Cuando el futuro nos alcance

Las tres enfermedades del hombre actual son la incomunicación, la revolución tecnológica y su vida centrada en su triunfo personal.

Yordy Giraldo

¿Te gusta estar vivo? ¿El aire en tu rostro, la comida de mamá, la llamada de los amigos, los gratos momentos, el futuro prometedor con el que sueñas? Si la respuesta es sí, entonces debes dejar de menospreciar las relaciones humanas: así como el agua es vida, el amor es vida también. Si seguimos alejándonos los unos de los otros, renunciando al compromiso, a involucrarnos y permitirnos ser vulnerables, incluso a padecer las consecuencias de esa vulnerabilidad tan humana, vamos a terminar extinguiéndonos.

¿Te parecen exageradas mis palabras? Qué tal si te digo que, de acuerdo con The independent, ya existe una empresa de artículos íntimos para adultos que acaba de inventar una aplicación que, según dicen, permite que los hombres tengan sexo con su Ipad. Suena a locura lo sé, sin embargo, esta locura es ya una malsana realidad. ¿Qué pasaba por la mente de quien creó este dispositivo? Lo desconozco, pero en un mundo donde un número cada vez más creciente de personas optan por pasar menos tiempo junto a sus semejantes y más en compañía de la tecnología, este instrumento es otra excusa para no acercarnos a los otros, quizá pensando que así no corremos el riesgo de salir lastimados.

Ante esta perspectiva de futuro, se vuelve indispensable que los jóvenes de hoy dejemos de lado el miedo a vivir, en toda la extensión de la palabra, y reconozcamos que nos necesitamos. El amor es la única alternativa que nos queda para salvarnos como sociedad, y como especie. Esta realidad me hace pensar en algunas cosas, que a continuación comparto contigo:

No se trata de rechazar los avances tecnológicos

Se trata de darles el lugar que les corresponde: herramientas que nos permiten realizar tareas a mayor velocidad, poder realizar diferentes actividades de manera simultánea, estar en contacto con personas que viven a miles de kilómetros de nosotros. Pero de ninguna manera se trata de sustituir la vida real, con la tecnología: la vida es esa que somos capaces de palpar y sentir, que va más allá de emoticones, memes y tweets que pretenden, en 140 caracteres, encerrar todas nuestras emociones.

Pensemos en el futuro

Me viene a la cabeza la película de Disney Pixar, Wall E,__ que retrata la sociedad del futuro: uno donde el hombre termina viviendo en un planeta lejano, porque la tierra ha quedado reducida a un enorme basurero inhabitable; los seres humanos son todos personas obesas que pasan sus vidas sentados frente a dispositivos electrónicos, a través de los cuales trabajan, socializan y hasta intiman. Si seguimos permitiendo que el egoísmo se convierta en un valor que riga nuestras vidas, la fantasía será fácilmente superada por la realidad: un mundo donde las caricias serán impensables, donde los hijos serán todos in vitroy donde la comunidad sea suplantada por la individualidad.

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Volvamos a la experiencia de estar en el mundo

Enseñemos a nuestros niños que los avances tecnológicos, por fascinantes que sean, no se comparan con la maravillosa experiencia de estar vivos, en un mundo que siempre nos sorprende. Enseñemos esto, además, con el ejemplo: disfruta de una caminata bajo la lluvia, el aroma del pan recién horneado, la risa de tus hijos mientras juegas con ellos en el parque. Recuerda que los niños aprenderán a amar las cosas que ames tú. Ayúdales a comprender que, aquello que refleja una luminosa pantalla, no es ni la mitad de emocionante que compartir el mundo con quienes le aman.

Toma un momento para compartir ...

Yordy Giraldo

Yordanka Pérez Giraldo, Cubana de nacimiento, mexicana por elección.