Cada problema cotidiano debe verse en su completud, y no en forma parcial.

No te alteres

Mantenerse en calma siempre será un signo inequívoco de sabiduría. Sólo de esa manera podrás razonar y analizar el problema a resolver. Busca la forma de calmarte antes de tomar una decisión o actuar apresuradamente.

Elabora un plan, y actúa

Como Abigail, elabora un plan que te ayude a superar la situación. Busca tú misma la forma de diseñar una estrategia para salir adelante de esa dificultad que se te presenta. Siguiendo el ejemplo de la luz, cada día de invierno el consumo de luz será mayor. En los meses de verano, cada día puedes apartar un poco de los ingresos y guardarlo como parte de un plan de ahorro. Tal vez puedas iniciarlo ahora, y cuando llegue el próximo recibo, si has sido precavida y tomado todas las medidas de ahorro energético, este dinero ahorrado te permitirá afrontar el problema de otra manera.

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Influye de modo eficaz en la vida de otros

El alcance de la actuación sabia de Abigail bendijo no solo su propia vida, sino que influyó en los actos de David. Si pones en acción tu sabiduría, tu familia será alcanzada por sus efectos. Si tus hijos observan que eres una mujer como Abigail, es decir acogedora, compasiva y hospitalaria ante ellos mismos y ante los demás, seguramente aprenderán a serlo también. Tú puedes ser de mucha influencia en tu propio entorno, pero también en la comunidad donde vives. Comparte tus dones, tu sabiduría, tu actitud generosa y harás de este mundo un lugar placentero para vivir.

Responde a la vida, pese a que el error sea ajeno

Abigail se responsabilizó de su entorno. Ella discrepó radicalmente de su esposo, en su forma de ser y proceder. Pero no se desentendió de él ni de las consecuencias de sus actos. No obstante, tomó medidas. Sé leal al amor que tienes a los demás y colabora para resolver conflictos, o situaciones. Sé mediadora y conciliadora, de esa manera nadie dudará de tu sabiduría. No te vuelvas mártir o cargues con culpas ajenas, pero sí demuestra tu dignidad en ayudar a recomponer todo aquello que creas es necesario en tu hogar: vínculos rotos, amistades olvidadas, familiares distanciados.

La vida de Abigail nos desafía a ver la vida como un reto cotidiano, donde en pequeños gestos podemos demostrar nuestra sabiduría. Anímate y sé sabia.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: