Con cuatro virtudes construye tu propia barca y pon a salvo del desastre a tu familia

Estas cuatro virtudes deben ser las tablas firmes que te permitirán construir un bote donde podrás mantener a salvo a tu familia. Con cuatro virtudes construye tu propia barca y libra del desastre a tu familia.

Paola López Martínez

Como madre y orientadora familiar me interesa indagar acerca de los comportamientos que llevan a las familias a la ruptura. Con la experiencia adquirida en la vida diaria he llegado a la conclusión de que dichas problemáticas se deben al casi inexistente ejercicio de los valores. Y es que muchas personas desconocen qué son, por consiguiente no los practican o ignoran el beneficio que estos traen a sus familias, o consideran que ya no están de moda.

Los seres humanos tenemos la cualidad de descubrir e imitar buenas conductas. Dice la Biblia que estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, por ello me resulta motivante creer que todos, en cualquier momento de nuestra vida, podemos desarrollar valores o principios que pueden modificar nuestros pensamientos y, por tanto, nuestras formas de dirigirnos para alcanzar la prosperidad y la bendición para nuestras familias y la sociedad toda.

Como embajadora de la familia me siento responsable y honrada de ser un instrumento de difusión para hacer saber a las familias que nuestro hogar es un gimnasio donde deben practicarse incansablemente los valores, los cuales mejorarán nuestro papel como padres y servirán para hacer que nuestros hijos logren desarrollarse de manera integral.

Empiezo entonces por asegurarte que los valores caben en cualquier época y en cualquier lugar, y que actuar de forma virtuosa nunca pasará de moda, incluso en nuestros días, donde pareciera que la búsqueda y satisfacción de los propios intereses es el único patrón a seguir.

Aclarado este punto también quiero contribuir a erradicar la poca información que existe acerca de los valores. Un valor es todo aquello que yo sé que me hace ser mejor. Conocer el significado de un valor es nuestro principal objetivo; por ejemplo, busco practicar el orden, entonces averiguo cómo podría beneficiarme ser ordenado y qué cosas debo hacer para lograrlo. Ahora, al llevar a cabo a diario acciones tendientes a ser ordenado, como por ejemplo, acomodar todas las noches mis zapatos en el lugar correcto, lograré desarrollar un hábito, a eso le llamamos virtud. Para desarrollar una virtud necesitamos voluntad, es decir, estar conscientes de emprender todos los días acciones para conseguir el objetivo planteado, a pesar de que en muchas ocasiones parezca complicado.

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Hago hincapié en que adquirir un hábito muchas veces nos puede costar mucho esfuerzo. En este sentido, la Biblia dice que llegar a actuar virtuosamente es parte de un proceso; lee con atención 2 Pedro 1:5-8y descubre el secreto para lograrlo.

Una vez convencido de que las virtudes o principios traerán beneficios a tu persona y que, con tu buen ejemplo también recibirán bendiciones tus hijos, comparto contigo cuatro virtudes que considero las tablas firmes que te permitirán construir un bote donde podrás mantener a salvo a tu familia:

1. Prudencia

Un padre prudente es siempre oportuno y con tino al actuar. Paga las cuentas a tiempo y mantiene todo ordenado, aconseja cuando tiene que hacerlo y calla si es necesario. Un padre prudente sabe reconocer sus errores y ayuda a sus hijos a hacer lo mismo.

2. Fortaleza

Un padre fuerte no es el que está lleno de músculos. Un padre con fortaleza, más bien, es aquel que ante situaciones perjudiciales resiste a las influencias nocivas que gravitan a su alrededor. Un padre fuerte ayuda a sus hijos a no desanimarse, a esforzarse y a perseverar. Si sus hijos caen él les muestra cómo ponerse de pie y cómo continuar.

3. Justicia

Un padre justo se esfuerza continuamente para dar a los demás lo que es debido, de acuerdo con el cumplimiento de sus deberes y según sus derechos. Un padre justo enseña a sus hijos a actuar siempre con apego a las reglas y normas establecidas. Un padre justo recibe la multa que el oficial de tránsito le ha hecho por viajar a exceso de velocidad, y devuelve el dinero al cajero cuando este le ha dado de más por error.

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4. Templanza

Un padre con templanza tiene un ánimo moderado, mantiene el control sobre las pasiones y los placeres. No tiene vicios ni grita como loco para ordenar. Un padre con templanza enseña a sus hijos a actuar de manera sobria, tranquila y con cautela.

Si adoptas estos valores y logras convertirlos en virtudes tu vida dará un giro hacia la bendición; pero, sobre todo, podrás demostrar a tus hijos que tu ejemplo es la mejor herramienta que ellos pueden tener para transformar sus vidas en forma virtuosa. Te animo a que, como Noé en Hebreos 11:7, construyas con tus manos el arca donde pondrás a salvo a tu familia de las adversidades.

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Paola López Martínez

Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Tamaulipas y tengo dos diplomados, uno en Orientación Familiar y otro en Asistencia Social y Voluntariado y desde hace un año doy terapia psicológica mi email es plopezmtz@hotmail.com