Si yo hubiera sabido lo que es ser madre, lo habría hecho de una manera diferente

Si estás a punto de dar a luz por primera vez, o conoces a alguien en estas circunstancias, deben leer este artículo.

Maia Fernandez

Ser madre es el gran desafío de nuestra vida. Una vez leí una frase que decía que ser madre es tener el corazón fuera del cuerpo, y es así: nuestra vida ya no volverá a ser la misma. Sentimos los dolores de nuestro hijo como propios, el llanto de nuestro bebé a veces parece que fueran dolorosas punzadas que nos dan en el corazón, y sus alegrías regocijan nuestra alma más que las nuestras.

Ser madre debería ser siempre una labor responsable y amorosa. Es importante que aprendamos a reconocer nuestros límites, a valorar los pequeños logros diarios para que sea el alimento o combustible para el diario vivir. A veces cuesta, debemos lidiar con demasiadas cosas a la vez, pero la naturaleza es sabia: ¡claro que podemos! No dudemos nunca de nuestras capacidades.

Aunque a veces nos sintamos desfallecer es importante fortalecernos y saber que esa fuerza de leonas está en nuestro interior. Ese carro guiado por el amor llegará a destino exitosamente, porque el amor y la paciencia son las herramientas esenciales para triunfar, ya que la letra con sangre no entra.

Lo que aprendemos cuando somos madres:

Desde que soy mamá, he revalorado los grandes esfuerzos que ha hecho mi madre por mí, y ahora como abuela me sigue ayudando incondicionalmente, con amor y dulzura. Desde que soy madre, he podido ver con otros ojos a esas mujeres llenas de dificultades económicas y a sentir lo que sufren ellas y sus pequeños. Desde que soy madre, puedo ponerme en los zapatos de aquellas mujeres que han sufrido de violencia obstétrica, que han sido maltratadas en ese momento que debería haber sido tan sublime y mágico como lo es el parto, y que ya demasiado esfuerzo exige como para tener que soportar humillaciones.

Desde que soy madre valoro más la vida, cada momento, cada detalle. Porque cada día es diferente. Mi hija crece y nunca el hoy es igual al ayer: está aprendiendo cosas nuevas, evolucionando, y me obliga a ir renovándome como mamá, acompañándola en su camino y aceptando transitar nuevas experiencias para ambas. Desde que soy madre, he vuelto a jugar, he descubierto el placer de bailar con el viento y utilizar los objetos cotidianos para crear historias fabulosas.

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Desde que soy madre, he aprendido a aceptar mis limitaciones y también las de mi hija; me he vuelto más paciente, más tolerante. Desde que soy madre, he aprendido a parar cuando mi cuerpo me lo pide, a escuchar cuando mi hija me necesita y dedicarle el tiempo que se merece. Desde que soy madre, he comprendido que hay que erradicar el miedo y la tristeza de nuestra vida. Solo así podremos dar a nuestros hijos una visión esperanzadora del futuro, la alegría de encontrar tantas maravillas en esta tierra, así como que el amor vence todas las barreras.

Por eso, si hubiera sabido que ser madre me iba a enseñar tantas cosas maravillosas, lo habría sido mucho antes.

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Maia Fernandez

Maia Fernández vive en Argentina.Considera fundamental la educación de los niños y al arte en sus diferentes manifestaciones como un componente irremplazable de la misma. Blog www.educacionmusicalencasa.blogspot.com.ar