La infidelidad como manera de alcanzar la felicidad y recuperar el pasado

Muchas infidelidades tienen un carácter melancólico, donde la persona amada parece haberse llevado consigo algo o la totalidad de ti. La infidelidad como modo de ser feliz, de recuperar el pasado.

Marta Martínez Aguirre

Cosas curiosas del trabajo clínico: llega otoño y trae consigo a varias personas que parecen deshojarse en sus recuerdos a la par de las hojas marchitas que caen en estos meses fríos. En sus consultas confiesan una serie de infidelidades buscando en otros rostros aquella mirada, aquella voz del pasado.

Así he conocido el dolor de otros al verlos quedar atrapados en un vínculo de amor del cual no pueden salir, y lentamente el mundo comienza a reducirse, quedándose adheridos a algo que no pudo ser. Nadie muere de amor a excepción de Miguel Bosé en aquella canción de los años ochenta, “Morir de amor”:

Morir de amor

“Que no morirse solo en desamor… Y no tener un nombre que decirle al viento. Yo no sé muy bien… qué es lo que está pasando. Tengo seco el corazón, y es de haber llorado tanto… No me quedan más… que dos o tres recuerdos, una carta, alguna flor… Un adiós muy corto y un te quiero…”

La teoría gestáltica –una de las corrientes psicológicas que más se ha abocado a este tema– plantea que lo inconcluso genera una tensión que trata de expresarse muchas veces en el cuerpo y podría manifestase en trastornos psicosomáticos de diferente índole (asma alérgica, soriasis, jaquecas, úlceras). Sin embargo, hay ocasiones donde esto no es tan evidente y se enmascara, volviendo más difícil la resolución o cierre.

Cuando encuentra su expresión a nivel corporal, déjame citarte algo que ha escrito Alejandro Celis, terapeuta chileno: “Estos son ejemplos de formas de saber si tenemos asuntos inconclusos de importancia:

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  1. Tenemos fantasías persistentes respecto a personas o situaciones que vivimos en el pasado.

  2. Mantenemos ‘diálogos internos’ con otras personas, no presentes.

  3. Tenemos sueños en que volvemos a vivir alguna situación.

  4. Sentimos rencor, melancolía o depresión con respecto a la forma como se dio algún hecho del pasado.

  5. Nos cruzamos con una persona y en vez de sentirnos relajados con cualquier sentimiento que esta nos inspire –aunque fuera negativo–, experimentamos un ‘tener algo pendiente’ con ella.

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  6. Nuestro cuerpo –el más fino ‘sensor’ de lo que nos pasa– tiene una sensación de incomodidad o inquietud al ver o al recordar a alguien.

  7. Estamos participando en una situación, pero con la cabeza en otra parte.

  8. Perls, Hefferline y Goodman (1951, p. 500) aportan también, como ejemplos de índices de la presencia de asuntos inconclusos, el insomnio y el aburrimiento”.

Una de las formas más difíciles de remediar se da cuando se trata de un amor significativo del que, por alguna razón, has quedado con la sensación de poco, “un adiós muy corto, un te quiero”.

Ahora bien, si te encuentras en esta situación y estás siendo infiel, quizás este artículo es para ti. No sé si va a gustarte esto que voy a decirte, pero cuando no has logrado “despedirte”, cerrar esa historia, se genera internamente una búsqueda constante de eso que se te ha perdido en otro lugar, o en otra persona. Bien podría decirse que es casi un intento desesperado de volver a recrear o de sentir aquello que una vez sentiste. Muchas infidelidades tienen ese carácter melancólico, donde tu “Yo” se anula, entrampado en un recuerdo de lo que no fue. Ese vínculo inconcluso te suena muy dentro, fresco y nostálgico, invitándote al reencuentro. Pero tu vida se ha tornado una farsa, una oda a la indefinición; estás con tu esposa y añoras aquellos labios, aquellas tardes junto al mar que viviste hace tantos años y te preguntas, cuando cae la noche, silenciosa y cómplice, “qué habrá sido de esa persona”.

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Por eso es necesario que puedas aprender a soltar eso que no has vivido o que viviste pero, por alguna causa, quedó atrás, porque el presente es aquí y ahora, y es en tu hogar. No dejes que la infidelidad sea tu modo de recuperar lo que buscas melancólicamente. Tampoco dejes puertas abiertas, a menos de que sea para encontrarte con la mujer y esposa que has elegido para ser feliz.

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Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: