Mi mamá es toda ternura ¿y mi papá?

Los jefes de familia tienen una gran responsabilidad para con sus hijos. Cada uno tiene actividades complementarias. Sin embargo, al padre le ha tocado llevar un rol en donde sus sentimientos son reprimidos, sin ser perceptible a los ojos del hijo.

Erika Gaytán

“Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre, porque el brillo de la madre es tan fuerte, que lo eclipsa, sólo le hacemos justicia cuando nos toca vivir a nosotros su problema”. Héctor Gagliardi en su poema ‘Al Padre’, nos hace reflexionar sobre la otra parte de la paternidad, aquella que existe pero no la vemos por egocentrismo.

Los papás tienen actitudes diferentes para con sus retoños. Las hijas son sus , hermosas y frágiles a las que hay que cuidar de todo y contra todos. Por otra parte, los varones representan una extensión, su reflejo; al que tratarán de inculcarle todo su conocimiento y habilidades.

El progenitor cumple un rol muy diferente al de la mamá, es quien hace el contrapeso. Él es la cabeza de la familia, quien prevé de los recursos necesarios (comida, vestimenta y estudios) y mamá es la gran administradora; en cuestión de educación suele apoyarse del padre. Éste, sin tener todo el panorama de lo sucedido y muy a su pesar, es orillado a poner orden, no obstante muchas veces a pesar del cansancio y el estrés, haya tenido otros planes al regresar a casa.

PARA LOS HIJOS EL PADRE SUELE PASAR POR CUATRO PERÍODOS DIFERENTES:

1. Papá, mi juguete favorito

Es cuando nos acompaña durante la niñez y nos complace con todo, en algunas ocasiones ni siquiera requerimos articular palabras porque ya sabe lo que queremos. Juega y disfruta los juguetes igual que nosotros, ¡con él se puede hacer de todo! ¡Es mi héroe!

2. Papá feroz y anticuado

Aparece en la adolescencia-juventud, papá ya perdió la . Sólo vive para regañar y corregir: “Nunca está en casa y se cree todo lo que mamá dice”. Empero, no siempre se maneja para todos igual, se da un cierto distanciamiento con su mostrándose evasivo, (con miedo tal vez) al no saber cómo hablarle, cómo acercarse a ella, pues sus desplantes lo confunden y lo hieren. En cambio con sus hijos varones, sucede lo contrario, se siente con más confianza de soltarlos y de hablarles, se les brinda más libertad.

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3. Mi papá el sabio

Nuestro héroe regresa corregido y aumentado. Los hijos, ya adultos, pueden entender el porqué de correctivos, preocupaciones y regaños. Aunque todavía no se está de acuerdo al cien por ciento, se está consciente de su sabiduría y experiencia.

4. Mi querido viejo

Esta etapa es exclusiva de los hijos, ya que la viven solos; está llena de nostalgia, pues se realiza llegando a la comprensión total del padre ausente pero ahora sin un abrazo o un beso. Ese padre del que ya no se podrá consultar nunca más.

Los papás tienen la facilidad de ocultar cansancio, estrés, tristeza, angustia, dolor… lo que sea con tal de que su familia esté bien, y son tan hábiles que difícilmente nos percatamos de ello, aunque no son siempre tan discretos.

Cada vez que el heredero alcanza una meta, obsérvalo, verás que su mirada es única, es una mezcla entre alegría y orgullo. El brillo en sus ojos es muy parecido a una lágrima que alumbra su rostro y hace una combinación perfecta con su sonrisa. Son los momentos que cualquier malestar desaparece al ver que sus esfuerzos han valido la pena ¡Todo está saldado!, llega la satisfacción por la plenitud al hijo.

Recomendaciones para que puedas disfrutar plenamente a tu papá

Agradece

Ningún papá se desvive por sus hijos esperando que alguno se lo agradezca, pero en ocasiones esto puede hacerles ver cuánto valoramos su cariño y su entrega. Corresponde con tu esfuerzo, con un abrazo, un beso, un gracias… pero hazle saber lo que significa para ti.

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Comparte

Busca actividades que sepas son gratas para él y disfrútalo. Acompáñalo para comer, ver una película, un partido, algo que le interese e intercambia opiniones.

Conócelo

Platica con tu papá, inquiere sobre su vida pasada, su infancia, su juventud, de su escuela, maestros; te aseguro que vas a disfrutarlo mucho y hasta podrás entenderlo mejor.

Involucra

Hazlo parte de tu vida, que no te sienta ajeno. Que no se te pase que él ya vivió y sabe mucho.

Valora

Hazle saber lo importante que ha sido en tu vida y lo mucho que valoras su esfuerzo por hacer de ti una persona de bien.

Ignora la edad que tengas, nunca es tarde para corregir errores; el detalle es darnos cuenta y cambiarlo.

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No pierdas de vista que muchas veces así como somos de hijos, serán los nuestros. Si no cuidas y valoras a tus papás hoy, el día de mañana los tuyos tampoco lo harán contigo.

No es fácil llevar el rol de papás en nuestra cultura por la forma en que estamos educados, no estamos acostumbrados a ver el lado sentimental, porque ya se les enseñó a reprimir esa parte, como si fuera la única manera de educar y hacerse respetar. Los hijos también estamos mal acostumbrados a que sea de esta forma.

En nosotros está el cambiarlo. Hay que intentarlo. Intentemos ponernos en su lugar y tratar de verlo como realmente es. Cada papá es diferente por sus circunstancias, pero todos coinciden en una cosa: aman a sus hijos.

Y ya que lo sabemos podemos hacer algunas modificaciones como hijos que nos ayude a vivir en armonía y hacer una verdadera FAMILIA.

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.